Julio Abalde: «Ofreceremos inteligencia artificial a cualquier empresa que la necesite»

Montse Carneiro A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

El rector de la Universidade de A Coruña asegura que las peticiones para alojarse en la Cidade das TIC duplican su capacidad

17 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Quince meses, pandemia y todo, le llevará a la Universidade da Coruña (UDC) licitar la construcción del primer edificio de la Cidade das TIC desde que el Ministerio de Defensa le entregó las llaves del complejo industrial ocupado por la fábrica de armas durante los últimos 70 años. Será este mayo cuando salga a concurso la obra. El rector coruñés, Julio Abalde, explica que la madurez del proyecto, que aspira a convertirse en un «ecosistema de innovación», de referencia en el ámbito de la inteligencia artificial en España, ha permitido captar financiación en un contexto de restricciones y abre ahora buenas perspectivas en el manejo de los fondos de recuperación de la UE, a los que la Xunta ya envió el macroproyecto con un presupuesto de 55 millones de euros.

—¿En qué condiciones van a dar cabida a las empresas?

—Lo aprobará estos días el Clúster TIC de Galicia. La instalación de empresas, aunque ocupe mucho espacio, es una parte muy pequeña del proyecto, que va a actuar además como motor económico, porque lo cofinanciará. Pero no es lo más importante. Para mí lo va a ser el campus científico, que tendrá 30.000 metros cuadrados, cuatro grados, 10 másteres en TIC, centros de innovación y, aparte de desarrollo, un centro de formación avanzada de futuros profesionales; y al mismo nivel, el campus tecnológico, porque va a dar servicio a todas las empresas de nuestro entorno, no solo las tecnológicas, para llevar adelante su desarrollo y su transformación digital.

—¿De qué manera?

—Cualquier empresa que necesite o quiera incorporar inteligencia artificial a sus procesos, por poner un ejemplo que va a ser referencia, va a poder ir al campus de Pedralonga y allí tendrá quién la desarrolle, y más importante aún, tendrá demostradores y prototipos de soluciones reales que le permitirán ver, antes de invertir, cómo funcionan y cómo se implantarían en su empresa. Este es el elemento fundamental de la Cidade das TIC que va a ayudar a transformar todos los sectores de nuestro entorno a través de la digitalización.

—Pero no será un parque empresarial con un centro de investigación.

—El campus científico, de I+D más formación, y el tecnológico van a ser el centro. Hay que pensar en un ecosistema de innovación que funciona como un hub. Por un lado realiza proyectos, por otro recibe el input de las empresas, y por otro transforma a las propias empresas. Todo rodeado de 80.000 metros cuadrados de zonas verdes para uso de la ciudadanía. El campus estará completamente abierto para todo el mundo, el entorno de los edificios será peatonal y solo habrá circulación rodada por el perímetro del conjunto de las antiguas naves, según el proyecto que ganó el concurso de ideas, de Carlos Pita, y que está basado en la supermanzana de Salvador Rueda.

—¿Cuándo empezará a funcionar el primer edificio?

—La obra se licitará en tres semanas para empezar antes del verano, y a finales del 2022 esperamos que esté funcionando. El CSA es el gran laboratorio. Tendrá 25 demostradores permanentes y 24 invitados, con lo cual cualquier empresa puede poner allí sus productos o ir a buscar los que le interesen. Tendrá ventanilla única de transformación digital para pymes, 50 pantallas, acción comercial permanente y, lo más importante, nuestros cuatro laboratorios de inteligencia artificial, Quantum Computing, en alianza con el Cesga, dispositivos y media. Para la zona de alojamiento empresarial, que son 2.500 metros cuadrados, ya hay peticiones de veintitantas firmas, el doble de las que podemos acoger.

—¿Qué aportarán las empresas?

—Aparte de financiar el complejo y su futuro con los alquileres de los espacios que ocupen [en el CSA, entre 6,5 y 10 euros por metro cuadrado] van a permitirnos poner en marcha titulaciones duales y prácticas con muchas más facilidades y más agilidad. Ellas también van a tener muchas más ventajas para acceder a los recién titulados, y desde el punto de vista de la formación, la captación y la atracción de talento que las que no estén alojadas en el campus.

