El mal estado de la A-6 y de la A-52 hace que los conductores abusen del carril izquierdo para evitar los baches

Suso Varela / Maite Rodríguez / José Manuel Pan LUGO, OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Alberto López

Pese a que es una infracción sancionable con multas de entre 80 y 200 euros, son muchos los automovilistas que evitan el lado derecho, muy deteriorado por el paso de camiones y la falta de mantenimiento

05 dic 2023 . Actualizado a las 14:07 h.

El firme de la A-6 en la provincia de Lugo nunca ha estado en peores condiciones que las de este otoño, en especial en los diez kilómetros que separan los túneles de Neira de Rei (Baralla) y O Cereixal (Becerreá), desde hace años la zona cero del deplorable estado en el que se encuentra el pavimento de la autovía. Tampoco está bien la A-52, donde predominan los parches y rebacheos en lo que parece una solución rápida para salir del paso. La A-6, por el norte, y la A-52, por el sur, son las principales vías de acceso a Galicia, y sus firmes presentan decenas de tramos en muy mal estado. Lo peor está en el carril derecho, muy estropeado por el paso de camiones, lo que hace que muchos conductores abusen del carril izquierdo durante decenas de kilómetros para evitar el traqueteo insoportable del lado derecho. Y lo hacen pese a que es una maniobra prohibida, sancionable con multas de entre 80 y 200 euros, ya que el uso del lado izquierdo está reservado como norma general para los adelantamientos.

«Mi furgoneta ya sabe dónde están los baches», dice Mari Carmen, una repartidora de Benavente que lleva 13 años haciendo la ruta entre Madrid y Galicia. Como ella, miles de conductores que a diario utilizan la A-6 se conocen como la palma de la mano los eternos baches de la carretera, y también los nuevos que van apareciendo. «Cada semana te encuentras uno más, que se suma a los que hay, y ves que no se hace nada. Llevo años circulando por esta zona de Becerreá y solo he visto remiendos», explica Marta, una docente que viaja todas las semanas por la A-6.

Ante el retraso de las obras de la reforma integral del firme de la autovía (ya adjudicadas), desde hace años numerosos conductores evitan el carril derecho en los carriles más afectados, especialmente en la subida a O Cereixal, y circulan por el lado izquierdo. Lo que comenzó como algo puntual, y con la excusa de ir adelantando camiones, acabó siendo habitual pese a no haber vehículos en el lado derecho. Además, hay quien asegura que los agentes hacen la vista gorda ante el riesgo que supone circular por las zonas más deterioradas que presentan baches enormes.

«Llevo meses viendo a los turismos circulando por el carril izquierdo y no lo sueltan. Lo veo normal ante la cantidad de baches que hay en el lado derecho», afirma Daniel, transportista de un supermercado.

Con señales de 100

El departamento de Conservación de Carreteras colocó señales de reducción de velocidad a 100 kilómetros por hora y advertencia de peligro, pero fue a raíz de los incidentes de octubre, con varios turismos con las ruedas reventadas, cuando se optó por cerrar con conos el carril derecho de la subida a Becerreá. Además, el Ministerio de Transportes ha encargado con urgencia obras de reforma del drenaje de la autovía en estos diez kilómetros, por un valor de tres millones. El tramo entre Baralla y Becerreá se inauguró hace ahora 25 años. En su momento se cortó literalmente una montaña para dar paso a la A-6, siendo además una zona donde nacen varios manantiales que acaban filtrando agua a la vía. A los pocos años de inaugurarse se llegó a abrir un socavón de cinco metros en el medio de la autovía, prueba de que la infraestructura se desgasta si no hay mantenimiento.

Los transportistas ya saben que van a tener problemas para circular por el carril derecho sin dar saltos, y ante los numerosos cortes por obras de todo tipo que soporta la autovía, algunos ya deciden circular por la N-6: «Yo la cojo en Nadela y me compensa, porque no tengo que esquivar baches, ni cambiar de carriles ni reducir velocidades por cortes de la autovía», explica Daniel.

En la actualidad, entre el kilómetro 480 y el 415 de la A-6, los conductores se encontrarán este puente con cortes de carriles y de la autovía por mejora del drenaje en Neira de Rei y O Cereixal, cosido del talud derrumbado en Becerreá, corte en O Castro, reforma del viaducto de Trabadelo, acondicionamiento por seguridad de los túneles y obras de reforma del pavimento.

