El enigma de la primitiva que un lotero cercado por la policía quiere cobrar

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

María Pedreda

La Justicia abre juicio contra el titular del local donde apareció el boleto

26 jun 2023 . Actualizado a las 19:59 h.

El lotero coruñés Manuel Reija y su hermano Miguel, delegado de Loterías en A Coruña, ocuparán en pocos meses el banquillo de los acusados porque se sospecha que ambos urdieron una trama para quedarse con el dinero de una primitiva millonaria. La Fiscalía y la policía sostienen que engañaron a la persona que selló el boleto, que cuando fue a comprobar si tenía premio, el primero le dijo que no y el segundo se las ingenió para que nadie más que ellos pudieran reclamarlo. Ambos lo niegan. Dicen que actuaron siempre con buena fe.

Hay noticias que duran diez años sin perder su atractivo. En el sorteo de la lotería primitiva celebrado el 30 de junio del 2012 la combinación ganadora fue: 10, 17, 24, 37, 40 y 43. Solo hubo un acertante de primera categoría. El premio ascendió a 4,7 millones y le correspondía a la persona que cuatro días antes, a las 18.23 horas, selló el boleto en la administración de Carrefour en Alfonso Molina (A Coruña). Por alguna razón, que diez años después continúa siendo un misterio, ese boleto apareció en manos del lotero del mercado de San Agustín el 2 de julio de aquel 2012. Y este se lo calló. Solo se lo confesó a su hermano, delegado de Loterías en A Coruña. Nadie lo supo hasta año y medio después. Y no porque lo anunciara el dueño del despacho, que mantuvo en secreto el hallazgo del boleto millonario, sino porque lo publicó La Voz de Galicia. Este es un pequeño resumen de lo que se fue sabiendo con el tiempo.

30 de junio del 2012

Una primitiva premiada con 4,7 millones, sellada en A Coruña. Las noticias destacan la primitiva millonaria. No hay ni rastro del afortunado. Solo se sabe que adquirió el boleto ganador junto a otras tres apuestas. En total, pagó 7 euros por los cuatro resguardos.

2 de julio del 2012

El boleto aparece en la administración del lotero investigado. En la secuencia de las operaciones registradas en el terminal de la administración de San Agustín consta que el lotero pasó por la máquina los cuatro boletos en un período de 16 segundos. Según la información aportada por Loterías, y facilitada a la Policía Nacional, el lotero pasó primero el boleto con la apuesta automática, el de la combinación ganadora, y recibió el mensaje de que el premio era superior. Lo hizo a las 11.25,39 horas. Tres segundos después pasó el siguiente boleto, que tenía un premio de tres euros, que le abonó al cliente. A las 11.25,53 horas pasó otro resguardo sin premio y, a las 11.25,55, el último de este lote de cuatro apuestas. Reija notificó al cliente un premio menor, el de los tres euros y, según estos datos, no dejó de trabajar ni un minuto entre las 11.25 horas y las 11.30. En el informe se recoge que, entre las 11.25,39, cuando comprobó el boleto ganador, y las 11.26,08, el lotero pasó por la máquina diez resguardos de diferentes apuestas.

3 de julio del 2012

El lotero notifica el hallazgo a su hermano. Manuel Reija notifica por escrito a la Delegación de Apuestas de A Coruña, que dirige su hermano, Miguel, el hallazgo de la primitiva millonaria. Dice que «dicho resguardo fue encontrado en el mostrador de su establecimiento entre las 10 y las 12 de la mañana del 2 de julio», que antes de destruirlo lo pasa por la máquina y descubre el premio, y que ha esperado «un día completo» a que apareciese el posible propietario, sin obtener resultados.

4 de julio del 2012

El dueño del despacho de Carrefour llama para saber si apareció el ganador. El lotero que selló la primitiva ganadora llamó a la delegación provincial para preguntar por el premio. El delegado, Miguel Reija, le dice que no se preocupe, que el ganador ya ha cobrado los 4,7 millones de euros. Miguel Reija siempre ha negado esa conversación.

5 de septiembre del 2012

El lotero reclama el premio. Manuel Reija hace una petición: «Que se inicien los trámites para poner a mi disposición el importe agraciado». Pero solo dos días después, el 7 de septiembre, Loterías ordena desde Madrid bloquear el boleto agraciado con 4,7 millones y que aún no tiene dueño.

