Hasta el 18 de febrero, inteligencia natural, por favor

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta PAISANAJE

GALICIA

Alfonso Rueda, durante un acto institucional en el Parlamento de Galicia.
Alfonso Rueda, durante un acto institucional en el Parlamento de Galicia. Sandra Alonso

El adelanto electoral evita que durante semanas el debate político siga perdido entre especulaciones sobre el calendario. La oposición quería votar, Rueda convoca, todos contentos

22 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha tenido la habilidad Alfonso Rueda de no prolongar la agonía de la legislatura más allá de estas semanas. Lo que quedaba hasta que oficialmente acabara el mandato, en julio, apuntaba a unos largos minutos de la basura. Con los presupuestos aprobados —no era esperable otra cosa— y el grueso de las leyes aprobadas, lo que quedaba hasta la convocatoria electoral era una sucesión de especulaciones sobre la fecha que entretienen a periodistas, políticos y politólogos, pero que le resbalan a una mayoría de la población y que evitan entrar en cuestiones mollares que sigue necesitando este país: reindustrialización, gestión de litoral, finalización de infraestructuras, una financiación ajustada a sus necesidades, un decidido plan estratégico que mitigue la despoblación... Así que cuanto antes se ponga el contador de un nuevo mandato a cero, mejor. Lo reclamaba la oposición con insistencia, lo ha cumplido Rueda, todos contentos entonces.

La siguiente será una campaña —es un eufemismo hablar de precampaña, solo diferencia que no se puede decir «vótenme a mí»— que se hará algo más corta entre festejos de Navidad, primero, y de carnaval, después. Por primera vez desde hace 14 años, solo habrá elecciones en Galicia, sin compartir espacio con el País Vasco, por lo que se esperan muchos focos puestos aquí. Focos desde Madrid, porque lo que suceda en Galicia no es asunto menor. Si el PPdeG de Rueda se mantiene será también una victoria del PP de Alberto Núñez Feijoo, porque su sombra todavía es alargada. Si hay relevo en San Caetano —que será a dos o tres bandas—, el golpe para el líder nacional de los populares será más que considerable.

La suerte de una (pre)campaña acortada por los festivos es que habrá menos tiempo para estirar los mensajes de los estrategas, puro márketing político el que nos aguarda. En la era de los vídeos cortos, de los mensajes en escasos caracteres y de la brocha gorda, nos cansaremos de oír eslóganes propios de la inteligencia artificial. Sería una pena caer estas semanas en clichés, en ocurrencias y en debates importados. Candidatos: aprovechen para subir el nivel.