El sí de Suiza al cupo migratorio sorprende a la colonia gallega

redacción / la voz

GALICIA

Protesta en Zúrich contra el cupo de extranjeros.
Protesta en Zúrich contra el cupo de extranjeros. STEFFEN SCHMIDT < / span>efe< / span>

Los helvéticos aprobaron con un 50,4 % de los votos una iniciativa que pretende poner coto a la entrada de emigrantes de la UE

10 feb 2014 . Actualizado a las 14:57 h.

No se lo esperaban. La ajustada aprobación, con el 50,4 % de los votos, de la iniciativa del ultraderechista Unión Democrática de Centro (UDC) de limitar la entrada de inmigrantes europeos a Suiza ha cogido por sorpresa a la colonia gallega en ese país centroeuropeo, donde viven 37.995 gallegos. «La verdad es que no se esperaba una doble aceptación de esta propuesta [ciudadanía y cantones]», explica la exdiputada en el cantón de Ginebra y expresidenta del Parlamento de ese cantón, la gallega Loly Balay. Y desde el centro Sementeira en Basilea, su vicepresidente, Jesús Castiñeira, comenta que «non nos pode caer moi ben porque é unha limitación de dereitos e o único que fai é complicar e facer máis burocrático todo e non resolve nada».

El problema al que alude este emigrante gallego es el dumpin salarial que se está produciendo y que sufren especialmente cantones como el fronterizo de Tesino, adonde llegan centenares de italianos que aceptan trabajos por un salario muy inferior a lo que es habitual en Suiza. De ahí, comenta Balay, que el resultado pueda explicarse por «el temor de los suizos a esa competencia desleal en tema de sueldos porque, aunque bajo, aquí también hay un índice de paro del 4 %, porcentaje que llega al 6 % en Ginebra».

Un cambio

Y la responsable del centro gallego A Nosa Galiza en esa última capital, Pilar Carril, apunta que «aquí moitas veces non collen aos parados e traen traballadores de Francia. De feito, hai moitos galegos que, tras ter volto para Galicia hai cinco ou dez anos, regresan agora e ven que isto cambiou moito. Chegan aquí e están sen nada».

La votación estuvo dividida entre los cantones francófonos, favorables al no; los que hablan alemán, más divididos sobre la propuesta, y los italianos, que avalaron poner el coto que propone el UDC. Su propuesta recoge que en el futuro solo se permita una inmigración regulada por cupos que estarán marcados por «el interés general de la economía del país».

Después de que los suizos le dieran luz verde, su Gobierno está obligado a poner en marcha una ley que la regule. Y tiene tres años para negociar con la UE los acuerdos vigentes porque el resultado de la consulta implica que deberá de cambiar el tratado acordado con la UE mediante el que se comprometía a permitir la libertad de movimiento con los países comunitarios. La reforma afectará a los gallegos que quieran emigrar por primera vez o regresar a Suiza, un fenómeno que ha vuelto a florecer en los últimos años.