
Tras el crimen de Cortegada, médicos, psiquiatras y psicólogos se pronuncian sobre los límites de la privacidad de un paciente
24 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El secreto profesional y sus límites vuelven al debate tras el crimen de Cortegada, en el que la ahora detenida confesó una parte de los hechos durante una consulta psiquiátrica, y se destapó el caso. ¿En qué casos puede un profesional vulnerar la privacidad de su paciente? El psiquiatra y miembro de la Real Academia de Medicina de Galicia Luis Ferrer i Balsebre lo resume así: «El secreto profesional llega hasta donde empieza un delito». Dicho de otra forma, frente a hechos que se creen consumados, se debe informar a las autoridades.
«El nuestro es un deber relativo, no absoluto», explica el presidente de la Comisión deontolóxica del Colexio Oficial de Médicos de Pontevedra, Diego Murillo, que lo ejemplifica con los casos de maltrato: «Si un niño nos cuenta que le han pegado en casa, nuestro deber es informar a las autoridades». Murillo expone otros casos, como las enfermedades de transmisión sexual, donde sí cabría saltarse el secreto. «Si un paciente tiene sífilis, no se trata de que avises a su pareja, pero sí que tienes que hacerlo constar en su historial pensando en el bien general», apunta el facultativo.
En la misma línea se muestra Carlos Álvarez, presidente de la Comisión de ética e deontoloxía del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia, que indica que tienen la obligación de informar, como poco, a su colegio profesional cuando son conocedores de actos contra los derechos humanos. «El propio Código Penal nos dice que quien sepa de algún delito, tiene que dar aviso», añade.
¿Y qué pasa si en vez de hechos solo se conocen intenciones? De ser así, las líneas no están tan claras. «No puedes denunciar un delito de pensamiento. En esas situaciones se supone que el profesional tiene que hacer un seguimiento de cerca que tenga en cuenta el perfil del paciente. Las amenazas homicidas, al igual que pasa con las suicidas, las tienes que valorar e interrogar mucho para saber la intensidad del pensamiento», opina el psiquiatra Ferrer i Balsebre. La forma de actuar, por tanto, depende de los trastornos del paciente y del peligro real que el profesional detecte en consulta. «En un contexto de enfado, que alguien diga que va a matar a otra persona puede ser normal, por eso es muy importante estudiar cada caso. Eso sí: ante duda, debemos proteger a la posible víctima», concluye Carlos Álvarez.
Desde el lado del paciente, la mayoría no preguntan sobre si lo que cuentan en consulta va a trascender fuera de ella, tal y como señala Ferrer i Balsebre, si bien hay algunos que sí lo hacen. «No es lo habitual. Además, se supone que preservar su intimidad ya entra dentro de nuestro juramento hipocrático», resume el psiquiatra.