Rueda llama en la entrega de las medallas de Galicia a la unidad de la comunidad ante las dificultades

Xosé Vázquez Gago
X.G. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

El presidente condecoró a Julián Barrio, Paolo Caucci, Begoña Valdomar, la asociación Discamino y, a título póstumo, a José Carro Otero, por su contribución al Xacobeo

27 dic 2022 . Actualizado a las 20:11 h.

Ante los representantes de la política, la industria, la cultura y otros sectores de la sociedad gallega reunidos en el museo da Cidade da Cultura, Alfonso Rueda impuso esta mañana las medallas de oro de Galicia a cuatro personas y una entidad vinculados al presente auge del camino de Santiago y el fenómeno Xacobeo. Se trata del arzobispo de Santiago, Julián Barrio; el medievalista Paolo Caucci von Saucken, la hospitaleira Begoña Valdomar, la asociación Discamino y, a título póstumo, el doctor José Carro Otero, comisario del Xacobeo de 1993. En su discurso, el presidente de la Xunta apeló a los valores de la tradición peregrina. Entre ellos destacó la unidad, también «proclama constante do bo galeguismo», a la que ensalzó como remedio frente a los problemas y clave para la reparación de los afectados por los incendios. «O gran cómplice das dificultades polas que atravesamos sería a desunión (…) Todos os riscos e ameazas se agrandan cando atopan a un pobo fragmentado. Pola contra, as ameazas e os riscos son superables se acentuamos aquilo que nos é común», dijo.

Ese llamamiento a la unidad se produce poco después de que el titular de la Xunta invitase por carta a los líderes del BNG y el PSdeG, Ana Pontón y Valentín González Formoso, a acordar una posición conjunta sobre los asuntos de país que debatirá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la reunión que mantendrán el próximo jueves.

Rueda, que señaló el Camino como la «gran contribución de Galicia á cultura universal», destacó la cooperación de Julián Barrio con la Xunta. Le reconoció como uno de los grandes artífices de la espiritualidad integradora del Camino, y agradeció su comprensión hacia la vertiente socioeconómica del Xacobeo.

El arzobispo, que nació en Manganeses de la Polvorosa (Zamora), afirmó su agradecimiento a toda Galicia. Explicó que tuvo conciencia «do feito diferencial de Galicia» desde el primer momento, porque «non separa», sino que «complementa» en el contexto autónomico, nacional e internacional. Barrio citó al papa emérito «Bieito XVI» y consideró que la plaza del Obradoiro podría ser ese simbólico «atrio dos xentís» del que hablaba el pontífice, en el que «crentes e non crentes (…) libres de selo» encuentren «o camiño do diálogo» y sean «irmáns sen negar as súas diferenzas».

El presidente de la Xunta agradeció al profesor Paolo Caucci la dedicación de su vida, fue durante 25 años presidente del comité de expertos del Camino, y su «basta sabedoría» a la peregrinación Xacobea. El profesor de la Universidad de Florencia recordó que Dante Alighieri, en su Divina Comedia, situó al apóstol Santiago en el paraíso con el emblema de la esperanza, y planteó que el Camino debe guardar siempre la esencia de su tradición, pero no como por nostalgia, sino como una «visión clara y firme para afrontar los retos del futuro con renovadas energías».

Rueda y la hospitalera de Fisterra, Begoña Valdomar Insua, coincidieron con una cita del Códice Calixtino sobre los peregrinos: «Todo o que recibe e hospeda con esmero terá como hóspede non soamente a Santiago, senón ao mesmo Señor».

A la asociación Discamino, el presidente le agradeció haberle brindado «un dous mellores momentos da miña vida» cuando les pudo acompañar. La entidad ayuda a personas discapacitadas a peregrinar a Santiago. Su presencia fue recibida con un largo aplauso. Acudieron en traje de faena, con pantalones cortos y camisetas. No lo hicieron porque sea un uniforme o para «fardar de piernas», bromeó su fundador, Javier Pitillas, sino porque están en plena peregrinación y no tienen otra cosa, explicó. Firvida, que saludó a Rueda como un «amigo piloto», agradeció a la Xunta la cooperación con sus actividades.

Rueda destacó el «tesón» de José Carro Otero. Un ingrediente de las peregrinaciones, recordó el presidente, que el médico compostelano lució en grandes cantidades cuando organizó el Xacobeo de 1993. Esa cita marcó el inicio del resurgir de la tradición, subrayó Rueda.

Recogió el galardón Susana Carro, hija del doctor, que se emocionó al recordar su trabajo sobre el Camino. Señaló dos momentos claves en su trayectoria, el citado Xacobeo de 1993 y su descubrimiento en 1985 de una pequeña moneda del siglo XII, cuñada por Fernando II, rey de León, en la que aparecen representada la traslación del apóstol. Es la más antigua que se conserva con una referencia al Xacobeo. Antes del himno de Galicia, que cerró el acto, se emitió un breve fragmento de una entrevista con José Carro, en la que el doctor insistía en la obligación de trasladar a las próximas generaciones el legado del Camino.