
El Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia reconoce a este colectivo por su comportamiento ejemplar y por lo importante que fue para la sociedad en general
30 mar 2014 . Actualizado a las 08:00 h.Son ya muchos los reconocimientos recibidos pero todos son merecidos. El Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia celebró en la capital gallega su acto anual Achegas da Psicoloxía, en el que se entregó el máximo reconocimiento de esta entidad, el premio Dolores Llópiz 2014, a los vecinos y vecinas del barrio compostelano de Angrois. La institución reconoció a este colectivo por su ayuda en la tragedia del tren Alvia el pasado 24 de julio, «polo seu exemplar comportamento, salvador e reconfortante para as persoas afectadas directas, pero tamén a importancia que tivo para toda a sociedade en xeral e para os profesionais da psicoloxía en particular». Este premio se instauró para rendir homenaje a personas particulares, instituciones o asociaciones que hayan colaborado activamente en el campo de la psicología, y su nombre se debe a la profesora Dolores Llópiz, ya fallecida, que formó parte activa del colegio durante más de un decenio.
El premio fue recogido por los portavoces de la asociación de vecinos de Angrois, su presidente, Anxo Puga, su vicepresidente, Martín Rozas, y el secretario, Isidoro Castaño. El primero de ellos pidió que se sepa todo la verdad sobre lo ocurrido en el accidente ferroviario que costó la vida a 79 personas; que se asuman todas las responsabilidades; y se respeten los derechos de las víctimas y de sus familiares. La presidenta del colegio de psicólogos, María Rosa Álvarez Prada, defendió una profesión que en estos momentos es más necesaria que nunca, y recordó que el accidente del Alvia en Angrois fue la tarea más dura a la que tuvo que enfrentarse este colectivo en Galicia.
Esta es la sexta edición del premio Dolores Llópiz, que recae en los vecinos de Angrois por su comportamiento ejemplar, que sirvió para confortar a la ciudadanía en un momento tan trágico como el del siniestro del Alvia. De hecho, los psicólogos gallegos participaron en la atención a los supervivientes y a las familias de las víctimas a través del grupo de intervención psicológica en catástrofes y emergencias, y pudieron comprobar de primera mano como los vecinos del barrio «sen dubidalo, abriron as súas casas, salvaron vidas, deron acougo e axudaron aos equipos de profesionais», sostienen.