Preocupa el cereal de primavera, la patata, los viñedos y el maíz, además de las verduras
13 abr 2018 . Actualizado a las 13:01 h.Nunca llueve a gusto de todos. Mientras los embalses están al 90 % de su capacidad, los agricultores y ganaderos son los principales damnificados por la gran cantidad de agua acumulada en los últimos meses. Si hace un año se quejaban por la intensa sequía que estaba ya sufriendo el campo gallego, ahora el problema es la lluvia. El agua impide a los agricultores trabajar la tierra porque las fincas están anegadas. Y muchos cultivos ya se están viendo afectados.
La comarca de A Limia es una de las más afectadas. Reconocen que ya han perdido el 50 % de la producción del cereal de invierno. Y que el de primavera peligra seriamente porque los agricultores ya van a contrarreloj: «Non se pode andar na terra. Entras e entérraste. A sementeira debería xa estar feita a finais de marzo para poder segalo en agosto. Se non se fai a primeira semana de maio, perderase toda a produción», explica Xosé Ramón González, responsable de agricultura de Unións Agrarias. Desde el sector calculan que las pérdidas en el cultivo del cereal pueden llegar hasta los 60 millones de kilos de producto, lo que supone dejar de ingresar entre siete y ocho millones de euros en la comarca, según el cálculo realizado por el Centro de Desenvolvemento Agrogandeiro del Inorde (Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico).
La patata es otro de los cultivos que también preocupa en A Limia, sobre todo, por la situación del terreno, porque muchas de las fincas están en la antigua Lagoa da Antela, desecada hace sesenta años para crear tierras de labradío: «Son parcelas de lagoa, as máis encharcadas, e necesitan tempo para estaren preparadas. Periga seriamente o cultivo porque, se non se sementa a tempo, despois é moi difícil levalo a cabo. Como moi tarde habería que facelo a mediados de maio. Imos moi xustos, estamos xa na conta atrás», aclaró González. Desde la Asociación de Produtores de Pataca da Limia ya han presentado escritos a los concellos de Trasmiras, Sarreaus, Xinzo de Limia, Vilar de Santos, Porqueira, Vilar de Barrio, Sandiás y Xunqueira de Ambía para que pidan la declaración de zona catastrófica. Una petición que también han llevado a la Xunta. Además, la asociación también reclama un plan «conxunto e coordinado desta comarca, co fin de limpar adecuadamente tanto cunetas como canais».
Ganaderos y agricultores de Ferrolterra, Eume y Ortegal también están que trinan por la lluvia. Los ganaderos porque el forraje se agota, el pasto no crece, no se puede ensilar por falta de hierba y se retrasa la plantación de maíz. Y los horticultores porque las lluvias no les dejan trabajar, la maquinaria no puede entrar en las fincas y la plantación de verduras y plantas acumula ya un retraso de casi un mes. «Pódese perder a planta, pero a perda máis grande é o atraso, porque vas perder un mes de vender e os cultivos van vir tarde e solapados. Fóra, xa podía estar todo medrado: leitugas, repolos, cebolas, porros, cabaciña, espinacas...», asegura Enrique Fojón, horticultor de Couzadoiro (Ortigueira).
Una situación muy similar se vive en las comarcas de Deza y Tabeirós. Las intensas lluvias ponen en una situación complicada a los ganaderos de esta zona por el forraje de invierno, la hierba, que es la producción hegemónica en esta zona por su sector lácteo. Además del encharcamiento, «a herba está podrecendo pola parte de abaixo», explica Manuel Fernández, ganadero de Lalín. En estos cultivos no sirve que no llueva un día o dos: «Precisamos como mínimo catro ou cinco días de sol para que seque algo a terra e poder entrar», indica Fernández. En la Costa da Morte los pozos de purín están a reventar, porque no se pudo esparcir, y en algunas explotaciones grandes incluso regalan este abono natural. Los ganaderos que iban a dos cortes de hierba se tendrán que conformar con uno y todavía no saben si podrán sembrar maíz.
