Rovira se fuga a Suiza para evitar la cárcel, pero quiere seguir dirigiendo Esquerra

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

GALICIA

LLUIS GENE | AFP

Justifica su huida con el argumento de que así puede «expresar libremente su opinión sin estar condicionada por las represalias»

24 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira, eludió ayer su obligación con la Justicia y anunció poco antes de tener que comparecer ante el juez Pablo Llarena su huida, que ella llamó marcha al «exilio». Se trata de la misma decisión que ya tomaron en su día Carles Puigdemont, Toni Comín, Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret, además de la dirigente de la CUP Anna Gabriel. La republicana era la única de los seis dirigentes independentistas citados ayer a la que el magistrado no había retirado el pasaporte.

Rovira, que el jueves renunció a su acta de diputada tras el pleno fallido de investidura y que se enfrenta a un delito de rebelión, anunció su huida a través de una carta publicada en la web de Esquerra. La número dos de la formación secesionista, que hacía tiempo que sopesaba la idea, alegó razones políticas. Según afirma, sería «triste vivir silenciada interiormente». «Estas últimas semanas he vivido dentro de una prisión interna», añade en la carta. Rovira apunta también razones personales. En concreto, la de poder cuidar a su hija menor de edad. «Tengo una hija, Agnès. Las madres saben cómo la quiero. Y cómo de fuerte es el sentimiento para poder darle todo lo que necesite. El exilio me permitirá hacerle de madre», señala. La dirigente de ERC insta además a los suyos a seguir trabajando por la república. «Solo desde el trabajo conjunto lograremos una república para todos», asevera.

Pese a huir del país, Rovira pretende mantener la secretaría general de Esquerra, algo en lo que el partido la apoya. ERC señaló en un comunicado que la decisión de marcharse al extranjero le «permitirá ejercer la secretaría general del partido y expresar libremente su opinión sin estar condicionada por posibles represalias del Estado».

En el independentismo, como en todos los movimientos políticos, cohabitan los halcones y las palomas, los duros y los moderados. Marta Rovira pertenece a la primera categoría, la de los más convencidos, que en el caso del secesionismo catalán apuestan por seguir apretando el pie del acelerador.

En las ya célebres reuniones del mes de octubre, primero en la del día 10, cuando Puigdemont dio marcha atrás en la declaración unilateral de independencia, y luego en la del 26 de octubre, cuando el expresidente de la Generalitat apostaba por convocar elecciones, la dirigente republicana se alineó con los que no permitieron al dirigente nacionalista pisar el freno. La secretaria general de Esquerra amenazó con la dimisión y fue de las que ejerció la máxima presión para que finalmente no hubiera elecciones y la Cámara catalana acabara aprobando la declaración unilateral. Durante la campaña electoral del 21D y en los últimos meses, en cambio, Rovira suavizó su discurso. Con Oriol Junqueras en prisión, tuvo que coger las riendas de la dirección de ERC y tuvo que ponerse como cabeza de cartel para las elecciones. Llegó a decir que nunca había apostado por la unilateralidad, cuando meses atrás fue la más firme defensora del referendo y de la proclamación de la república del 27-O.

Entró en la dirección de ERC de la mano de Oriol Junqueras, que fue elegido presidente en el 2011, tras una etapa convulsa después de los liderazgos de Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod Rovira. Ha sido diputada en el Parlamento catalán desde el 2012 y en el 2014 se dio a conocer en la política española cuando acudió al Congreso junto a Jordi Turull y Joan Herrera para defender un referendo pactado.

Pere Aragonés será el nuevo hombre fuerte del partido

La fuga de Rovira y la permanencia de Junqueras en prisión han dejado a Esquerra sin sus dos primeros espadas, lo que ha obligado a la formación republicana a mover ficha. Pere Aragonés, mano derecha de Oriol Junqueras en la Consejería de Economía, será el nuevo hombre fuerte de los republicanos como adjunto a la presidencia. Aragonés era secretario de Economía en el anterior Ejecutivo catalán.

Más de una veintena de heridos durante las protestas convocadas por las entidades soberanistas

El encarcelamiento de cuatro exconsejeros y la expresidenta del Parlamento Carme Forcadell y el auto de procesamiento contra 13 personas llevaron a las entidades soberanistas a intentar tomar la calle en protesta por las decisiones judiciales. La ANC, Òmnium Cultural, la Asociación de Municipios por la Independencia y la Asociación Catalana de Municipios organizaron concentraciones frente a las sedes de los ayuntamientos catalanes para denunciar la «persecución» de cargos soberanistas. También ante la Delegación del Gobierno en Cataluña, en Barcelona, y ante las subdelegaciones en Lérida, Gerona y Tarragona.

Una de las más numerosas fue la que se registró en Barcelona, donde cerca de 10.000 personas, según la Guardia Urbana, salieron a la calle para expresar su protesta en dos concentraciones diferentes. En la que se registró ante la Delegación del Gobierno se produjeron incidentes y cargas de los Mossos d’Esquadra que dejaron 24 heridos, dos de ellos por lesiones de diversa consideración, según el Sistema de Emergencias Médicas.

Los Mossos d’Esquadra dispararon salvas y mostraron lanzadoras de proyectiles de precisión, que sustituyen a las pelotas de goma, para tratar de dispersar a los concentrados que trataron de desbordar el perímetro policial frente a la Delegación del Gobierno en Cataluña. Según Efe, los agentes, ante los empujones y los momentos de tensión protagonizados con los manifestantes, también utilizaron puntualmente sus porras para tratar de dispersar a los concentrados. Por su parte, algunos manifestantes arrojaron botes de humo y algunas botellas contra los agentes de la policía catalana, a los que empujaron e increparon al grito de «fuera las fuerzas de ocupación».

También se registraron cortes por parte de los manifestantes en varias carreteras de toda la comunidad.