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El juez reactiva el caso del doble crimen del Cash Récord de Lugo y llama a declarar a testigos

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

GALICIA

OSCAR CELA

Casi 25 años después de los hechos, el juzgado prorroga las diligencias cuatro meses

04 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El caso del doble crimen del Cash Récord de O Ceao, ocurrido en el polígono industrial de Lugo hace ya casi un cuarto de siglo, sigue tramitándose a trancas y barrancas en un juzgado de la ciudad. Después de una espera de más de medio año, los familiares de las víctimas tuvieron noticias: el encargado del caso cita a declarar a varias personas y, además, mantiene abiertas las diligencias hasta principios del próximo mes de diciembre. En ese momento, el fiscal revisará si hubo avances que permitan albergar algún tipo de posibilidad de que se llegue al posible autor o autores y decidirá si pide más prórroga.

La muerte a tiros de la cajera y el reponedor de un supermercado mayorista, las dos únicas personas que se encontraban en el establecimiento, fue un caso que nunca llegó a ser resuelto por las fuerzas de seguridad. Es uno de los acontecimientos luctuosos ocurridos en Galicia que, aun permaneciendo vivo judicialmente, nunca llegó a tener una solución. Nunca se llegó a concretar un móvil claro. La única razón aparente de la matanza fue el robo de unos tres millones de las antiguas pesetas que había en un caja fuerte.

El único avance fue la imputación del camarero de un establecimiento de hostelería de la Rúa Nova en el que la policía encontró en algún momento armas y también billetes falsos. Esa persona fue una de las últimas que estuvo comprando en el supermercado mayorista poco antes de la matanza, según pudo constatar la policía.

Seis meses de espera

El juzgado en el que están las diligencias pasó por muchas manos a lo largo de los últimos tiempos e incluso registró un parón como consecuencia de una baja prolongada de su titular. Los familiares de las víctimas dicen estar abonados a las largas esperas, a las incertidumbres y a que las cosas no se hagan como ellos esperan. Después de seis meses de tener pedidas diligencias y nuevas declaraciones, a través del abogado que los representa, en los últimos días les llegó la respuesta.

Quien se responsabiliza del caso aceptó oír las declaraciones que presten dos personas, una de ellas un guardia civil, que podrían aportar algún detalle sobre lo ocurrido hace ya casi un cuarto de siglo. Los familiares se agarran a cualquier detalle por pequeño que sea porque, dicen, puede poner sobre la pista de las personas que, al parecer, acudieron en un vehículo de color blanco al lugar donde estaban las víctimas. Repiten con insistencia que la investigación del crimen, que pasó por muchas manos, fue desastrosa. Hasta pasados veinte años no llamaron a declarar a personas que podían aportar detalles, como, por ejemplo, el esposo de la cajera y la hermana de esta, que fue la primera en llegar al lugar de los hechos.

Alguna de las diligencias ahora decididas por el juzgado habían sido pedidas en el mes de noviembre del año pasado. Las familias anunciaron en los actos del 24.º aniversario, celebrados el pasado mes de mayo, que planeaban una queja al Consejo del Poder Judicial por la situación. «Entendemos que un juez tenga una larga baja, pero no que los asuntos queden sin despachar», apuntó Isabel López, la hermana de la cajera que murió de varios disparos.

«No me voy a cansar», dice la hermana coraje

«Quedamos pendientes de lo que pueda suceder con las declaraciones convocadas para los próximos días, pero ya advierto a quien quiera escucharme que no me voy a cansar. Seguiré luchando, como hice hasta ahora, por conocer la verdad», dijo Isabel López. Se la conoce como la hermana coraje porque realizó multitud de actos, incluso huelgas de hambre, para saber quién mató a su hermana y al reponedor.