Mal estado de la A-52, con remiendos en el carril derecho a la altura de Allariz.
Mal estado de la A-52, con remiendos en el carril derecho a la altura de Allariz. Santi M. Amil

La incómoda A-52

La autovía A-52, la más utilizada para comunicar el sur de Galicia con la Meseta, presenta mal estado de conservación en muchos tramos de la provincia de Ourense. A lo largo de todo su trazado, predominan los parches y rebacheos como solución rápida para los problemas en el firme. Se hicieron obras de asfaltado en algunos trechos, como el comprendido entre Xinzo y el viaducto de Allariz, en sentido O Porriño, que tiene una nueva capa de rodadura. Sin embargo, circular por la autovía en la comarca de A Limia resulta incómodo. Desde el alto de Allariz, la vía de alta capacidad tiene parches y baches que provocan que los vehículos vayan dando saltos. La situación no es mejor en la salida de la provincia de Ourense hacia la de Zamora, donde el asfalto se encuentra muy desgastado y erosionado. Lo mismo ocurre en el trecho de O Ribeiro. En la subida de Ribadavia a Quins hay muchos baches. En sentido Ourense, el firme está mejor, aunque hay deterioros en la zona de Alongos y una capa de rodadura de asfalto duro, que dificultan una conducción cómoda.

En un desplazamiento por parte de la autovía se pueden comprobar las zonas en las que el pavimento está más deteriorado. Aunque se hicieron mejoras en el entorno de la ciudad de Ourense y se repararon, por precaución tras lo ocurrido en la A-6, los viaductos de A Valenzá y Allariz, ya reabiertos tras meses de obras, un recorrido por la A-52 sirve para comprobar que todavía quedan zonas en las que la circulación se complica, sobre todo por la irregularidad del pavimento. Ocurre así a la altura del kilómetro 227, en Barbadás, en la salida de Allariz a la N-525, y en este mismo municipio hay otra zona en mal estado en el kilómetro 208.

Un firme calamitoso

Es al llegar a la comarca de A Limia donde se observa un mayor deterioro de la calzada. En Sandiás se suceden los puntos con el firme más calamitoso, que se puede ver claramente en los puntos kilométricos 202, 198 y 197 en sentido Benavente. La situación de falta de mantenimiento continúa en el siguiente municipio limiano, en Xinzo, con tres kilómetros con sucesivos socavones parcheados (del 193 al 191). En el tránsito hacia Verín hay más puntos con necesidades de reparaciones, desde Abavides, hasta Trasmiras y Monterrei.

Por ahora, el carril derecho se mantiene más o menos entero con esos remiendos, pero la falta de mantenimiento puede hacer que cada vez más conductores opten por abusar del carril izquierdo. La última inversión del Estado anunciada este año para la A-52 contempla trabajos de conservación entre los kilómetros 112 y 176 y la reparación de firmes e impermeabilización del viaducto de Vilavella (A Mezquita), pero es un contrato de tres años de duración.

La norma obliga a reducir la velocidad con mal firme y el tiempo de viaje crece

Circular por un carril distinto al que está situado más a la derecha en calzadas de dos o más carriles en el mismo sentido es una infracción que aparece contemplada en la normativa de tráfico y seguridad vial. Ese hecho es denunciable si no hay circunstancias que aconsejen ir por la izquierda y si la circulación se mantiene sin justificación durante un largo tramo de la vía. La sanción oscila entre 80 y 200 euros en función de si el conductor que va por la izquierda entorpece o no a vehículos que circulen detrás. Respecto a la norma que establece que hay que ir por el carril derecho, muchos conductores apuntan que habría que valorar si está justificada o no la utilización del lado izquierdo debido al riesgo existente en un carril derecho que esté muy deteriorado, como sucede en muchos tramos de las autovías A-6 y A-52. Y hay otro dato importante que hay que tener en cuenta, ya que circular por un carril que se encuentre en mal estado obliga a reducir la velocidad para adaptarse a las circunstancias de la vía, como establecen el reglamento de circulación. Y eso supone un aumento en la duración del tiempo de viaje que nadie compensa a los automovilistas que circulan por ambas autovías.