Anova, Podemos Galicia y Esquerda Unida impulsan una coalición al margen del partido, que pone en marcha sus primarias e invita al BNG y al PSdeG a un pacto para el Senado
20 feb 2019 . Actualizado a las 21:32 h.Al final fue Pedro Sánchez, y su convocatoria electoral, lo que precipitó una muerte anunciada desde hace casi dos años. Las dos familias mal avenidas de En Marea se divorcian y se presentarán por separado a las elecciones generales. Anova, Podemos Galicia y Esquerda Unida tratarán de reeditar la coalición que en el 2015 les dio seis diputados y dos senadores, y en el 2016, cinco diputados y una senadora. En Marea, con Luís Villares al frente, se presenta en solitario como partido con el objetivo de obtener un grupo propio e invita a participar en las primarias que abrió ayer a los inscritos, independientemente de su procedencia y de si militan en otro partido.
El sector crítico dio a conocer en la mañana de ayer sus intenciones con sendos comunicados enviados por Anova, Esquerda Unida y Podemos Galicia. Más o menos en la misma línea, las tres fuerzas anuncian el inicio de un diálogo que tiene como objetivo reeditar aquella coalición para hacer frente a la ultraderecha. «Non estamos diante dunha cita electoral calquera. O resultado determinará unha solución autoritaria ou democrática para superar a crise do Réxime do 78 que deixou á luz o 15M e o dereito a decidir en Cataluña e o 1-O», dice Anova. Argumentos que comparten EU -que aboga por «artellar ese proceso de refundación da unidade popular en Galicia»- y Podemos: «Iniciamos o diálogo entre as tres forzas que nos xuntamos no 2015 para impulsar, en concordancia coas mareas municipalistas, a coalición electoral que levou a voz de máis de 400.000 galegas e galegos ao Congreso e ao Senado. Un diálogo aberto a axentes políticos, cidadáns e sociais, para continuar a traxectoria de compromiso coa cidadanía galega».
Las negociaciones se harán ignorando a En Marea como partido, que ya no cuenta para el sector crítico. De hecho, la dirección de En Marea se reunió ayer y lo hizo, una vez más, sin los críticos, que ni siquiera tomaron posesión de sus cargos. El consello das mareas cerró el calendario de los próximos procesos electorales: las elecciones generales y las europeas. Tal y como explicó Ana Seijas, viceportavoz de En Marea, entre el lunes 25 y el jueves 28 de febrero se presentarán las candidaturas, y entre el 8 y el 10 de marzo votarán los inscritos, de tal manera que el lunes 11 de marzo se darán a conocer los resultados provisionales, que serán definitivos el día 13.
Descartado Podemos
Esta es la fórmula elegida por En Marea con la finalidad de «ter grupo propio no Congreso», insistió Luís Villares. El partido instrumental rechaza ir de la mano de Podemos o de ninguna otra formación. Eso sí, como es un partido de adscripción individual que acepta la doble militancia, su portavoz trató de seducir, una vez más, a militantes de otras formaciones para que se sumen al proceso. Villares rechaza el modelo de coalición elegido por el sector crítico: «É unha volta atrás porque impide participar a persoas como as que estamos nesta mesa -dijo en referencia a sí mismo y a Ana Seijas- por non pertencer a ningunha formación política». Insistió en que En Marea era «a casa de todos» y que se había creado, precisamente, para borrar las diferencias «entre os que pegan carteis e os que toman as decisións políticas».
El consello das mareas quiso tener un «recoñecemento especial» para Alexandra Fernández, al entender que, como diputada de En Marea que siguió en Madrid las directrices del partido, había defendido la Axenda Galega do Cambio que el partido quiso negociar con el Gobierno socialista. Villares la animó a presentarse a las primarias: «Non habería mellor candidata para encabezar a lista por Pontevedra», dijo.
Una sorprendente oferta
Eso, en cuanto al Congreso, porque para el Senado la dirección de En Marea hizo otra propuesta. Teniendo en cuenta que la Cámara territorial penaliza a las fuerzas minoritarias, Villares anunció que había invitado al BNG y al PSdeG a crear «unha gran plataforma progresista galega». Los socialistas ya dijeron anoche que no comparten ese planteamiento.
Partiendo de «un escenario pluripartidista», el consello das mareas entendió que, de esa manera, pondrían «en común» todo lo que los une con el fin de «artellar unha opción maioritaria». No cierra las puertas a la incorporación de los partidos del sector crítico -Anova, Esquerda Unida y Podemos Galicia-, con los que Villares asegura que sigue habiendo «unha relación fluída», si bien admitió que «hai máis interese» por su parte que por la de ellos. Y para que no quepa duda de que es así, desveló que la última conversación con Gómez-Reino la tuvo el mismo día de la votación de los Presupuestos, y que con Beiras había hablado «onte pola tarde», en relación al viernes, y que había sido «unha conversa agradable».
Está por ver si, con la polarización de fuerzas en el espacio gallego de izquierda, cuaja la oferta. Hay antecedentes. En las primeras elecciones democráticas se presentaron al Senado diferentes sensibilidades gallegas bajo el paraguas de Candidatura Democrática Gallega. Pero fue hace 42 años y Galicia era una región.