La Xunta advierte a perceptores de su renta social que la ley les impide mendigar o prostituirse

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

AGE acusa al Ejecutivo gallego de denigrar «á xente que peor o pasa» con controles que no se imponen a ningún cargo público

30 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La Consellería de Benestar está remitiendo cartas a los perceptores de la renta autonómica de integración social (risga) en la que les advierte de la Lei de Inclusión de 1991 los obliga a «non exercer a mendicidade nin a prostitución, nin inducir ou compeler á práctica de calquera delas a ningún membro da unidade de convivencia». El grupo parlamentario de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) denunció ayer que, con su «falta de sensibilidad» en ese mensaje, la Xunta «denigra» a los beneficiarios de esa paga (personas en situación o riesgo de exclusión), porque considera que son susceptibles de mendigar o prostituirse. El diputado Juan Fajardo reprobó, además, que la Administración se apoya en una obligación «propia do século pasado» que «non aparece na lei en vigor».

Fajardo objetó que «o nivel de control e seguimento ao que a Xunta somete a calquera persoa que percibe a risga, a miúdo menos de 400 euros por unidade familiar, é moito maior que o de calquera cargo público e político». Señaló que al alto cargo que toma posesión no le recomiendan «que non pasee con narcotraficantes», en clara alusión a la controversia suscitada en la primavera del 2013 por la publicación de unas fotografías de los años noventa de Feijoo con Marcial Dorado. Apostilló que tampoco se pide al alto cargo «que non teña contas en Suíza ou que non quede con cartos públicos». El propio Fajardo se puso como ejemplo del distinto rasero que se aplica al cargo político y a la persona más necesitada: «Cando recibín a acta de parlamentario non me puxeron por detrás que non me podía adicar á prostitución, porque se supón que esa non é unha actividade legal».

Contratos «lixo» en concellos

El diputado de AGE defendió que los únicos requisitos que se le deberían exigir a los perceptores de la risga (que en el 2013 llegaron a ser 11.450 y siguen aumentando cada año) son los que figuran en la ley aprobada el año pasado y se sintetizan en un itinerario de inserción sociolaboral. Denunció que, al contrario, algunos concellos se apoyan en la risga para contratar a trabajadores sin derechos. Según Fajardo, son «contratos lixo, que non cotizan e que institucionalizan a opresión e a explotación». El diputado circunscribió esa práctica a «varios concellos gobernados polo PP». Resolvió que los beneficiarios de la risga afectados por esa tesitura «quedan en mans de alcaldes sen escrúpulos, que no PP os hai e moitos».