El PSOE se harta del diputado Martínez

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

El presidente de la Diputación de Lugo anuncia su expulsión tras votar de nuevo contra su grupo

11 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Martínez, alcalde de Becerreá y vicepresidente de la Diputación de Lugo, vuelve a estar más cerca de ser expulsado del PSOE que de seguir en el partido al que se afilió en 1979. Catorce meses después de que regresase a la disciplina del grupo y del gobierno socialista -había permitido que la popular Elena Candia llegase a ser presidenta y votó en contra de propuestas del PSOE- ayer se abrió otro capítulo que esta vez sí desembocará en su expulsión definitiva.

El presidente de la Diputación, Darío Campos, valedor del regreso de Martínez, a pesar de las voces críticas dentro de la militancia y del propio grupo de gobierno, ayer fue explícito cuando finalizó un pleno extraordinario en el que Martínez volvió a votar con el PP y en contra de su grupo una resolución sobre las residencias de mayores de la Diputación: «Unha persoa que vota en contra dos intereses dos maiores da provincia e á que se lle deron todas as oportunidades para regresar ao goberno, se vota acordos dunha manifesta ilegalidade, non ten cabida no goberno e tomaremos medidas».

Campos, cuando regresó Martínez a la disciplina del grupo en febrero del 2017, ya había anunciado que «a partir de hoxe, marcador a cero». Y aparentemente durante unos meses funcionó el acuerdo, que dejaba en manos de Martínez la vicepresidencia, el departamento de obras provinciales y la presidencia de Suplusa, una entidad mercantil que tiene encomendada la construcción de las residencias provinciales.

Pero todo cambió cuando el pasado diciembre la militancia del PSOE de Lugo eligió secretario general a Álvaro Santos, persona que para el sector que apoya a Martínez está vinculado a Besteiro. Al mismo tiempo, el alcalde de Becerreá tomaba las riendas de Suplusa con la intención de abrir la residencias ya construidas, algunas finalizadas en el 2015, pero desde el gobierno de Campos se consideraba que la gestión y apertura de estos centros correspondía a la Diputación. Comenzó así una batalla jurídica sobre quién tiene la competencia que aún está por resolver y que tras el pleno celebrado ayer podría desembocar en los juzgados.

Las consecuencias serán evidentes hoy mismo, cuando se prevé que Campos firme el decreto de cese de Martínez. De esta manera si ya el gobierno del PSOE estaba en minoría, ahora tendrá menos peso, pues la corporación queda con 12 diputados del PP, 10 del PSOE, 2 del BNG y Martínez, cuyo voto volverá a ser decisivo en los plenos.

Por otra parte, desde el PSOE de Lugo comenzarán los trámites de un nuevo expediente que podría acabar con su expulsión. Santos anunciaba ayer que apoya todas las decisiones que tome Campos y que el partido resolverá este conflicto a nivel interno. Mientras, Martínez -cuyo entorno no desmintió en las últimas semanas la posibilidad de crear un partido si finalmente acaba fuera del PSOE- insistía en que había votado en coherencia y dentro de la legalidad, señalando que asume las consecuencias. «Darío me nombró y me puede cesar, pero espero que el sentido común prime. Estoy dispuesto a pagar una multa o una suspensión, pero soy militante del PSOE y quiero seguir».