Su compromiso con Galicia fue rocoso, desde la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional, facilitando y asumiendo una gran carga de asuntos en los últimos nueve años
26 mar 2020 . Actualizado a las 19:28 h.Cristina Toro falleció hoy jueves a los 58 años de edad tras contraer el COVID-19 y pasar diez días de ingreso hospitalario. Pertenece a la promoción de 1987 e inició la Carrera Fiscal en 1990 en Sevilla. En el 2001 pasó a integrar el cuerpo de fiscales en la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Nacional, tomando contacto con la realidad más cruda del narcotráfico gallego. Marcial Dorado principalmente. Ella fue la mujer que lideró la investigación, con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, que lo condenó por narcotráfico y blanqueo de capitales. También extirparle su millonario patrimonio empresarial, repartido entre España, Portugal y unos cuantos paraísos fiscales.
Sus compañeros de la Fiscalía en Galicia también la conocían bien. Principalmente en Pontevedra, donde trabajó muy estrechamente y en sintonía con el anterior fiscal antidroga, Luis Uriarte, y el actual, Pablo Varela. Basta decir que seguía llevando asuntos focalizados en las Rías Baixas, algunos recientes y otros como el José Carlos Pombar Cameán, un gran trofeo policial logrado en el 2018 tras 14 años huido. Pero más allá de los nombres y de las medallas, el adiós de Cristina Toro deja un sentimiento de pena generalizado entre los que la trataron a orillas del Atlántico, incluida la Guardia Civil, Policía Nacional y Aduanas. Pero no solo por valía profesional y calidad humana, también por su valentía y «sonrisa permanente».