«Detectamos cansancio y desánimo entre los estudiantes, hay un goteo de renuncias»

La pandemia ha reforzado la formación de la plantilla de la UDC («el esfuerzo de los profesores fue increíble», dice el rector), y le ha traído también avances que se quedarán después de la crisis. Pero el impacto está por ver.

—Hace unos meses decía que tenían que indagar por qué muchos alumnos no volvieron a matricularse. ¿Saben cuántos y por qué?

—En el segundo cuatrimestre tuvimos una caída de matrícula de 300 alumnos que no continuaron los estudios, cuando lo habitual es que lo hagan 30. También aumentaron los titulados, porque los resultados académicos fueron muy buenos, la forma de evaluar facilitó las cosas, y hubo además un alargamiento del proceso de defensa de los trabajos de fin de grado y fin de máster. Pero probablemente tuvieron que ver inseguridades o dificultades económicas sobrevenidas.

—¿Se repite eso este curso?

—Este año estamos detectando cansancio y desánimo en el estudiantado. Es una situación muy larga, tensa y muy complicada, y hay un goteo de renuncias que tendremos que cuantificar. Psicológicamente es difícil. Todos estamos agotados psicológicamente.

—¿Cómo afectará la pandemia al nuevo plan de financiación?

—Lo estamos negociando y viendo el panorama macroeconómico. Es un plan a cinco años y la Xunta, como es lógico, tiene que ver sus previsiones, no solo para el 21, sino para el 22, el 23 y el 24. Pero soy optimista, el clima es bueno. Creo que va a ser mejor que el actual y que nos dará estabilidad para hacer políticas a largo plazo. Recibimos ayudas adicionales para digitalización pero empezamos a tener un déficit de capital humano importante y no hay ningún plan que nos permita compensarlo. Y hay que ver cómo queda la universidad después de la pandemia, porque si tenemos una financiación basada fundamentalmente en el alumnado y la crisis recae en la bajada de matrícula nos vamos a financiar menos cada vez.

—¿Pedirán una tarta más grande o un reparto distinto?

—Las tres universidades tenemos claro que el fondo estructural es insuficiente y por eso estamos tratando de convencer a la Xunta para que haga un esfuerzo en el tamaño de la tarta. Esperamos poder demostrarlo. Nosotros haremos un esfuerzo para que la parte estructural garantice el funcionamiento de las instituciones. Ya nos pondremos de acuerdo las tres universidades. El reparto estaba funcionando bien.

«En las áreas tecnológicas de la UDC las mujeres investigadoras son predominantes»

La Cidade das TIC contará finalmente con la participación de la Xunta, que se incorpora al consorcio que pondrá en marcha el complejo y para el que aún no se ha acordado forma jurídica. Al Concello da Coruña, la Diputación y la UDC se sumará el Igape, que aportó los 4,8 millones con los que echa a andar el polo de innovación y después lo incluyó, como «infraestructura de referencia», en la propuesta que Santiago hizo llegar a Madrid para la candidatura española a los fondos europeos Next Generation.

—El presidente del clúster dice que el proyecto lo cumple todo.

—La probabilidad de obtener fondos es alta. Con el clúster presentamos una declaración de interés ante el Ministerio de Industria para el desarrollo de servicios y equipamientos vinculados a la transición digital: lanzaderas, incubadoras, demostradores, apoyo de I+D, formación...

—Han solicitado el máster de inteligencia artificial en el nuevo mapa de titulaciones. ¿Harán algo para captar a alumnas en las titulaciones tecnológicas?

—Es un problema importante entre el alumnado. Sin embargo, en la UDC las mujeres en estas áreas tienen un papel predominante. Amparo Alonso está haciendo un trabajo muy interesante sobre las mujeres en el mundo de la inteligencia artificial, y hay otras muchas en sus respectivos campos. Muchísimas mujeres, premiadas, grandes referencias que hay que mostrarles a las niñas. El máster esperamos verificarlo el próximo curso y ofertarlo en el 2022. Y aparte, también enviamos una declaración de interés al Ministerio de Economía vinculada a investigación, desarrollo y pruebas de concepto para empresas en el campo de la inteligencia artificial.

—¿Hay que mantener filosofía aunque no haya alumnos?

—Por supuesto. Igual que hubo que mantener matemáticas cuando no los tuvo.