Rechaza explicar el doble rasero del Concello, que oculta a los adultos que cobran el cheque social y publica la lista de niños con becas de comedor
14 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.«Se contestará por escrito». Abel Caballero utilizó ayer de nuevo la fórmula con la que despacha cuestiones a las que prefiere no responder. Se le preguntó por los motivos que han llevado al Concello a difundir una lista de menores que reciben ayudas sociales y a ocultar la identidad de las 1.250 personas beneficiarias del denominado cheque social. El Ayuntamiento mantenía ayer noche en su página web oficial la relación de los menores con becas de comedor y de libros, en la que figura el nombre de los niños, el del padre o madre y el centro en el que cursa.
Este hecho ha causado perplejidad en algunos sectores y la protesta pública de la portavoz del BNG, pero nada ha cambiado. Cualquier persona que quiera conocer cuáles son las cinco mil familias con hijos escolarizados en peor situación económica no tiene más que acudir a la página web del Concello.
En el caso de las ayudas infantiles, con las que estas familias pueden enviar a sus hijos al comedor escolar o comprar libros y material escolar a cargo del Concello, el requisito clave es contar con muy reducidos ingresos económicos. Es justamente el mismo motivo por el que se concede el cheque social y de hecho es probable que ambas ayudas se solapen en algunos casos. Estas últimas se conceden para hacer frente a alquiler de vivienda, recibos de gas y electricidad y para la compra de alimentos, pero nadie tiene posibilidad de saber quiénes son los beneficiados mientras con que las becas escolares solo hace falta una conexión a Internet para tener los datos que identifican a estas familias y a los niños con beca municipal.
Esta contradicción es aún mayor cuando este verano Caballero se negó en rotundo, ante algunas peticiones, a abrir el comedor de algunos colegios para que los niños con becas escolares tuvieran garantizada al menos esa comida. Existían dudas de que familias sin ingresos pudieran alimentarlos una vez finalizado el curso escolar.
A juicio del alcalde, abrir uno o varios colegios para que acudieran estos menores habría sido una forma de estigmatizarlos al quedar expuestos a la vista de todos como necesitados de ayudas sociales. Sin embargo, llegado el momento, desde el Concello los señalan de forma igualmente pública y al acceso de cualquiera.
Al margen de este hecho, también han surgido quejas por el sistema empleado para tramitar el cheque social, una ayuda relevante (1,8 millones de euros este año, aunque en el 2013, el de su creación, se presupuestaron 3,2 millones). Ante la existencia de una masiva demanda, el departamento de Benestar Social habilitó una oficina especial en la lonja del Concello, justamente el lugar por el que acceden a su puesto de trabajo los funcionarios y todo ciudadano que precisa realizar una gestión municipal.
De esta forma, las miles de personas que realizaron gestiones para obtener el cheque social estuvieron durante varias semanas expuestas a la vista de cualquiera. Y ahora que ha empezado a pagarse esta ayuda sucede exactamente lo mismo.
Según Iolanda Veloso, portavoz municipal del BNG, una amiga suya que se encuentra en una muy difícil situación personal y económica llevó muy mal hacer esta cola. «Síntome humillada», le dijo llorando cuando la vio pasar por la lonja. A juicio de Veloso, el Concello debería buscar un sistema que garantice el anonimato de los solicitantes.