La investidura de Feijoo condiciona el inicio del año preelectoral en Galicia

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Reunión de la ejecutiva del BNG, ayer, en Santiago.
Reunión de la ejecutiva del BNG, ayer, en Santiago. PACO RODRÍGUEZ

Pontón insiste en su rechazo al popular y deja en el aire si se reunirá con él

29 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

24 horas después de que el Feijoo marcase el inicio del curso político junto al castillo de Soutomaior, su candidatura a presidir el Gobierno marca también el devenir político en Galicia en el último año antes de las elecciones gallegas. En ese contexto, el BNG reunió ayer a su ejecutiva en la vuelta de vacaciones de su portavoz nacional, Ana Pontón. El Bloque, dijo, aspira a acabar el curso liderando la Xunta y formando «o mellor Goberno galego da historia». Por delante quedan meses de «intenso traballo» en el Parlamento gallego, pero la hoja de ruta tiene su primera parada en la sesión de investidura del Congreso el próximo 26 de septiembre. 

Sobre Alberto Núñez Feijoo hablaron ayer la portavoz nacional del BNG, la secretaria xeral del PPdeG y la diputada socialista Leticia Gallego en sus comparecencias, marcando así el futuro del expresidente gallego la agenda en este arranque de curso. Pontón reconoció que los populares todavía no les han enviado una invitación para reunirse con el candidato y explorar el posible apoyo de los nacionalistas gallegos, y será solo entonces cuando decidan si asisten o no. De poco serviría en todo caso: la líder del Bloque avanzó ya que no votarán a un PP al que ven «do ganchete coa extremadereita que representa un programa antigalego e antisocial». Sí se muestra dispuesta a favorecer un «Goberno alternativo ao da dereita», pero aclaró que no lo harán a cambio de un «agasallo para ninguén», sino que deberá «cumprir coa sociedade galega». Tienen un diputado.

«A Feijoo non lle queda nin o verniz de moderado. Nin é moderado nin é bo xestor», advirtió Pontón, que recordó que en anteriores ocasiones había denunciado ya que el presidente del PP y candidato a la investidura es en realidad «un adaíl dos recortes na sanidade pública» y de las «privatizacións».

Para la socialista Leticia Gallego, lo vivido este domingo en Soutomaior fue «unha tomadura de pelo» en la que Feijoo asumió que irá «a unha investidura fallida», lo que, en su opinión, «evidencia unha desesperación total». «Pedímoslle que dea explicacións de por que vai a unha investidura que el mesmo di que é fallida», reclamó la parlamentaria del PSdeG, que destacó que los españoles necesitan «a un Goberno progresista que mellore as súas vidas» frente a un Feijoo que «parece que está para mellorar a súa vida».

El PPdeG defiende su resultado

Salió al paso de estas críticas Paula Prado, ejerciendo de portavoz popular a expensas de que se anuncie el sustituto de Pedro Puy, recordando que Feijoo se someterá al voto del Congreso porque así lo propuso Felipe VI. «Nós cremos que o presidente Feijoo ten que asumir o encargo», argumentó la secretaria xeral del PPdeG, porque es el candidato «que gañou as eleccións». Eso sí, reconoció que no lo tendrá «fácil» porque «non vai ceder a ningunha chantaxe» ni a convertir su investidura «nunha subasta» que favorezca «á ruptura de España».

Prado apuntó también, como había hecho el propio Feijoo en Soutomaior, que «a curto ou medio prazo haberá un Goberno do PP», poniendo en duda que el candidato popular consiga ser investido esta vez, si bien advirtió que «parte dunha boa cifra». En concreto, 172 escaños, a cuatro de la mayoría absoluta.

Pontón inició ayer la «conta atrás para o cambio político en Galiza» situando a los nacionalistas como «alternativa real» al PP para liderar la Xunta a partir del próximo año. Apuntó a las líneas maestras de una «axenda» para ese cambio basada en pilares como la transformación industrial, un modelo energético «xusto», o el compromiso feminista y con la diversidad. En este proceso, continuó Pontón, contarán con las aportaciones de «centos de persoas do BNG e de fóra do BNG».

Las gallegas no podrán coincidir con la repetición electoral

Lo único seguro sobre la fecha de las elecciones gallegas es que se celebrarán en menos de un año. Las últimas —marcadas por el aplazamiento al que obligó el covid— se celebraron finalmente el 12 de julio del 2020, y el Parlamento se constituyó un mes después para dar comienzo a la actual legislatura que encara ya su tramo final. Durante los últimos meses se ha especulado sobre si habrá o no un adelanto en Galicia, que desde 1988 depende por ley del presidente de la Xunta. Alfonso Rueda, que sucedió a Feijoo al frente del Gobierno gallego en mayo del año pasado, no ha terminado aún de deshojar la margarita con el calendario, pero lo que difícilmente acordará es hacerlas coincidir con una hipotética repetición de las generales.

En caso de que la sesión de investidura del candidato popular fracase a finales de septiembre, se activará la cuenta atrás para que sea designado otro aspirante a la Presidencia del Gobierno. De no ser así, o si el nuevo candidato tampoco es investido, se disolverán las cortes el 27 de noviembre y habrá elecciones 47 días después. Es decir, el 14 de enero del próximo año y con solo una semana de campaña antes de ir a las urnas, tras la reforma que impulsó Mariano Rajoy después de la repetición electoral del 2016.

Para que las gallegas coincidiesen, Rueda tendría que adelantarse y prever que ningún candidato será investido, ya que la normativa electoral gallega obliga a fijar la fecha de los comicios entre 54 y 60 días después del decreto de convocatoria. Así, el presidente gallego tendría que publicar la convocatoria entre el 15 y el 21 de noviembre para que las elecciones autonómicas coincidan con la hipotética repetición electoral de las generales.

Por ahora se maneja como opción más factible que los comicios se celebren a la vez que las elecciones al Parlamento europeo del 9 de junio, lo cual sentaría un precedente ya que nunca antes habían sido a la vez.