15 de septiembre del 2013

La Voz destapa el caso. Tras año y medio, La Voz tituló así una página: «Buscan a un coruñés que perdió una primitiva de 4,7 millones». Fue la primera noticia sobre el caso, y provocó un gran revuelo mediático. Solo dos días más tarde, el lotero Manuel Reija posaba ante su administración y decía: «Ojalá aparezca el que lo perdió». En la información, el redactor le pregunta si se le pasó por la cabeza quedarse el boleto. Su respuesta contradice sus actos de un año antes: «Nunca. No podría dormir tranquilo». El Ayuntamiento de A Coruña activa la búsqueda, pues la ley de juegos encomienda a los concellos la búsqueda de los propietarios de boletos premiados y perdidos.

17 de septiembre del 2013

El escueto anuncio del BOP. Se publica en el Boletín Oficial de la Provincia este escueto y poco esclarecedor anuncio: «A la vista del escrito presentado por Manuel Reija en relación con un resguardo de Loterías y Apuestas del Estado identificado con el número 178-04948907-045, interesando que se promueva expediente al amparo del artículo 615 del Código Civil y habiéndose acordado así por esta alcaldía, se procede a dar publicidad a esta circunstancia para que las personas que pudieran acreditar su derecho sobre el objeto hallado lo ejerciten en la forma que estimen oportuna». Y punto. Ni una pista. Ni dónde fue sellado ni cuándo. Ni dónde fue encontrado, ni si era una quiniela, una primitiva... Aquel anuncio pasó inadvertido hasta que La Voz aportó los detalles que faltaban.

Hasta 300 personas se presentaron diciendo que el boleto era suyo

Durante dos años, al Ayuntamiento de A Coruña llegaron a acudir hasta 300 personas diciendo que la primitiva millonaria era suya. Pero nadie aportó las pruebas que acreditasen ser el afortunado.

En octubre del 2015 se abre la vía judicial. Una vez que el Ayuntamiento notifica que ninguno de los 300 reclamantes pudo demostrar ser el dueño del boleto, varios ciudadanos acuden a los tribunales. Muchos se retiran de la pugna cuando descubren que un pleito de tal cantidad de dinero supone desembolsar más de 20.000 euros. A lo largo de los años, la mayoría de los demandantes pierden toda opción en los juzgados.

Es agosto del 2019 cuando la Policía Nacional toma cartas en el asunto. Los agentes comienzan a sospechar de la supuesta mala fe del lotero de San Agustín tras descubrir varias contradicciones entre su testimonio y lo que quedó registrado en la máquina. Reija dijo al principio que encontró un boleto cuando estaba solo en la administración. Luego rectificó y amplió a cuatro los boletos. Pero según el registro de operaciones, el lotero pasó el premio y siguió atendiendo a clientes.

En noviembre del 2019 los hermanos Reija declaran ante la jueza. Preguntado el lotero si había actuado con engaño, su respuesta fue: «Si hubiese querido actuar de mala fe, me hubiese ido a Canarias con el dinero». Dos años después, la jueza imputa a los dos hermanos en un auto en el que pide la apertura de juicio contra los Reija y contra cinco altos cargos de Loterías por estafa y delitos conexos. La Audiencia retiró luego la acusación contra estos últimos y esta misma semana ordenó juzgar al lotero y al delegado.

En diciembre del 2021, la Policía Nacional preguntó a Loterías qué administraciones sellaron las cuatro mismas combinaciones en aquel período de tiempo. Así se supo que esos números fueron jugados muchas veces por la misma persona antes y después de aquel sorteo. Tanto en administraciones coruñesas como de Fuerteventura, Palma de Mallorca, Caldas de Reis y Torremolinos. El inspector jefe José Manuel López García no se quedó ahí. Tras comprobar que ninguno de los que reclamaron el premio había estado en esas localidades, estudió los viajes del Imserso que habían salido de A Coruña en esos días. Y en todos aparecía un nombre. Pero había fallecido, por lo que la policía acudió en busca de la viuda, que constató esos viajes. Por si fuera poco, los mismos números fueron jugados en dos administraciones cercanas a su casa.

El juicio

Primero se juzgará al lotero y después se verá de quién es el boleto premiado. Los hermanos Reija serán juzgados por apropiación indebida y delitos conexos. En este proceso penal solo se resolverá si actuaron o no con mala fe, como sostiene la policía. Tanto si salen absueltos como condenados, el tribunal no dirá quién es la persona que debe cobrar el premio. Eso se verá en los juicios civiles que quedan, donde los reclamantes —entre ellos, la viuda del hombre que apunta la policía como verdadero propietario del billete— intentarán demostrar que el premio les pertenece. Si no lo logran, el dinero irá al bolsillo de Manuel Reija.