Ochenta rosas blancas con el nombre de cada fallecido

La Voz

GALICIA

El acto de las víctimas de la tarde del próximo jueves

17 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Alas siete de la tarde del próximo jueves, día 24, como si se detuviera el tiempo, todas las miradas estarán en Angrois. Un año antes, casi a la misma hora, en apenas unos segundos, el violento descarrilamiento de un Alvia procedente de Madrid protagonizaba una de las mayores tragedias de Galicia.

Un dolor que acompañará para siempre a esta tierra, una herida aún sin cicatrizar. Y si de algo sirvió aquella amarga y desgraciada tarde fue para ver cómo en la más absoluta adversidad emerge la solidaridad de un pueblo. Y así lo creen las víctimas, que abrirán su propio acto conmemorativo del jueves, posterior al de las medallas, con la entrega de placas a los vecinos de Angrois y al personal de emergencias. Una ceremonia que se prevé sencilla, pero cargada de simbolismo.

Una ofrenda floral, las intervenciones de las víctimas y un recital poético con un guitarrista precederán al que quizás será el momento más emotivo: ochenta rosas blancas, cada una con el nombre de cada fallecido en el accidente, se depositarán en las vías de la fatídica curva de A Grandeira. Una hermosa metáfora de que, a pesar de todo el dolor, de la imposibilidad de restituir lo perdido, sí se puede luchar contra la desmemoria y el olvido. Quienes allí se dejaron su vida estarán para siempre en el recuerdo de sus allegados, pero también de toda Galicia. Un sentimiento al que pondrá música, como cierre de la ceremonia, el grupo de folk Batemento, del municipio pontevedrés de Salceda de Caselas, y que ha compuesto una hermosísima melodía en homenaje a los fallecidos, una canción que lleva por título Angrois.

El dulce sonido de las flautas, hipnotizador, para que quede allí para siempre. Y para que nadie recuerde ni un solo grito.