Ratzinger realizó un fugaz viaje a Santiago en noviembre del Año Santo 2010
01 ene 2023 . Actualizado a las 15:38 h.Benedicto XVI fue el último papa que visitó Galicia. El viaje tuvo lugar el 6 de noviembre del 2010, el último Año Santo anterior al bienio jacobeo que concluyó este sábado. El papa alemán llegó a Santiago por la mañana como «peregrino entre os peregrinos», como él mismo proclamó en la Praza do Obradoiro al cumplir su viejo anhelo de visitar la tumba del Apóstol, y dejó una impronta de sencillez que impresionó a todos quienes le rodearon antes de continuar hacia Barcelona, donde durmió esa misma noche.
David Álvarez, actualmente párroco en A Illa de Arousa, vivió muy cerca la visita de Joseph Ratzinger como secretario personal de Salvador Domato, máximo responsable de una organización muy compleja que, recuerda, contrastaba con la sencillez, la humildad y el trato próximo del papa. «O papa dixo que viña como peregrino da fe e así foi», rememora Álvarez.
A quienes habían vivido las multitudinarias visitas anteriores de Juan Pablo II, en 1982 y 1989, la de Benedicto XVI pudiera parecerles, por comparación, más fría, no solo por lo desapacible de ese día otoñal (hubo el temor real de que el avión del Vaticano no pudiese aterrizar en Lavacolla debido a la densa niebla), pero David Álvarez asegura que no fue así, precisamente por la sencillez que Ratzinger transmitía, al tiempo que alude a las fuertes medidas de seguridad exigidas en torno al pontífice.
«Renovo o meu agarimo aos amadísimos fillos de Galicia, Cataluña e os demáis pobos de España», dijo Benedicto XVI en la Catedral. Joseph Ratzinger dejó Santiago para el final de su recorrido por los grandes centros de la cristiandad. Empezó por Lourdes en el 2008, coincidiendo con el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen, y después pasó por Jerusalén y Fátima. Su deseada visita al sepulcro del apóstol Santiago coincidió con la conmemoración del 119 año santo.
Su paseo fue un relámpago de apenas doce horas, en las que presidió una macroeucarístía tan esperada que algunos fieles hicieron cola ese tiempo y más para seguirla en directo. Ratzinger almorzó además con un centenar de cardenales y obispos, que degustaron un menú de productos típicos gallegos preparados al modo tradicional, y mantuvo cuatro reuniones privadas con seis personalidades. El primero, con los reyes Felipe VI y Letizia, por entonces príncipes de Asturias. Tras el encuentro «cordial y afectuoso», el monarca resaltó el «afecto» del pontífice hacia España.
También se vio con el entonces vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido en el 2019, y con el nuncio apostólico Renzo Fratini. Además, se entrevistó con el expresidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, y estrechó la mano de Mariano Rajoy poco antes de volver al aeropuerto de Lavacolla.
En su visita, la tercera de un papa a Santiago después de las dos de Juan Pablo II, de quien fue mano derecha como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, . Una Europa, afirmó, que «ha de abrirse a Dios».