El futuro de Podemos en Galicia: entre el imán de Yolanda Díaz y la obediencia a Pablo Iglesias

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Protesta naval en Ferrol, en el año 2019, en la que coincidieron Yolanda Díaz, Pablo Iglesias y Antón Gómez-Reino.
Protesta naval en Ferrol, en el año 2019, en la que coincidieron Yolanda Díaz, Pablo Iglesias y Antón Gómez-Reino. JOSE PARDO

La formación morada descarta una ruptura en la comunidad y liga su futuro al de la ministra, cuyo entorno dice que «no toca hablar de listas»

14 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Como el meme Question Hound, la viñeta del perro con un café en la mesa que responde «this is fine» («esto está bien», en español) mientras todo arde alrededor, la cúpula de Podemos en Galicia contempla pasiva la aparente ruptura entre la dirección de la formación morada y el proyecto Sumar que está construyendo Yolanda Díaz. Toda la tensión explota, al menos a nivel público, desde un bando. Un frontón donde Pablo Iglesias golpea sin obtener respuesta. La semana pasada elevó el tono exigiendo concreción a la vicepresidenta segunda, apremiándola a decir si será o no candidata y pidiéndole «respetar» a su partido en la integración de las listas. 

«Tenemos que apostar por confluir con Sumar, pero Podemos debe ser respetada», marcó en rojo durante la Uni de Otoño, el encuentro donde la formación se refuerza ideológicamente para el nuevo ciclo electoral. La escalada del líder de facto de Podemos comenzó hace justo un año, cuando Díaz se presentó en Valencia junto a varias mujeres dirigentes, como la madrileña Mónica García o la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para lanzar un proyecto aglutinante. «No aparecen ni Ione Belarra ni Irene Montero. Y Podemos, disciplinadamente, traga», denunció Iglesias, con vehemencia, en una intervención radiofónica. «Cuidado con faltar al respeto a los militantes de Podemos», dijo en esa Uni de Otoño de la que Podemos Sevilla extrajo para Twitter una intervención de la ministra Irene Montero escribiendo en mayúsculas «presidenta», no solo obviando a Yolanda Díaz, sino también a Ione Belarra, sucesora de Iglesias. 

En el encuentro estuvieron representantes gallegos de cada provincia. No así su líder, Antón Gómez-Reino, por compromisos en su agenda. El secretario xeral de Podemos Galicia es uno de los grandes aliados de Yolanda Díaz, amigo personal y compañero inseparable durante la última década. Sobre la integración de su partido y Sumar, el diputado por Galicia en Común responde que no contempla «outro escenario». Lo contrario, dice Gómez-Reino, «sería un sinsentido». El futuro de la marca en la comunidad, sin representación en el Parlamento, depende así del proyecto de Díaz.

Isabel Faraldo, portavoz de Podemos Galicia, sí estaba allí. Descarta cualquier ruptura entre ambos movimientos y cree que las palabras de Iglesias pudieron ser malinterpretadas. «Pablo se refirió al respeto al partido, que siempre ha estado ahí de manera generosa», expone la concejala coruñesa, que dice estar «convencida» de que Sumar y Podemos «serán compatibles». 

Escapar del ruido

La gira de Sumar, según apunta su entorno, está superando las expectativas. A los actos celebrados recientemente en Pamplona y Logroño se han sumado cientos de personas de perfil «muy plural» que contribuyen a construir un proyecto «donde todo el mundo cabe». Los focos apuntan a la ministra de Trabajo a la espera de una respuesta a Pablo Iglesias que no llega. Ni de forma velada. «No queremos alimentar ninguna polémica», responde una de las personas más próximas a la política gallega.

Desde el círculo de Yolanda Díaz consideran que debe haber listas electorales, pero que todavía «no toca hablar de eso». La idea es «dejar de lado lógicas más de política partidaria», que estiman que son las que la sociedad rechaza en estos momentos. «Nadie nos va a despistar de construir un proyecto de país», aclaran, rehuyendo del ruido, del «ser esclavos de lo efímero». Del último tuit. Y en esas seguirá Sumar hasta enero, tratando de que la operación aritmética termine por funcionar.