Las fichas que mueve el narcotráfico

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

Mientras algunos históricos quedan libres, las nuevas generaciones se estrenan en prisión

09 feb 2014 . Actualizado a las 12:18 h.

análisis situación procesal de los nombres propios de los clanes arousanos

En los últimos años, la ría de Arousa asistió entre estupefacta y resignada a un goteo continuo de excarcelaciones de nombres históricos del narcotráfico, en algunos casos porque habían cumplido sus condenas y en otros porque se aprovecharon de distintos beneficios penitenciarios que brinda la ley. Fue así cómo Manuel Charlín, el capo de los capos, abandonó la prisión hace cuatro años tras pasar veinte entre rejas. Hubo que esperar tres años más para que la imagen se repitiese, con la salida de prisión de Laureano Oubiña, que ahora cumple otra condena por blanqueo. Más tarde dejó la cárcel la mujer con más renombre entre los clanes gallegos, con permiso de la fallecida Esther Lago. Fue hace un año cuando regresó a su casa de Vilanova la hija mayor del patriarca, Josefa Charlín, apodada la Soldevilla.

Pero al mismo tiempo que algunos históricos volvían a ver la luz y otros seguían peleando por recuperar la libertad sin conseguirlo -es el caso de Sito Miñanco o de Marcial Dorado, que siguen en prisión- las nuevas generaciones iban conociendo las hieles de las cárceles, en un trasiego de entradas y salidas que casi permite a veteranos y noveles saludarse ante las rejas penitenciarias.

En el último año se sucedieron varias operaciones contra el tráfico de drogas que llevaron a prisión a algunos reincidentes y a otros que, a pesar de que ya se habían hecho un nombre en el mundillo, todavía no tenían mucha experiencia en la rutina carcelaria. Jorge Durán, marido de Rosa Charlín, volvió a la cárcel como supuesto responsable de una organización que abastecía de drogas a los pubs de Santiago. Su mujer se libró de la prisión, lo mismo que el empresario vilagarciano Roberto Regal, imputado también en la causa. Otro personaje que, como Durán, visita la cárcel cada cierto tiempo es Marcos Vigo, acusado el año pasado de organizar un alijo de 3.500 kilos de cocaína junto con el histórico José Luis Viñas, Manzanita. Y curiosamente fue también hace unos meses cuando reapareció una conocida sobrina del patriarca, Yolanda Charlín, y con ella, la heroína, su especialidad en el tráfico de drogas.