Los viñedos
También las vides de las denominaciones de origen de Monterrei y Ribeiro están sufriendo los efectos de las intensas lluvias. Reconoce el sector que ya «habería que estar traballando nas viñas, pero non se pode nin entrar. Habería que ter xa unha volta de arado feita e a fertilización, e non podemos nin entrar a botar herbicida». En los viñedos de albariño, el frío ha retrasado la brotación, por lo que todavía no hay consecuencias negativas en la vid. Sin embargo, si la lluvia persiste, el sector vitivinícola puede encontrarse con serios problemas, según explica el director técnico de Martín Códax.
El marisco
Pero no solo está sufriendo el campo, el marisco también se ha visto afectado en algunas zonas. En la ría de Muros-Noia ya hay considerables pérdidas, ya que hubo que suspender la campaña extractiva de berberecho del 19 al 25 de marzo, cuando se abrieron las compuertas de la presa del Tambre y el nivel de salinidad bajó a cero. Según el secretario del pósito noiés, Adelo Freiro, «morreu o 20 % do berberecho que estaba máis preto da terra e un 5 % do que hai polo medio, que recollen os mariscadores de a frote». La situación también es crítica en la ría de Arousa, en concreto en la desembocadura del Ulla, donde se localizan los parques de cultivo marisquero de Carril. En estos días, los titulares de estas concesiones han reducido al mínimo sus capturas al caer la salinidad, hecho que atribuyen a la apertura de compuertas en Portodemouros.
Con información de M. Ascón, A. Lorenzo, A. F. Cuba, R. Estévez, J. Benito, M. Cobas y J. V. Lado.
De la sequía a esperar con impaciencia que deje de llover
X. R. ALvite
En apenas tres meses los agricultores gallegos han pasado de sufrir las duras consecuencias de la sequía a esperar con impaciencia que deje de llover para poder empezar con las tareas del campo. Trabajos que, en algunos casos, acumulan más de un mes de retraso y que pueden derivar en importantes pérdidas económicas si el tiempo no mejora de forma inminente.
El Forraje
Ensilado. El exceso de agua en las fincas está impidiendo que los ganaderos puedan empezar con los trabajos del ensilado de la hierba. Ya impidió durante el mes de enero y febrero realizar la fertilización de los terrenos, lo que dilató el desarrollo del forraje. Por si esto no fuese suficiente, las bajas temperaturas tampoco ayudaron a que la planta alcanzase la altura y calidad de años precedentes.
El Maíz
Retraso de un mes. En muchos casos se siembra en las mismas fincas en la que todavía está la hierba, por lo que su siembra se retrasará, en el mejor de los casos, más de un mes. En otras parcelas el exceso de humedad ha impedido el arado del terreno. Esto significa que la gramínea tendrá menos tiempo para crecer y, por lo tanto, o bien la cosecha será menos abundante o bien se retrasará su momento de recolección -normalmente durante la última quincena de septiembre y la primera de octubre- con las consecuencias que esto tiene si el otoño es lluvioso.
Patatas
Esperar un par de semanas. Representantes de la IXP Pataca de Galicia apuntan a un retraso mínimo de más de un mes en la siembra del tubérculo, pues, aunque dejase de llover de forma inmediata, habría que esperar un par de semanas más para que la tierra redujese su nivel de humedad. Retrasar excesivamente el cultivo puede tener, según los especialistas, consecuencias negativas sobre la aparición de plagas.
Huertas
No se puede plantar. Aunque en este momento del año sigue siendo predominante el cultivo bajo techo, resulta imposible plantar productos como tomates, lechuga o acelgas, que el año pasado ya estaban en la tierra a mediados de abril.
Viñedo
Frío y granizo. Las bajas temperaturas también han ralentizado el proceso de floración de las vides, a las que también han afectado las fuertes granizadas caídas en algunas zonas.