La hija de Marcial Dorado se desvincula de los negocios y la administración de las empresas de su padre

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño LA VOZ / MADRID

GALICIA

La fiscal pide para ella seis años de prisión por colaborar en el blanqueo de dinero

19 may 2014 . Actualizado a las 18:42 h.

El juicio por blanqueo de dinero procedente de la droga contra el narcotraficante gallego Marcial Dorado continuó hoy en la Audiencia Nacional con la declaración de su hija María, acusada de formar parte de la organización liderada por su padre, y para la que la fiscal del caso solicita un total de seis años de prisión. La acusada, que figura como apoderada en varias de las empresas supuestamente utilizadas para blanquear el dinero obtenido ilícitamente, se desmarcó ayer de la contabilidad y la administración de estas empresas, asegurando que sus únicas funciones eran las de traducir documentos en inglés y francés y contestar a esos escritos siempre siguiendo las indicaciones de su padre. A preguntas de la fiscal, insistió en que si algunos de los faxes intervenidos en la investigación están dirigidos directamente a ella es porque las personas que mantenían relaciones comerciales con su padre sabían que era ella quien se ocupaba de traducirlos antes de que fueran contestados.

María Dorado aseguró qua a pesar de trabajar para su padre, este nunca les explicó ni a ella ni a sus hermanos en qué consistían sus negocios ni porqué tenía cuentas en Suiza, y tampoco ella le preguntó nunca por estas cuestiones ni antes ni después de trabajar para él. Marcial Dorado solo les explicó, cuando fijó su residencia en Ginebra y por tanto estuvo ausente mucho tiempo de España, que se dedicaba a la compra y venta legal de tabaco en puertos francos. Respecto a por qué figuraba como accionista de algunas de las empresas de su padre como la firma Efectos Navales Arousa S.L. en Vilagarcía de Arousa, explicó que tanto ella como sus hermanos invirtieron en esta empresa los 3.700.000 pesetas que obtuvieron en el sorteo de la lotería gracias a los décimos que les había comprado Marcial Dorado. Este les recomendó que invirtieran su dinero ganado en las empresas familiares y así lo hicieron. La Fiscalía asegura que esos billetes premiados, que fueron ingresados en una cuenta bancaria, serían una estratagema más de Dorado para blanquear dinero y que los billetes habrían suido comprados a las personas que realmente fueron agraciadas en el sorteo.

Según el escrito de acusación, María Dorado habría llevado «la dirección del entramado» desde que su padre ingresara en prisión, pero «siempre balo la tutela del mismo».