Situado frente a la entrada principal, le sacan fotos desde el exterior y hay quien acude los fines de semana solo a verlo
20 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.De cruzar el Atlántico a dormir tierra adentro. El narcosubmarino apresado en Aldán en el año 2019, el primero interceptado en Europa en pleno uso, luce desde hace dos años frente a la puerta de entrada a la Escuela Nacional de Policía de Ávila. Se trasladó allí en febrero del 2021, tras ser cedido al museo que la Policía Nacional tiene en esta localidad castellana.
Por sus grandes dimensiones, se optó por situarlo en la explanada que habitualmente se utiliza de aparcamiento: «Cualquiera que entre a la escuela por fuerza lo ve. Y en los actos en los que se utiliza la explanada, su presencia impone», explican desde la academia policial, aclarando que toda la escuela es una extensión del museo, y alberga las piezas que, por su tamaño, no caben dentro de sus instalaciones.
El semisumergible, que en su día cruzó de Brasil a Galicia cargado con casi tres toneladas de cocaína, es visible incluso desde fuera de la academia: «Son muchos los transeúntes que, desde el exterior del perímetro de seguridad, le sacan fotografías», revelan. Y es que el interés que despierta el narcosubmarino, afirman, «es máximo»: «A día de hoy, muchas personas vienen los fines de semana hasta la Escuela solo con la intención de verlo y fotografiarlo».
No es posible acceder al interior del artefacto, de construcción artesanal. Está prohibido tanto para visitantes como para personal o alumnado de la academia, porque la entrada es complicada, el espacio reducido, y podría haber algún incidente. Profesionales de la prensa y el audiovisual sí han podido hacerlo en varias ocasiones, previa autorización.
Sucedió, por ejemplo, en la filmación de la serie Marea Negra, que contó la historia de la embarcación y de sus tripulantes. Varios cámaras entraron en el semisumergible y filmaron su interior, y se tomaron medidas internas y externas para construir una maqueta réplica que se usó en varios episodios.
Además, en alguna ocasión se ha utilizado como parte de las lecciones que se les dan a los futuros policías que se forman en la academia de Ávila, realizando análisis de esta peculiar embarcación.
El artefacto está flanqueado por pivotes con cadenas y acompañado de cartelería con textos y fotos que explican sus características y su historia. En ese panel se informa de que su apresamiento acabó «convirtiendo en realidad lo que hasta ahora era solo una leyenda», el uso de estos narcosubmarinos por las mafias del narcotráfico en Europa.
Aunque inicialmente se barajó destruirlo, con el paso de los meses distintos cuerpos de seguridad presentaron iniciativas para quedarse este legendario submarino. La Guardia Civil, por ejemplo, lo quiso para hacer prácticas de abordaje, pero la propuesta se rechazó por las dificultades para conservar el aparato. Finalmente triunfó la propuesta del Cuerpo Nacional de Policía, de incorporarlo al museo que tiene en su academia de Ávila.
Así, el 4 de febrero del 2021 una grúa cargaba el navío para trasladarlo a la Escuela Nacional de Policía y dejarlo en depósito para la colección permanente del museo, como un ejemplo histórico de la lucha de la Policía Nacional y la Guardia Civil en su lucha contra el narcotráfico.
Abandonado por sus tres tripulantes
Finalizaba el mes de noviembre del 2019 cuando una operación conjunta de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria permitió localizar en la costa gallega este semisumergible, bautizado como Che, y que sus tripulantes, al verse descubiertos, intentaron hundir frente a Cangas, tras haber cruzado el Atlántico con más de 3.000 kilos de cocaína en la bodega.
Los tres hombres que viajaron en el submarino durante casi un mes se tiraron al agua para huir, aunque todos fueron detenidos. La embarcación quedó abandonada, sin terminar de hundirse. Agentes de distintos cuerpos de seguridad la amarraron, fue inspeccionada por buzos y acabó por ser reflotada y llevada a tierra. Medía casi 21 metros y medio de largo, y algo más de 2,5 de ancho. De construcción artesanal, no podía hacer una inmersión completa, aunque sí navegar semisumergida, de manera sigilosa y siendo difícil detectarla.
Catorce meses pasó el semisumergible en el puerto de Vigo, mientras se completaba una investigación que permitió condenar a once años de cárcel a los tres tripulantes, y a entre nueve y siete años de prisión a las cuatro personas que colaboraron desde tierra con la operación de narcotráfico, aunque posteriormente el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia absolvió a dos de esos colaboradores y rebajó a 26 y 18 meses de cárcel las penas de los otros dos.