José María Arias Mosquera: «Las crisis económicas actúan como dinamita, pero las demográficas socavan la sociedad como las termitas»

Susana Acosta
Susana Acosta REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

El presidente de la Fundación Barrié ha apostado por reunir a los principales expertos nacionales y extranjeros sobre el asunto

17 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas cosas preocupan tanto a José María Arias Mosquera (Santiago, 1953) como hacer de la Fundación Barrié un thing tank que dé un buen diagnóstico de la realidad gallega y ofrezca soluciones a sus problemas. Fruto de la reflexión sobre qué necesita Galicia, ha surgido el primer ciclo de conferencias sobre el declive demográfico de la comunidad. Con experiencia de gestor, Arias -que es presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección-, ha apostado por reunir a los principales expertos nacionales y extranjeros sobre el asunto. Lo hace porque «la Fundación Barrié, cuyo objetivo es contribuir al desarrollo económico y social de Galicia, intenta identificar los temas de máximo interés, y este es uno de los mayores desafíos de Galicia, agravado por la emigración de los jóvenes. No podríamos permanecer al margen y por eso traemos a los máximos expertos para impulsar el debate sobre el estado actual y las posibles soluciones».

-Las conferencias las impartirán grandes expertos, pero están abiertas a todo el público.

-A todo aquel interesado en la temática o al público en general. Hoy tiene lugar la jornada que podrá verse en la página web de la Fundación Barrié, pero el ciclo sigue con una conferencia a cargo de José Luis Cordeiro, de la Singularity University, el día 23.

-¿Cómo calificaría la situación?

-Alguien dijo una vez que las crisis económicas actúan como la dinamita, pero las demográficas lo hacen como las termitas. Van socavando las estructuras y cuando eclosionan producen unos efectos devastadores: la caída de consumo en todos los sectores; una menor inversión, ya que los ciclos de inversión están relacionados con la edad de las personas; al haber menos habitantes, habrá mucha menos necesidad de viviendas y esto tendrá un impacto sobre todo el sector inmobiliario y de la construcción, con el peso que tiene en el PIB. Al mismo tiempo, al haber un exceso de oferta, el valor de la propiedad tenderá a depreciarse. Al haber menos habitantes en edad de formación, habrá menos necesidad de educadores, menores ingresos por matrículas y una posible fuga de investigadores a comunidades con mayor proyección; habrá una reducción de potencia del sector financiero por la disminución de los ingresos al caer los segmentos de edad entre 20 y 55 años, sus principales consumidores; la fuerza laboral estará más envejecida; la pérdida de masa social y el abandono de amplias zonas, sobre todo rurales, supondrá pérdidas del patrimonio cultural, arquitectónico, artístico y etnográfico; desde el punto de vista de la Administración, conllevará una menor recaudación fiscal, lo que provocará el déficit salvo que se decidiese elevar impuestos y tasas con los consiguientes efectos nocivos que para el crecimiento económico conllevaría, y sin olvidarnos del gasto sanitario. De todos es sabido que a partir de los 60 años se dispara el gasto sanitario, por no hablar de las pensiones... Por todo ello la situación no podría calificarse de otra manera sino como urgente y de máxima prioridad.

-¿Por qué Galicia tiene peores datos que otras comunidades?

-Dejando al margen la baja tasa de natalidad, que es un fenómeno global, el principal factor es la emigración de nuestros jóvenes en busca de un futuro mejor. Galicia lleva 160 años perdiendo población relativa en relación con España. El primer censo oficial de 1857, puesto que el de Floridablanca no se considera del todo fiable, indicaba que Galicia, con 1.700.000, habitantes representaba el 11 % de la población total española; hoy es el 5,8 %: menos de la mitad en 160 años. Si no se profundiza en las cifras, el problema pasa completamente inadvertido. Si tan solo nos fijamos en el volumen total de población en Galicia en los últimos 30 años (período comprendido entre 1981-2012), aparentemente solo hemos perdido 31.000 personas, que es prácticamente inapreciable para el conjunto. Lo realmente alarmante no son tanto las cifras absolutas, que también, como su progresión en períodos relativamente cortos.

-¿Cree que hay esperanza de que la situación pueda revertirse?

-No es en modo alguno fácil, pero tampoco es una utopía. Irlanda ya lo ha hecho a través de un plan de acción que contemplaba cambios educativos; la creación de institutos de tecnología; dos nuevas universidades en Dublín y Limerik; facilitando el acceso a formación de segundo y tercer nivel a un número creciente de estudiantes; fomentando la inversión directa extranjera; impulsando un gran pacto económico; y contando con la ayuda de la UE en la mejora de la educación y formación ,así como aprovechando los fondos Feder para apoyar la investigación y el desarrollo. Estas acciones han permitido que, en los últimos 25 años, la población irlandesa haya crecido más de un 50 %.

-¿Qué medidas se podrían tomar en Galicia para contribuir a mejorar el problema?

-Se requieren actuaciones de carácter supranacional, de la Unión Europea. Y tienen que ir en un eje básico de actuación, que es la economía, porque no hay crecimiento demográfico si no hay crecimiento económico.