El Sergas ve una prioridad detectar mejor la violencia entre las 246.857 gallegas que se estima que la sufren

J. G. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Sandra Alonso

Aplicará un nuevo protocolo en los centros asistenciales, al comprobar el descenso de los casos diagnosticados a causa del covid-19

01 dic 2020 . Actualizado a las 13:10 h.

 La Xunta considera una prioridad detectar mejor la violencia de género en sus centros asistenciales y el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, y la conselleira de Igualdade, María Jesús Lorenzana, presentaron un nuevo protocolo para aplicar de inmediato y conseguir ese fin. Valorará especialmente los partes de lesiones: en el año 2019, de 6.325 partes de lesiones expedidos en atención primaria, 1.061 fueron casos de violencia de xénero, que suponen el 16,7 %; y en la atención hospitalaria, de 2.482 partes, 345, que representan el13,9 %, tuvieron la misma causa, expuso la conselleira, con datos del Sergas. La mayoría de las mujeres que padecieron esa situación y fueron asistidas en centros de atención primaria tenían entre 40 y 44 años, y entre 20 y 24 años las que llegaron a hospitales. El 60 % de esas agresiones fueron por sus parejas, agregó. El conselleiro de Sanidade resaltó el interés en detectar lo antes posible la primera señala de estas situaciones de violencia para así poder ponerles fin y avanzó que habrá formación del personal específica.

El nuevo protocolo parte de la Macroencuesta realizada en el 2019 por el Ministerio de Igualdad, que concluye que 246.857 gallegas mayores de 16 años sufren violencia. Y de los datos que llegaron al observatorio de salud de la mujer del Ministerio de Sanidad, que evidencian que en el primer semestre de este año, a causa de la pandemia del covid-19 se redujeron más de un 40 % los partes de lesiones emitidos en atención primaria, mientras se incrementaron el 15 % las asistencias en urgencias por violencia de género. Esta situación pone en evidencia que «estamos deixando de diagnosticar máis dun 40 % de mulleres que si se diagnosticaban no mesmo período no 2019. Isto suporía que perdemos a oportunidade da actuación sanitaria en torno a unhas 76.000 mulleres no primeiro semestre deste ano e que non lle poidemos prestar a axuda que precisan aos seus problemas de saúde por causa da violencia de xénero debido ao covid-1, explicó la enfermera viguesa Mar de la Peña, coordinadora del Grupo de Violencia de Xénero del Sergas, que expuso el nuevo protocolo, listo para su aplicación inmediata.

 El objetivo, explicó, es la detección temprana de la violencia de género. Consideran que el ámbito sanitario es un espacio privilegiado para identificar a las mujeres que la sufren: «Para o persoal sanitario hoxe ten que ser unha prioridade a detección precoz, diagnosticar a situación e facer unha intervención, como clave para afrontar este problema de saúde da muller. O procedemento que hoxe presentamos ten como obxectivo principal aumentar a capacidade de detección precoz e mellorar a atención ás mulleres nas consultas de atención primaria e no servicios de urxencias, homoxeneizando as actuación sanitarias no noso sistema público sanitario. O Grupo de Violencia de Xénero e Saúde do Sergas traballamos na busca dun instrumento de cribado fácil de utilizar que permita que os profesionsia sanitarios poidan detectar a violencia en mulleres a partir dos 15 anos», explicó Mar de la Peña. El protocolo se denomina PDA, iniciales de Pregunta, Detecta, Analiza, y se ha validado su uso. Contempla el parte de lesiones como la prueba fundamental decisoria para la mujer que sufre violencia psicológica, física o sexual, precisó. Ofrece asimismo «indicadores de sospeita» para facilitar a profesionales de la sanidad la búsqueda activa de casos de violencia de género o malos tratos; con atención específica a la mujer embarazada y los hijos e hijas, por su exposición a los riesgos de esa situación. Este procedimiento va a mejorarse para superar problemas como el que suponen las consultas telefónicas, al desconocer quién acompaña a la mujer en casa cuando recibe la llamada, y ante la posibilidad de ponerla en situación de peligro en caso de quién ejerce violencia o malos tratos contra ella la acompañe en esos momentos.