«Galicia está no foco», aseguró ayer la eurodiputada de AGE, Lídia Senra, tras acompañar a una delegación de A Limia a un encuentro en Bruselas con las autoridades europeas de medio ambiente. Los afectados por los vertidos tóxicos que efectúan las explotaciones ganaderas intensivas de la comarca trasladaron ayer sus denuncias a la Comisión Europea, que pudo pasar revista a todas las pruebas. «Quedaron sorprendidos e escandalizados», sostienen.
En esos documentos se prueba la pésima gestión que las granjas hacen de los residuos de cerdos y aves que han contaminado la superficie y el subsuelo del valle. Una situación que dura ya desde hace diez años con el beneplácito de la Xunta de Galicia. «É un atentado contra a saúde das persoas [...]. Demandamos unha moratoria», expuso el portavoz de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), Serafín González. El experto alertó a Bruselas del efecto acumulativo que puede tener para la salud de unos 2.500 a 3.000 vecinos la concentración de nitratos, fósforo y restos antibióticos en el agua que se consume.
En las zonas afectadas por residuos no tratados el calor puede hacer proliferar cianobacterias más tóxicas que el propio cianuro y desencadenar enfermedades como el cáncer y problemas de oxigenación de la sangre en los bebés. El portavoz del Movemento Ecoloxista da Limia, Manuel García, acusó a las autoridades gallegas del «desleixo» para atajar con máxima prioridad un problema que afecta a toda la comarca. «Non se pode vender a auga a unha empresa privada», se quejó en referencia a Coren.