La nueva autopsia de Diana Quer: un indicio más para apuntalar la prisión permanente

x. melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Nave en la que apareció el cuerpo de Diana Quer
Nave en la que apareció el cuerpo de Diana Quer CARMELA QUEIJEIRO

La supervisión de la autopsia va a resultar clave en un juicio en el que el eje será determinar si hubo o no agresión sexual

16 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La supervisión de una autopsia está prevista en la ley y tiene por objeto aclarar aspectos que pudieran haber quedado borrosos en el informe inicial. Con esa intención la solicitó la acusación particular en el caso de Diana Quer, que dirige el abogado Ricardo Pérez Lama, un experto en este tipo de crímenes y que es el delegado en Galicia de la asociación Clara Campoamor, una institución que defiende los derechos de la mujer y de la infancia. El informe concluye que José Enrique Abuín Gey, conocido como el Chicle, no mató sin querer a la joven madrileña de 18 años, sino que la asesinó con la intención de ocultar las pruebas del que fue el único móvil del delito: la agresión sexual

Determinar si hubo o no agresión sexual será el eje sobre el que gire el juicio por el crimen de Diana. La autopsia no pudo hallar ninguna prueba de cargo, como hubieran sido restos biológicos del acusado en el cuerpo de la joven. No porque no estuvieran allí, sino porque el cadáver pasó casi 500 días sumergido en agua, lo que habría borrado esas evidencias.

Por ello, el informe de supervisión solicitado por la acusación particular, petición a la que se sumó la Fiscalía, ha tenido en cuenta otros factores. Fundamentalmente, el estudio de la escena del crimen y del comportamiento del acusado comparándolo con otros casos similares. Y así, la conclusión es que hubo agresión sexual. Dicho con palabras llanas, las que utiliza siempre el propio padre de la víctima, Juan Carlos Quer, que a Diana el Chicle no la secuestró, encerró en un coche y la desnudó para llevarla a misa. Lo que pretendía era violarla y el asesinato y la cruel ocultación del cadáver no fue más que la forma de intentar no dejar rastro del crimen.

El informe dirigido por el jefe de Patología Forense del Imelga, José Blanco Pampín, no es una prueba de cargo ni será determinante en el juicio. Es un indicio más. Una pieza más del puzle que las acusaciones intentarán unir en la vista oral para formar una nítida fotografía de lo que sucedió. Será, sin duda, esclarecedor para el jurado popular a la hora de decantarse por una más que probable condena y apuntalará la petición de máxima pena que han hecho el fiscal y la familia: prisión permanente revisable.