El concejal de Bande en Argentina ni regresará ni cederá el acta a otro edil

c. andaluz / m. santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

«Con seguridad cumplo con mi labor: aquí somos 25.000 ourensanos, y 2.000 de ellos, banduenses», dice

27 ene 2014 . Actualizado a las 10:33 h.

Hace más de un año que Alfredo Enríquez Badas debería haber tomado posesión de su cargo de concejal en el Concello ourensano de Bande (1.890 habitantes). Diez mil kilómetros de distancia le han impedido hacerlo de momento. Pese a ello, Alfredo, residente en Buenos Aires, se siente edil de su tierra, hasta el punto de que ha asegurado a La Voz que no piensa renunciar a su cargo.

El caso de Enríquez es particularmente llamativo. Concurrió a las elecciones municipales como número 9 de la candidatura del Partido Popular, que conseguiría siete asientos en el pleno. Posteriormente, tras los comicios, y sin haber sido elegido concejal, abandonó esa formación para unirse a Sociedad Civil y Democracia, el partido auspiciado por Mario Conde. Su separación de la disciplina popular habría pasado desapercibida si no fuese por el fallecimiento de dos ediles del PP en la corporación banduense, circunstancia que ha dado a Alfredo Enríquez derecho a hacerse con un acta de concejal incluso no formando parte ya del PP.

Un derecho, por cierto, al que no piensa renunciar. «Viajo a España una o dos veces al año. En ocasiones, cuando las circunstancias lo requieren, más. Siempre voy a Ourense, a Bande y, por supuesto, a mi pueblo, Ribeiro. Estoy al tanto de lo que allí ocurre. Sé que soy concejal por la lamentable muerte de mis vecinos, pero con seguridad cumplo mi función de concejal», asegura. Sus argumentos van más allá: «Aquí somos 25.000 ourensanos, y dos mil banduenses a los que intento ayudar. Mantengo unida a la gente en lo cultural, lo gastronómico, el esparcimiento, y además a los mayores».

El concejal electo se vanagloria de no haber cobrado nunca nada, «ni recibo ayuda de Galicia». En este punto aprovecha Enríquez Badas para arremeter contra el Ejecutivo gallego: «Considero que el actual Gobierno se ha olvidado y no tiene interés en la emigración. Solamente dan discursos».

Presidente de la Casa de Ourense en Buenos Aires, Alfredo Enríquez asegura que seguirá «dando batalla en mi pueblo», que «cada día deja marchar a un joven más» y anuncia su intención de participar en las elecciones europeas.

Su caso es uno de los varios que han salido a la luz como consecuencia de la renuncia de un diputado de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) en el Parlamento de Galicia. David Fernández Calviño, parlamentario por la provincia de Ourense, se vio obligado a dejar su escaño tras varias semanas en Dinamarca, adonde se fue para incorporarse a la investigación. Pero tampoco el del edil de Bande es un caso único en la política municipal. Esta misma semana el Partido Popular forzaba a un concejal del equipo de gobierno de A Lama (Pontevedra) a presentar su dimisión tras varios meses en México por trabajo.

En el Concello ourensano de Piñor, su teniente de alcalde, la socialista Sandra Álvarez Rodríguez, se encuentra en la actualidad en Ourense, pero ha pasado varias temporadas fuera de España. Motivos laborales fueron los que la alejaron de su tierra. Igual que a Adriana Oliveira Varela, número dos de la formación independiente Alternativa Electoral de Moraña (AEM), que se marchó a Londres sin renunciar a su acta. Otro compañero suyo de partido, Celso Diz, tampoco renunció cuando hace algunos meses se fue a Guinea Ecuatorial a trabajar.