
El capitán del «Prestige» recibe el apoyo en Atenas de una delegación de sindicalistas tras la condena del Supremo
29 jun 2016 . Actualizado a las 21:28 h.Poco se sabía de él desde antes incluso de la sentencia del Tribunal Supremo que lo condenó en enero a dos años de cárcel. Pero Apostolos Mangouras, capitán del Prestige, sigue siendo una referencia para los marinos de todo el mundo, especialmente desde la condena judicial. Así que una delegación de sindicalistas de la Federación Europea de Trabajadores del Transporte y de la Asociación Europea de Armadores logró concertar una cita con el viejo capitán en Atenas, donde vive gran parte del año si no está en Icaria, su isla natal. Mangouras acudió al encuentro con un ligero cambio de imagen respecto a sus últimas apariciones durante el juicio. Gafas de sol, gorra azul marino y polo azul claro. Y lo más novedoso: una poblada barba blanca y un pequeño bastón para apoyarse.
Cristian Castaño, sindicalista de CC. OO. en Salvamento Marítimo que acudió a la cita, asegura que lo notó «un poco más debilitado». «Lo que más me impresionó es que no para de hablar del Prestige y de la injusticia de la condena. Nos decía que él no le había hecho el agujero al barco». Hay que recordar que el Supremo lo condenó, entre otras razones, porque él y la empresa armadora actuaron «temerariamente y a sabiendas de que probablemente se causarían tales daños», en referencia al vertido de 63.000 toneladas de fuel que a partir de noviembre del 2002 afectó a la costa gallega, cantábrica y francesa.
Mangouras acudió en compañía de uno de sus dos hijos, que hizo a la vez de traductor -el capitán habla inglés, pero con una competencia limitada a las comunicaciones marítimas- y de fotógrafo. Fue quien sacó la única imagen de ese encuentro, en un barrio tranquilo en las afueras de la capital griega.
Castaño explica que la charla giró prácticamente en exclusiva alrededor de la condena del Supremo, que sus abogados trataron de recurrir pidiendo su nulidad sin éxito. Ahora les toca acudir al Tribunal Constitucional, mientras la ejecución de la sentencia sigue su curso y, con toda probabilidad, el capitán, de 82 años, no tendrá que ir a la cárcel. Esta posibilidad ya ha sido suspendida con el beneplácito de la Fiscalía. «No se puede condenar a un marino a penas de cárcel por un vertido si no hay intencionalidad», dice Cristian Castaño sobre una parte de la charla en la que todos los asistentes al encuentro estaban de acuerdo. Explican que Mangouras sigue recibiendo asistencia psicológica por las secuelas del accidente. De hecho, el marino griego se emocionó cuando relataba cómo fue su detención, cuando abandonó finalmente el petrolero dos días después del accidente. «No pudo terminar -comenta Castaño-. Se levantó y se fue a pasear solo un rato».
Traducción de la sentencia
La visita se organizó para el pasado día 24, víspera de una jornada simbólica: el día internacional de la gente del mar. Así describen el encuentro los sindicalistas de Comisiones en un documento que colgaron en su web: «Su mirada triste y apagada dice mucho de su pesar. A día de hoy sigue esperando la traducción de la sentencia para poder explicarse por qué lo han condenado».
Mangouras sigue presentándose periódicamente en una comisaría de Atenas. Al parecer, un día que no pudo asistir porque estaba enfermo, la policía griega se presentó en su casa.