«Tengo más de 70 serpientes y dormiría con ellas»

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

GALICIA

El director del Museo del Calamar Gigante dice que conoce tres casos similares al ocurrido en Narón esta semana

25 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Luis Laria es el artífice y director del Museo del Calamar Gigante de Luarca, la más importante exposición de cefalópodos del mundo. También dirige el Centro de Recuperación de Especies Marítimas y Exóticas, situado en La Mata, a las afueras de la villa asturiana. A sus manos llegan todo tipo de aves, pero también caimanes, tortugas, mapaches... y serpientes. En cuanto hay una alerta por la aparición de un ofidio, allá acude Laria con su equipo, lo que para él constituye un vivero de historias y anécdotas, algunas ciertamente inverosímiles. Por ejemplo, conoce tres casos como el sufrido días atrás por Iris Castroverde, a quien mordió una serpiente en el glúteo en el baño de su casa en Narón.

«Aquí en La Mata tenemos unas 70 serpientes, algunas de 35 kilos. Hay pitones, alguna anaconda... La gente las compra y cuando crecen les cogen miedo y o bien las liberan o bien nos llaman para que vayamos a retirarlas. La legislación en cuanto a la tenencia de serpientes supuestamente peligrosas es un absurdo. Llevamos mucho tiempo exigiendo que las serpientes y otras especies susceptibles de ser liberadas en el medio natural tengan un control, igual que ocurre con los perros, a los que les instalan un microchip».

-¿Qué opina del incidente de Narón?

-Todo apunta a que era de un vecino y se escapó. Aquí, en Asturias, se han dado tres; dos con serpientes exóticas y uno con una autóctona. Una señora estaba en el baño y vio que se movía la tapa del váter y al poco salió una serpiente, una natrix natrix, que vive en todo el Cantábrico, en Galicia también. Con las especies exóticas sé de casos de gente que ha tratado de deshacerse de ellas tirándolas por el retrete. Si estás en un bloque de viviendas, a cualquiera le puede tocar la lotería, porque tienen capacidad para mantenerse un tiempo en los desagües y terminar saliendo en el lugar más insospechado.

-¿Son peligrosas?

-Todas lo son hasta cierto punto, dependiendo del tamaño y de la toxicidad. Hay algunas mortales, pero las que se comercializan en un altísimo porcentaje no tienen veneno. Pueden alcanzar incluso 50 kilos y son potencialmente peligrosas, por ejemplo, para los niños.

-¿Qué hacer en ese caso?

-Cuando se encuentra una serpiente, si es autóctona, lo ideal es contactar con alguien que sepa y se atreva a trasladarla, sobre todo si está en una vivienda. De ninguna manera hay que matarlas, simplemente llevarlas a una zona adecuada. Si se trata de una especie exótica lo mejor es llamar a la policía. Hay que tener cuidado con los niños y tomarlo en serio. Sé de una persona que al descubrir una serpiente sufrió una lipotimia, cayó y estuvo a punto de morir por el golpe.

-¿Y si te muerde?

-Si es exótica, en el 95% de los casos te hará algo de daño y no irá más allá. Si es autóctona y no tiene veneno, tampoco pasa nada, pero si es una víbora se debe acudir al médico para seguir un protocolo, porque en algunas ocasiones puede suponer la muerte. En Galicia hay muchas serpientes venenosas, que pueden llegar a ser mortales. Las podemos encontrar en un huerto, en una pared de un muro... Si las vemos no hay que alarmarse. Hay que apartarse y si nos muerde identificarla es fundamental. Ahora que todos llevamos un móvil encima, si tenemos la tranquilidad suficiente para hacerle una foto sería extraordinario.

-Ya, pero con el susto...

-Hay que mantener la calma. Dan miedo por una cuestión cultural, por la iconografía cristiana. Yo tengo más de 70 serpientes y me metería en la cama a dormir con ellas sin ningún problema. Cuando llegan autobuses con niños a nuestro centro, a cada niño le ponemos una serpiente en la mano y les hacen fotos.

-¿Qué opina de tener serpientes en casa?

-Es absurdo tener en tu piso como mascota a una serpiente enorme. Es una extravagancia, una ridiculez... Tener una serpiente de cuatro metros y 50 kilos en un piso es como tener un mastín. ¿Una pequeña? Bueno, si te gusta, pues adelante... pero hay que saber cuánto va a crecer.

-Y habla por experiencia.

-Algo tengo... una vez saqué siete víboras del tambor de una lavadora. Una señora tenía amontonada ropa en el porche de su chalé, en el campo. Las serpientes llegaron allí y aprovechando que la lavadora estaba entreabierta, entraron.

-¿Le han mordido alguna vez?

-Sí, pero no pasa nada.