La Xunta incluye en sus ayudas contra la inflación un bono familiar de 240 euros anuales para conectarse a internet

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

GALICIA

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se sentó ayer unos minutos en el escaño que ocupaba cuando era vicepresidente para hablar con Alberto Pazos y Marta Nóvoa, portavoces suplentes del PPdeG.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se sentó ayer unos minutos en el escaño que ocupaba cuando era vicepresidente para hablar con Alberto Pazos y Marta Nóvoa, portavoces suplentes del PPdeG. PACO RODRÍGUEZ

Rueda denuncia las contradicciones del BNG y el PSdeG, mientras Pontón le acusa de agravar la crisis y Álvarez le reprocha su inacción

13 jul 2022 . Actualizado a las 22:10 h.

El Consello de la Xunta aprobará mañana un paquete de ayudas de 7,2 millones de euros para ayudar a las familias a superar la crisis, anunció Alfonso Rueda en su réplica al portavoz socialista, Luis Álvarez. La última ronda de preguntas al presidente antes del parón estival se centró en los remedios del Gobierno gallego para las consecuencias de la inflación, que ha superado el 11 % en Galicia.

Las nuevas ayudas incluirán fondos para facilitar alojamiento y alimentos a la población necesitada en colaboración con las entidades sociales, pero también medidas novedosas como una subvención de 240 euros anuales por familia en situación de exclusión para pagar la conexión a Internet. Rueda las enunció al final de su respuesta al PSOE. Fue una respuesta preventiva a Ana Pontón, que desde hace meses acusa a la Xunta de inacción.

La portavoz del Bloque no viró. Preguntó a Rueda si ya da por perdidas las elecciones, porque en lugar de «explicar que vai facer» se dedicó a hacer una «sesión de control ao BNG». Como en otras sesiones, reprochó al presidente y a su equipo estar «de perfil» ante la crisis de precios, pero hoy fue un paso más allá, les acusó de poner «máis pedras» en el camino de las economías familiares, con la supresión de la tarjeta básica o la nueva ley del agua, que subirá el precio «a miles de galegos». Pontón explicó esas decisiones porque el PP está instalado «no canto peor, mellor (…) Pensan que poden gañar as eleccións cabalgando a crise de prezos (...) Canto peor para os galegos, mellor para o PP de Madrid». Esa es, aseguró la portavoz del BNG, la estrategia del Gobierno gallego. Pontón también habló del «colapso sanitario» y reprochó a Rueda que una profesional denunciase que trabajó 24 horas seguidas en tres centros de salud. «Faltan profesionais porque sobra precariedade», espetó a Rueda tras reprocharle que permita «maltratar» así a los sanitarios.

Pontón apenas trató el problema sanitario en su segunda intervención, a pesar de que Rueda la instó a debatir sobre ello. Pero el presidente acompañó esa invitación con un argumento: País Vasco y Cataluña, entre otras comunidades, se han sumado a la reivindicación de la Xunta para que el Gobierno convoque más plazas MIR y cree la especialidad de Urgencias. Tras señalar que Pontón había pasado «por enriba» del contencioso sanitario en su segundo turno, Rueda anunció lució el respaldo de los nacionalistas vascos y catalanes en esa materia -«son os sus referentes», le recordó-, y reclamó al BNG que «faga o mesmo» y se ponga «do lado de Galicia». Pero «polo que sexa [añadió], vostede non quere molestar en Madrid, e iso a retrata e expón as súas contradiccións», remachó Rueda. Su diagnóstico para el BNG no es nuevo, lo ve «bravo coa Xunta», pero preso de la «mansedumbre» frente a Pedro Sánchez. En su conclusión, tras denunciar que la conducta del Bloque «a Galicia non lle serve de nada», acusó a Pontón de «catastrofismo», un panorama que «lle convén a un partido eternamente na oposición» y que, cuando gobernó, «non solucionou prácticamente ningún problema».

Rueda también sacó a relucir a Bildu contra Pontón, y le recordó que hay un ensayo que dice que «o que queren Bildu e o BNG se parece moito». En su turno, la portavoz del Bloque no se refirió a ese escrito, pero denunció como una «especialidade do PP» la creación de «fake news [noticias falsas]» y advirtió al presidente que no les encontrarán «nin no insulto nin na descalificación». Rueda vinculó de inmediato esas palabras con su aseveración sobre la proximidad del Bloque con Bildu: «Non lle gusta que llo recorden publicamente», pero «é certo que vostedes son aliados».

El tono del debate con Luis Álvarez fue menos crispado. El portavoz socialista preguntó qué medidas va a adoptar la Xunta. Subrayó que no quiere saber cuáles va a anunciar. Recordó que ya hizo anuncios Feijoo el 22 de marzo con un efecto similar, ironizó, a cuando dijo que la Xunta construiría el AVE. Tampoco preguntó qué medidas van a suprimir, como la Tarxeta Básica, de la que dependían, recordó, «75.000 persoas». Álvarez contrapuso la gestión de la Xunta, marcada por la «inacción», con la del Gobierno central o, para que «non me acuse de ser máis sanchista que Sánchez», la del País Vasco, que aprobó un fondo de rescate social de 15 millones de euros. «Rectifiquen», recomendó el portavoz del PSdeG a los populares, porque «cando rectifican, acertan». «Recuperen a Tarxeta Básica e mimen os servizos públicos», añadió. A la vista de que el presidente volvía a usar cifras del bipartito, concluyó con una última petición, que dejen de usar el 2009 «como ano cero da era cristiana» y de culpar al bipartito de todos los problemas, incluida «a caída do Imperio Austrohúngaro».

Rueda había recordado la expansión del presupuesto en ayudas sociales desde el 2009, de 70,6 millones entonces a 145 millones ahora. El titular de la Xunta desglosó los programas impulsados desde entonces desde la propia Xunta, como los planes de alquiler social, las ayudas contra los desahucios, la tarjeta bienvenida o la próxima gratuidad total de las escuelas infantiles. Después confirmó el nuevo plan de ayudas que se aprobará mañana por 7,2 millones de euros.

El presidente explicó las críticas porque en el PSdeG «están moi presionados desde Madrid» para publicitar las medidas de Pedro Sánchez. «Iso é o que lles importa», dijo. Pero como haría luego con Pontón, el presidente apuntó a las contradicciones. Explicó que la Tarxeta Básica fue adoptada para hacer frente al confinamiento, y subrayó que ahora hacen falta otras medidas como las que se aprobarán mañana. También recordó que la tarjeta fue descrita desde el entorno de los socialistas como una medida «obsoleta» y próxima a una «caduca beneficencia». Solo la pusieron en marcha, añadió, Andalucía y Galicia, pero no en las comunidades socialistas. «E agora é a pedra angular do sistema, preguntó a la bancada del PSdeG antes de pedir «un pouco de coherencia».