El proceso electoral en Galicia deberá repetirse desde cero

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO

GALICIA

Sandra Alonso

La junta electoral gallega concluye que tendrán que pasar 54 días desde la convocatoria, con un nuevo censo y listas. Consulte aquí el decreto de suspensión

18 mar 2020 . Actualizado a las 18:34 h.

Las elecciones autonómicas del 5 de abril ya están suspendidas. Pero nada de lo adelantado en el proceso desde la convocatoria, que se produjo el 10 de febrero, es válido. La Xunta ha aprobado el decreto consensuado por los principales partidos en una reunión del Gobierno gallego que se celebró excepcionalmente en A Estrada, en la sede del 061 y donde se reúne el equipo de coordinación de la crisis sanitaria. El decreto ya ha sido publicado en el DOG de forma extraordinaria.

La luz verde al sencillo texto legal pactado por los líderes políticos se llevó a cabo después de recibir el informe de la junta electoral en Galicia, que dictamina la necesidad de repetir todos los procedimientos como si la propuesta del 5 de abril no hubiese existido. Esto es, el presidente seguirá teniendo la prerrogativa de decretar la fecha, con la particularidad de que se ha comprometido a escuchar a los partidos antes de anunciar una decisión. Eso no quiere decir que el nuevo horizonte se deba fijar por consenso, aunque Feijoo se comprometió a debatirlo y tratar de llegar a un acuerdo.

A la publicación del decreto de convocatoria -no de disolución, porque el Parlamento ya funciona solo con la diputación permanente- le seguirían en los 54 días siguientes la presentación de posibles coaliciones, las candidaturas, la proclamación definitiva de aspirantes, el inicio de la campaña electoral y la fecha concreta, que debe de ser un domingo. Además cambia el censo electoral, porque la junta considera oportuno que puedan ejercer el derecho al voto los que cumplan los 18 años entre el 5 de abril y la nueva fecha.

Y con la anulación se abre de nuevo el debate sobre el domingo idóneo para la celebración. El decreto consensuado por los partidos es claro a la hora de expresar la necesidad de que sea cuanto antes, siempre que se haya levantado el estado de alarma en España y la emergencia sanitaria en Galicia, para lo que tampoco existe un parámetro concreto que pueda fijar el criterio. Ahora bien, ni en la Xunta ni en el Gobierno de España creen que esto vaya a ser cuestión de quince días, y el horizonte podría ir más allá de la Semana Santa. Si es así, los tiempos para que se celebren en primavera se comprimen, aunque sería posible en un escenario optimista. En verano nadie quiere votar, según expresaron los candidatos en las dos reuniones telemáticas, y al comienzo del curso escolar tampoco se ve como una fecha propicia, por lo que gana enteros la fecha más natural, la que marca los cuatro años desde el 25 de septiembre del 2016. Sería esta vez el día 27.

El único límite temporal que pone la ley es el 25 de octubre. Feijoo admitió en la rueda de prensa posterior al Consello que se abre la posibilidad de no celebrarlas el mismo día que el País Vasco, como ha ocurrido desde el 2009, en el caso de que las dos comunidades tengan una situación de incidencia sanitaria distinta que pueda condicionar la normal celebración de los comicios. 

El aplazamiento coge al Gobierno sin doce miembros recién cesados para ir en las listas del PPdeG y cuyas competencias han asumido otros compañeros, y con el Parlamento sin actividad legislativa salvo que la pueda surgir a demanda de los grupos, que se debe resolver en la diputación permanente. Además de hacer frente en los próximos meses a la crisis sanitaria, si las elecciones se van más allá del verano Feijoo deberá decidir si impulsa la elaboración de los presupuestos del año santo 2021 para que estos entren en vigor el 1 de enero o lo deja para el siguiente Ejecutivo.