
Las esperas para pintar fachadas o cambiar ventanas y tejados eran de hasta seis meses
18 feb 2020 . Actualizado a las 18:08 h.La Consellería de Infraestruturas ha publicado la orden que facilitará la ejecución de obras menores en los márgenes de las carreteras locales y autonómicas, eliminando las autorizaciones previas. Ahora solo hará falta cubrir y trasladar a la Xunta una comunicación con quince días de antelación sobre el inicio de los trabajos, y este documento tendrá validez para los siguientes doce meses. Se acaba así, a través de una declaración responsable, con las engorrosas esperas por un permiso que había que expedir cuando se pintaba una fachada, se cambiaban ventanas y tejados o cuando se hacían trabajos para mejorar la impermeabilización de un inmueble. En ocasiones, la demora de la autorización alcanzaba el medio año, reconoce la Xunta.
La medida también afecta al mantenimiento de cierres ubicados en zonas de servidumbre o de afección de las carreteras. Sin embargo, esto solo será aplicable a las obras de escasa complejidad técnica que no conlleven cambios de usos, incrementos de volúmenes edificados o actuaciones que afecten a la cimentación. Otros trabajos menores que requieran la ocupación de dominio público -dos metros en las carreteras convencionales- con elementos auxiliares como andamios o grúas sí necesitarán tramitar la autorización.
La medida entra en vigor poco después de que el Consello da Xunta también aprobase otra norma similar, pero referida a las obras menores en propiedades que están en la zona de influencia de los ríos, pero solo afectan a los de la demarcación Galicia-Costa, que incluye básicamente las provincias de A Coruña y Pontevedra y el litoral de Lugo. El interior y Ourense se rigen por la cuenta estatal Miño-Sil, de ahí que la Xunta haya solicitado al Gobierno central que asuma una normativa similar para facilitar la rehabilitación en las viviendas y homogeneizar esta ventaja para todos los gallegos.
La figura de la declaración responsable se está imponiendo poco a poco en las tramitaciones con la Administración gallega, que intenta reducir al máximo las gestiones y dinamizar permisos que estaban frenando las actividades económicas y generaban recelos en los propietarios a la hora de emprender iniciativas. En los últimos meses se ha aplicado también al ámbito de la rehabilitación arquitectónica y es cada vez más frecuente en las relaciones entre los ciudadanos y consellerías como la de Medio Rural, que deja en manos de los dueños de terrenos los permisos de determinadas actuaciones, bajo riesgo de multa si la inspección detecta que se ha saltado alguna normativa en la declaración.