Cerna se disuelve en En Marea e invita a Anova, EU y Podemos a hacer lo mismo

GALICIA

Paco Rodríguez

La formación cree que solo de esa manera puede fortalecerse el partido instrumental

09 jun 2018 . Actualizado a las 14:53 h.

Cerna se inmola y lo hace por el bien de En Marea. Así al menos lo creen sus representantes, que ayer comparecieron, quizás por última vez, bajo las siglas del partido creado de una escisión de Anova en los tiempos convulsos de Alternativa Galega de Esquerda (AGE). La formación ya no tenía una actividad intensa porque había concentrado sus energías en En Marea, donde controla la coordinadora, pero la gota que colmó el vaso y que les llevó a tomar esta drástica decisión fueron las declaraciones que en los últimos día repitieron tanto los representantes de Esquerda Unida como los de Podemos Galicia, que dieron por fracasada la fórmula del partido de confluencias de adscripción individual y se posicionaron a favor de la coalición de partidos.

Cerna cree que eso no es lo que quieren las bases ni se ajusta a lo que se acordó en la asamblea fundacional celebrada en Vigo el 31 de julio del 2016. Allí, los militantes apostaron por la unidad popular y las organizaciones preexistentes «comprometémonos explicitamente a exercer temporalmente un papel de motores auxiliares para iniciar o camiño, e só inicialo», dijo su portavoz, Paula Vázquez Verao.

A su entender, el viraje de Podemos Galicia y de EU incumple ese acuerdo y desconcierta a los inscritos, «que na práctica son as persoas que deciden», y que a menudo les hacen llegar -o al menos así lo reconocieron los dirigentes de un partido que apura sus últimas horas- su malestar porque «os partidos lles estorban», teniendo en cuenta que ya son militantes de En Marea.

«Cerna fará o que teña que facer», dijo Paula Vázquez. Pero la realidad es que el partido ya tiene tomada la decisión de desaparecer en breve, e invita a hacer lo mismo a los demás, a que Anova, Podemos-Galicia y EU se disuelvan en el partido instrumental: «En Marea soberana implica fóra cúpulas partidarias, que apaguemos os motores auxiliares porque as decisións xa son dos inscritos e as inscritas».

Papel secundario de Galicia

La dirección de Cerna, en la que están los miembros escindidos de Anova que crearon el partido, entre ellos Mario López Rico y Consuelo Martínez, cree que solo de esa manera En Marea tendrá la fuerza que necesita para «desaloxar ao PP corrupto das institucións entre todas as persoas honradas» y para espantar el riesgo que se corre en la actualidad de «repetir para Galicia o papel secundario que sufrimos na xestación do Réxime do 78».

La mayoría de los interpelados no han recogido el guante. Los dirigentes de Anova y de Esquerda Unida ni siquiera quisieron responder a la invitación de Cerna. Sí dio su opinión Luís Villares, líder de En Marea, que no llega de un partido político previo pero que sí se apoyó en Cerna para hacerse con la portavocía de la formación. El magistrado en excedencia dijo que En Marea es compatible con los partidos «porque escolle o mellor de cada un deles e ofrece un espazo de traballo común para que todas as persoas, a título individual, se sintan cómodas». Y añadió: «Non me molesta a existencia de ningún partido, moléstanme os desleais coa marea, porque a marea é a casa de todos, dos que teñen partido e dos que non».

La secretaria de organización de Podemos Galicia, Natalia Prieto, dijo que esa era la opinión de una parte de En Marea. «En Podemos deciden as inscritas e xa o fixeron, entón entendo que darlle máis voltas a unha decisión ratificada é non avanzar e perdernos en disertacións non resolutivas». La diputada de Podemos Luca Chao acusó a Cerna de querer convertir En Marea «nun partido tradicional». Cree que «Cerna non entendeu absolutamente nada do que vimos facendo en Galicia desde o inicio das confluencias. A maioría social que apoia En Marea non quere un partido vertical no que uns manden e outros decidan; queremos outra cousa».

No desaprovechó la ocasión el secretario xeral del PPdeG, Miguel Tellado, quien dijo que lo mejor era que todas las fuerzas vinculadas en En Marea desaparecieran.

La contradicción como marca o el eterno retorno

s. l. l.

La política es a menudo una ciencia bastante inexacta. ¿Quién le iba a decir hace quince días a Mariano Rajoy que el mismo partido que le garantizó el Gobierno apoyando sus presupuestos, el PNV, iba a ser el que determinase la moción de censura que lo desalojó de la Moncloa? En las mareas, salvando las insalvables distancias, pasa un poco de lo mismo. Las contradicciones son marca de la casa; es más, muchos presumen de ellas y hasta las utilizan para titular libros. En el otoño del año 2014, la apuesta de Beiras para que el nacionalismo gallego confluyese con fuerzas de izquierdas estatales dio lugar a la coalición Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), que sumó en el Parlamento de Galicia a los diputados de Anova y a los de Esquerda Unida. Aquello no tardó en saltar por los aires con el eterno retorno de los conflictos territoriales e identitarios, con la escisión de Anova y la aparición de Cerna, tras el permanente desencuentro de sus miembros con la izquierda de espectro estatal.

Xosé Manuel Beiras comenzó entonces a rumiar el modelo que luego cristalizaría en En Marea. Consciente de que el fracaso de AGE hundía sus raíces en las reticencias entre partidos, impulsó una marca en la que hubiese sitio para todos y a la que se sumasen sus simpatizantes por adscripción individual. En los alegres primeros tiempos, incluso se sopesó la posibilidad de que Anova, el germen de En Marea, desapareciese en beneficio del nuevo partido. No fue así, y de nuevo un cúmulo de desencuentros provocó tal cantidad de desconfianzas, que los simpatizantes se atrincheraron otra vez en sus propias siglas originarias.

Por esas contradicciones de la política, ayer salieron en defensa de En Marea los mismos agentes a los que Beiras culpó de la defenestración de AGE. Cerna dispuesta a inmolarse por En Marea.

¡Cousas veredes!