
El despacho que selló la primitiva de los 14 millones recibe clientes menos habituales, como los peregrinos. Es tal el revuelo por el premio que los vecinos se olvidan de que hoy lo que toca son elecciones
25 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Los más de 14 millones de euros que dejó en Arzúa el sorteo de la primitiva del jueves han contagiado optimismo en la localidad coruñesa. Si a eso se le añade una alegría generalizada entre los vecinos porque la lluvia de billetes empapó a doce paisanos que son buena gente, trabajadora, humilde y querida, el resultado es, si no colas, una espera más larga de lo habitual a las puertas de O Rei Midas, la administración de lotería en la que se selló el boleto premiado. «La gente cuando está contenta gasta», afirma Susana Quintela, la lotera que repartió suerte a los 12 vecinos de la peña de trabajadores de Correos que se repartirán los millones del quinto premio más cuantioso de todos cuantos, hasta la fecha, cayeron en Galicia.
El comentario viene al caso porque es ella quien corrobora que el premio está funcionando como reclamo para las ventas. No es algo que le pille de sorpresa a la titular de un despacho en el que, en la última década, se repartieron seis premios nada despreciables. Por eso, el último no iba a ser menos. Cuenta así la lotera que a la hora de hacer caja «se está notando, y mucho». Ya el día después y, con más razón si cabe, ayer. Los cuarenta y nueve números de la primitiva tuvieron cita con el bombo y para el sorteo quiso probar suerte «gente que no es cliente habitual de los sábados», apuntó Susana Quintela. El sellado de boletos se disparó y con una curiosidad: muchos de ellos se validaron con cinco apuestas, las mismas que cubre la peña agraciada con la millonada del jueves.
Aún abrumada por el chaparrón de dinero que cayó en Arzúa -«todavía estoy en una nube», confiesa-, la lotera de la suerte comenta que el incremento de las ventas desde el viernes no solo lo percibe ella en su despacho. «También el del cupón y el compañero de la otra administración de la localidad», apunta la mujer, quien insiste en que «esto nos beneficia todos». Incluye en ese convencimiento a sus compañeros de oficio, de los que, según cuenta, recibió infinidad de llamadas de felicitación.
El efecto contagio del que habla la lotera de Arzúa se extiende al Camino de Santiago, donde la localidad ya ha sido bautizada por los propios peregrinos como «el pueblo de los millonarios». Lo cuenta, entre tantas anécdotas como para escribir un libro, la propia Susana Quintela, con quien alguno incluso quiso fotografiarse. Más de un romero ni esperó a llegar a Santiago para hacerse con un décimo de la lotería de Navidad y quienes estuvieron atentos a lo que se contó en las páginas de este periódico se apresuraron a cubrir boletos para el sorteo del euromillón, una de las dos espinitas que tienen clavadas en la administración de lotería número uno de Arzúa, donde, hasta la fecha, tampoco repartieron ningún premio del sorteo de los sábados de la lotería nacional. El resto de los palos ya los tocaron. Y a la par que se gasta en azar, en Arzúa siguen monopolizando las conversaciones de vecinos los doce millonarios que conviven entre ellos. El revuelo es tal que, por momentos, se olvidan de que hoy lo que toca, y para todos, son elecciones, y no millones.