
La crisis de Santiago, Angrois y el caso de Louzán entran en la refriega
10 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La Administración de Justicia también se autoinvitó al inicio de la campaña electoral en Galicia, y lo hizo de la única manera que puede hacerlo: apurando el paso en la investigación de varios casos relacionados con la corrupción política y la seguridad ciudadana y aumentando la abultada nómina de imputados. Si en vísperas de la pegada de carteles era la Audiencia Provincial de A Coruña la que decidía juzgar por prevaricación a siete concejales del equipo de gobierno de Santiago, desbaratando así la agenda política del PP, un juez de Cambados le asestó ayer otro golpe a los populares con la imputación de Rafael Louzán y su esposa por un delito de cohecho continuado, mientras el PSOE también se llevó su ración con la imputación de once cargos del ADIF y de Fomento en relación con el siniestro de Angrois, pertenecientes todos ellos a la etapa en que José Blanco era ministro.
Instantes antes de tener conocimiento del auto de imputaciones del juez Aláez por el descarrilamiento del tren Alvia, fueron los socialistas los que colaron las causas judiciales en campaña reclamando la dimisión inmediata de los ediles compostelanos para evitar el «durísimo golpe» a la imagen de la ciudad, mientras el secretario del PSOE en la provincia de A Coruña, Francisco Caamaño, le pedía explicaciones a Feijoo por este asunto y por el juicio oral que en septiembre afrontará el alcalde de Trazo, el popular José Dafonte, por un supuesto delito de falsedad documental en la construcción de la grada de un campo de fútbol.
La acción de la Justicia pesa como el plomo en las alas de algunos candidatos y dirigentes políticos, impidiéndoles remontar el vuelo, pues provocó que tanto Blanco como Louzán tuvieron que retocar sus agendas para restarle importancia a su delicada situación. «Estou seguro de que los responsable de ADIF tomaron sus decisiones de acuerdo a la legalidad», se defendió el candidato socialista; «non estou preocupado porque non o estaba dende un principio», señaló por su parte Louzán.
Pero pese al ruido judicial de fondo que marcó la primera jornada de la campaña, que coincidió con el 9 de mayo, Día de Europa, las fuerzas políticas gallegas hicieron esfuerzos para mirar hacia otro lado y colocar los mensajes de sus respectivas factorías. El candidato de Compromiso por Galicia, fuerza que concurre a las europeas con CiU, PNV y CC, se quedó solo en este ámbito resaltando que «nunha Europa ética o presidente da Deputación de Pontevedra tería dimitido».
Feijoo azota al BNG y a Beiras
El mandatario autonómico y líder del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo, que anoche participó en un mitin en Carballo, se abonó a hablar, más que de los problemas con la Justicia, de los problemas de la oposición, al pedir un pacto con la ciudadanía «para seguir avanzando» con el PP «e non un pacto con Bildu, como ofrecen outras forzas», en alusión directa al BNG, ni un pacto «con quen pide á xente que os apoie nas eleccións e despois case non participa no Parlamento», dijo en referencia a Xosé Manuel Beiras.
Desde el PSdeG y el BNG replicaron poniendo al exministro Arias Cañete, cabeza de lista del PP a la Eurocámara, en su punto de mira. El líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, lo identificó como «o auténtico responsable» de la negociación de las cuotas del cerco «na que perdeu Galicia». Y Xavier Vence, portavoz nacional del Bloque, le reprochó al «millonario Cañete» que defienda la «agricultura dos terratenentes do sur, coma el mesmo» en detrimento de la gallega.
Beiras, por su parte, arropó a Lidia Senra en un mitin en Lugo, donde deslizó su discurso contra lo que llama «os partidos do réxime», al manifestar: «Revólvenseme as tripas ao escoitar dicir que eles teñen as solucións. Eles son os culpables».