Pedro Valderrey, diseñador de atavíos medievales: «El hábito hace al monje, claro»

GALICIA

Edgardo

Asesora ferias y mercados por media España y pide a quienes se visten de época que no usen las gafas de sol ni los teléfonos móviles: «No hay que ser anacrónico»

25 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«»«»Pedro Valderrey (La Bañeza, 1959) es un hombre de otra época. Y lo parece. Sobre todo en las ferias y mercados medievales, que asesora y nutre con sus atuendos de época, que elabora con una puntillosidad digna de elogio. A ratos libres, hace de doble de Sean Connery.

—Esto de los trajes medievales, ¿es una afición?

—Esa una afición, pero argumentada por una parte histórica. Yo no puedo presentarme con mis trajes en la Festa da Arribada, que conmemora la llegada de las carabelas a Baiona en 1493. Hay unos quinientos años de desfase entre los trajes que hago yo y aquel tiempo, porque mis trajes son del románico. No hay que ser anacrónico.

—Ya veo.

—Yo, por ejemplo, me baso en la colegiata de Covarrubias donde hay una serie de frescos que fotografié y, según el atuendo que lleva Sancho II hice el último traje. Hay que tener en cuenta la fecha y también los colores, porque en el mundo visigodo solo había talleres de lino y lana, así que los tintes son de colores ocre, verde, blanco roto... Y luego están los abalorios.

—¿Cual es su profesión?

—Estoy prejubilado. Antes estaba en el sector de la seguridad privada, pero me apasiona la historia. También la Guerra Civil, por lo incomprensible que fue. Pero bueno, somos godos, somos ingobernables.

—Algunos trajes le han reportado premios.

—Pues sí. He ganado dos veces el premio de atavíos medievales en Ávila, que se considera como un premio a nivel nacional. Yo creía que era bastante improbable que lo ganara, pero lo gané.

—Atavíos, que no trajes.

—Lo que no son es disfraces. Con un atavío medieval eres un actor en un macroescenario. El lunes volverás a ser lo que eras, pero mientras dura el mercado medieval eres un caballero. Y hay que evitar a toda costa las gafas de sol, andar con el teléfono móvil o con pitillos en la mano. El hábito hace al monje, claro; cuando uno va vestido de medieval debe hacerlo con todas las consecuencias.

—Esto de las ferias medievales es una epidemia.

—Bueno, no todas son iguales. Hay mercados medievales que en realidad son mercados artesanales, con cosas de cuero, joyería, comida... Cada puesto paga a razón de 50 o 60 euros diarios por metro. Así que cuántos más puestos haya, mejor. Los propios comerciantes pagan la feria.

—Seguro que también ocurre fuera de Galicia.

—Pues sí. Yo colaboro con una que se celebra en Lantadilla (Palencia) donde tuvo lugar la batalla de Llantada [aquí una prolija explicación histórica sobre esta batalla y sus consecuencias]. Y también están las justas de Hospital de Órbigo y un montón de mercados medievales en los pueblos de León. Y los dos mercados medievales de referencia, que son el de Ávila y el fin de semana cidiano en Burgos.

—¿Cómo se metió a hacer trajes?

—Por mi hermana. Me animó a hacerme un traje para la feria franca de Pontevedra. Yo no tenía ni idea de corte y confección, pero conté con su ayuda y con la de mi madre. Y también con la de mi esposa, que fue la que me da el último punto.

—Usted es muy riguroso con los materiales, pero se hizo una cota de malla con anillas de latas de cerveza.

—Es verdad. Quedan bastante aparentes. No es lo adecuado, pero pesa bastante menos y le doy una segunda vida a las anillas. Cada cota de malla de esas tiene 3.700 anillas. Y el problema no es engarzarlas, es encontrarlas. Iba de madrugada por las zonas de botellón a recogerlas. La gente se quedaba un poco sorprendida, aunque algunos acaban ayudándome.

—También se ha hecho fotos en el Trono de hierro de «Juego de tronos».

—Eso fue un año que un señor avispado lo reprodujo y cobraba dos euros por cada foto que se hacían los visitantes. A mí me dejó hacerla gratis, ja, ja.

—¿Le gustó la serie?

—La primera temporada, luego perdí interés. Me gustan más películas como El reino de los cielos.

—¿Cuánto cuesta un traje de los que usted hace?

—Con la túnica y la capa, la cota de malla tipo verdugo, muñequeras, el cinto y el bolso con pelo de corzo, menos de 600 o 700 euros, nada. La cota de malla la hago con alambres y me lleva mes y medio. Eso sí, pídamelo con tiempo.

—¿Cuál es la mejor feria medieval de Galicia?

—La Festa da Istoria de Ribadavia, que es este fin de semana, por cierto. En este orden diría Ribadavia, Mondoñedo, Monforte, Noia.

—Seguro que le habría gustado vivir esa etapa histórica.

—Hombre, sí. Mire, yo considero que mi palabra es mi honor y si te falta la palabra te falta todo. En aquel tiempo, la palabra de una persona era su honor.

—Dicen que se parece a Sean Connery.

—Sí, me lo dicen mucho, ja, ja.

—¿Celta o Dépor?

—Celta.

—Defínase en pocas palabras.

—Soy honesto, franco y leal.

—Una canción.

Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat. Es la canción que he pedido que pongan en mi funeral.

—¿Qué cree que es lo más importante en la vida?

—La familia.