Construyo mi casa con un destornillador

Toni Silva A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

OSCAR CELA

El arquitecto gallego Alberto Corral crea una patente de construcción con piezas de madera prefabricadas e inspirada en la filosofía del «háztelo tú mismo»

05 abr 2016 . Actualizado a las 10:47 h.

Desde hace algo más de un año, en la clasificación internacional de patentes ya saben de Alberto Corral, un arquitecto coruñés que ha registrado un innovador sistema constructivo. Bautizado como Ubuild (derivado del You build inglés, «tú construyes»). Porque de eso se trata. Uno mismo se puede levantar una casa con la simple ayuda de un destornillador en dos o tres días.

La clave de este sistema constructivo, que abraza los principios del medio ambiente al apostar por una arquitectura en madera y que repele el hormigón, es el diseño de la colección de piezas cuya combinación genera posibilidades infinitas. Con el mismo tipo de piezas se puede construir un puesto de socorro (como el que asoma en la playa del lago de As Pontes), bungalós como los que se exponen en un rincón de Outeiro de Rei, junto a una de las empresas encargadas de desarrollar las piezas, o una casa de infinitos metros cuadrados. El sistema está inspirado en esa combinación de piezas que encajan del mecano Lego y la filosofía del «háztelo tú mismo».

Pero Alberto no ha buscado solo la construcción de paredes de madera perfectamente ensambladas sino un extraordinario rendimiento térmico en estas para adaptarse a todas las temperaturas. Lo resolvió cuando tuvo la propuesta de construir un poblado de trabajadores en el desierto de Atacama, en Chile, donde a los 40 grados del día le sucedían temperaturas bajo cero.

«Lo que hice fue crear una fachada ventilada aislada. Así se producen dos cámaras de aire, y la cámara exterior se puede bloquear o desbloquear, lo que la convierte en una cámara de ventilación o en una cámara de aislamiento», explica Alberto Corral quien, de este modo, consigue una estructura fresca para las horas de calor y otra más cálida para los momentos de frío. «Y todo con los mismos paneles», insiste el ingeniero, quien también ha revolucionado la filosofía de los cimientos. Para ello inventó una especie de tornillo gigante que se enrosca en la tierra. «Para que un huracán se lleve la casa tendría que arrancar parte de la parcela», comenta Alberto, muy documentado sobre los secretos y virtudes de la madera gracias en parte a su vida personal. «Mi mujer es de Finlandia y en aquel país la gestión de la madera y sus recursos está muy desarrollada».

Solución en la techumbre

Reconoce que su principal quebradero de cabeza fue conseguir el hermético cierre de las cubiertas de las viviendas, la perfecta impermeabilización. Un camión que cruzaba el barrio coruñés de Los Rosales fue su particular manzana de Newton. «Era un tráiler enorme, más grande que muchas casas. Me fijé en el toldo y su sistema para cubrir la carga», recuerda. Visitó entonces una empresa de Arzúa especializada en toldos y consiguió sellar a la perfección la techumbre de sus estructuras después de mucho ensayo y error y una combinación de tubos de acero, mordazas y tensores.

Su original y asequible sistema constructivo ya ha sido demandado por empresas de Paraguay y Argentina, al tiempo que ha originado algunas estructuras en Galicia, como un garaje en As Pontes. «La autoconstrucción se asocia habitualmente a una construcción deficiente pero este sistema demuestra que no es así, la calidad de habitabilidad es máxima», sentencia Alberto Corral mientras sostiene un destornillador en la mano.