David Beriain o el catecismo del periodismo: aprender y contar

GALICIA

Momento de la proyección del vídeo de David Beriain en el acto de entrega del Premio Fernández Latorre.
Momento de la proyección del vídeo de David Beriain en el acto de entrega del Premio Fernández Latorre. ANGEL MANSO

19 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

63 años de Premio Fernández Latorre y, en todas las ceremonias de entrega, el presidente y editor de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, ha estado al pie de la redacción. El editor de La Voz no ha faltado a su cita con un galardón que es el auténtico premio Nobel gallego. Santiago Rey Fernández-Latorre merece una distinción por sus más de seis décadas de trabajo.

El acierto del jurado que ha presidido al otorgar a título póstumo el premio de este año al periodista David Beriain ha sido pleno. La intervención de su mujer Rosaura lo dejó claro durante la entrega. David Beriain fue uno de los mejores periodistas españoles. Pero creo que su figura llegará más lejos.

Tras ver el espectacular vídeo con sus palabras, después de oír a mis compañeros que más lo trataron, me queda nítido que David Beriain es el catecismo del periodismo. Sus enseñanzas deberían de publicarse como un manual urgente y de repartirse por las facultades de esta profesión.

No hay divismo en David. David tenía solo un mandamiento sagrado en el periodismo: aprender y contar. Lo suyo era dejar que hablen los protagonistas de la noticia.

Estaba a años luz de la fauna de periodistas de farándula, de los seudoperiodistas tertulianos marcianos que tanto nos perjudican. La labor de David Beriain era impecable e implacable. Repetía una fórmula sabia. Viajaba al lugar de los hechos. Preguntaba para aprender, para conocer. Grababa a los que hablaban, a los protagonistas, y luego abría comillas. Ir a los sitios, empaparnos de la gente y abrir comillas para dejar que hablen ellos es lo único que tenemos que hacer en este oficio. Lo demás son adjetivos. Lo demás son conferencias, no informaciones. David, te debemos el catecismo. Gracias.