El invierno que evitó la crisis del agua

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vázquez

Una veintena de borrascas, ocho de ellas explosivas, han visitado Galicia en esta estación que está a punto de acabar. Una llenó un embalse en dos días

26 mar 2018 . Actualizado a las 10:43 h.

El invierno está a punto de consumirse. El martes a las 17.15 horas comienza la primavera. Han sido tres meses convulsos desde el punto de vista meteorológico. Y no solo en Galicia, sino en todo el hemisferio norte. La estación servirá como ejemplo para explicar cómo el cambio climático tiene sus paradojas. En un contexto de calentamiento global, los inviernos pueden ser muy crudos. Los eventos extremos han sido frecuentes, ya fuese por lluvia y viento o por bajas temperaturas y nieve.

En Galicia nos han visitado una veintena de borrascas, ocho de ellas explosivas, y una descargó con tanta intensidad que llenó un embalse en tan solo dos días. Mucha del agua precipitada procedía de zonas tropicales y llegó a bordo de los ríos atmosféricos, un fenómeno al que no se debe perder la pista. Cada vez que uno impacta en la comunidad, la probabilidad de inundaciones aumenta. Tres meses de lluvia seguidos permiten a Galicia abandonar la sequía meteorológica y poco a poco ir recuperando valores hidrológicos normales, sobre todo en los embalses de Galicia-Costa.

XOAN CARLOS GIL

Este invierno será recordado además por las anomalías en el polo norte y sus efectos sobre las latitudes medias. La rotura del vórtice polar desplazó aire gélido hacia Norteamérica y Europa, puso patas arriba la circulación atmosférica y las condiciones normales se invirtieron. Así, en enero, nevaba en Florida, al mismo tiempo que las altas temperaturas se concentraban en Alaska. Hace unas semanas fuimos testigos de una situación parecida. El frío polar que invadió Europa dejó temperaturas más bajas en Pedrafita que en el propio polo norte. La nieve también ha sido protagonista, incluso a nivel del mar. Este invierno ha nevado en Galicia en sitios donde no lo hacía desde hace décadas. Y todo ello porque el anticiclón de las Azores desapareció por fin de los mapas. Estos días ha despertado, pero su influencia traerá más frío que buen tiempo. La primavera no muestra, de momento, síntomas de cambiar la dinámica de lluvia y frío en la que estamos inmersos.