Dorado dice que lo investigaron bancos suizos y vieron todo legal

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

GALICIA

Asegura en el juicio por blanqueo contra él que no controlaba la contabilidad de sus empresas

15 may 2014 . Actualizado a las 12:25 h.

Marcial Dorado aseguró ayer que no llevaba ni controlaba la contabilidad de ninguna de sus empresas, ya que no tiene los conocimientos necesarios para hacerlo, y desvió la responsabilidad hacia sus gestores. En la cuarta jornada del juicio que se sigue contra él por blanquear 21 millones de euros procedentes de la droga, entre otros delitos, por los que se le piden 15 años de cárcel, su abogado y el de sus hijos trataron de desmontar las acusaciones. Los letrados Manuel Tuero y su hijo José Antonio Tuero se esforzaron en demostrar que Dorado no es un narcotraficante, incidiendo en que durante la operación Nécora fue puesto en libertad solo dos días después de su detención el 12 de junio de 1990 sin que tuviera que prestar declaración como testigo y que su condena en el 2009 fue por vender una lancha, la Nautillus, que no sabía que iba a participar en el traslado de droga. Como hizo el día anterior, Dorado insistió en que se dedicaba al negocio del tabaco, que trasladaba legalmente desde Suiza a los puertos francos, donde lo vendía.

Mantuvo que sus empresas tenían actividad económica y no eran tapaderas para lavar el dinero procedente del narcotráfico como sostiene el ministerio público. Rechazó que los barcos construidos en los Astilleros Hércules, de su propiedad, estuvieran destinados al contrabando, ya que eran para el marisqueo, la pesca y las regatas. La Fiscalía asegura, en cambio, que Dorado se dedicaba al tráfico de drogas desde los noventa, «a través, entre otras actividades, de la fabricación de embarcaciones de alta velocidad». El acusado lo calificó de «mentiras para engordar».

Procedencia del dinero

Explicó que cuando abrió sus cuentas en bancos suizos los responsables de estas entidades investigaron quién era, la procedencia del dinero y a qué se dedicaba. Los de Paribas, UBS o Ferrier Lullin, dijo, viajaron incluso a España para «ver quién era yo y qué relaciones tenía».

Uno de los objetivos de la defensa fue descalificar a los dos acusados, el matrimonio compuesto por Sara Rodríguez y José Manuel Sánchez Zabala, que el día anterior lanzaron un torpedo en la línea de flotación de Dorado al declarar que conocían el origen ilícito de su dinero. El arousano dijo que terminó «muy mal» con ellos cuando acabó su relación profesional y los acusó de quedarse con un local en Málaga que pertenecía a Progamallo, su empresa más importante. «Es una apropiación indebida, una falsedad de lo más grande que hay, un robo a mano armada», afirmó Dorado. Además, acusó a Sánchez Zabala de haber provocado su condena por cohecho a dos años y cinco meses de prisión en el 2005.

El otro procesado que declaró ayer, Eduardo Macho, que fue administrador de Progamallo, acusado de ser uno los testaferros de Dorado, aseguró que Sánchez Zabala nunca le manifestó que el origen del dinero fuera ilícito. Asimismo, dijo que Dorado nunca le dio instrucciones para que ocultara su nombre en las transacciones.