«Mi hija era superalegre, pero trató de suicidarse por el acoso que sufría»
GALICIA
Una madre de Viveiro expone su caso para alertar ante casos similares
09 ene 2024 . Actualizado a las 17:12 h.Detrás de estudios como el de la Fundación Barrié y la Universidade de Santiago que denuncia que uno de cada cinco adolescentes sufre acoso escolar —realizado con más de 10.000 adolescentes de 59 centros educativos de toda Galicia—, hay rostros reales. Y sobre todo, sentimientos. Son los de los niños, niñas o adolescentes que a diario se enfrentan a insultos, vejaciones e incluso agresiones físicas que, en los casos más extremos, pueden llevarlos a intentar quitarse la vida. Poner el foco sobre esta realidad demasiadas veces ignorada es el objetivo de una madre de Viveiro que terminó acudiendo a La Voz para denunciar con impotencia la situación que afronta su hija. Sus identidades se han preservado. «Mi hija intentó suicidarse por el acoso que sufría», relata con crudeza una mujer que considera que la sociedad no está lo suficientemente concienciada sobre la importancia de la salud mental, y cómo las burlas, los empujones, los tirones de pelo o los balonazos pueden acabar destrozando la autoestima de cualquier pequeño. «Mi hija era una niña superalegre, muy habladora. No callaba ni debajo del agua, pero de repente se volvió más cerrada, más conservadora...», explica ante el inicio de un calvario que, según asegura, comenzó hace varios años.
Ser diferente o simplemente «no querer seguir la cuerda» de otros niños «a los que les reina ser líderes» la convirtió en un blanco ideal para el citado acoso. «Cuando vimos que algo no iba bien, empezamos a llevarla a psicólogos, y ella hablaba con ellos, pero les ocultó lo más grave», afirma. Un cambio de centro de enseñanza pareció aliviar la situación durante algún tiempo. Fue una época de respiro para toda la familia, que vive volcada en ayudar a la menor. Sin embargo, poco después el acoso regresó. «Había hecho nuevos amigos y amigas, y llegó a decirles que si le volvían a hacer bullying se tiraría de un puente. Que no podría soportarlo más», expone la progenitora. Semanas más tarde, la joven no pudo más y se arrojó al vacío desde un tercer piso. Acabó con heridas de gravedad y afortunadamente salvó la vida. Podrá restablecerse casi por completo a nivel físico, pero la madre es consciente de que las heridas psicológicas son mucho más profundas y más complicadas de curar. Y tiene miedo de que algo parecido vuelva a ocurrir.
«Llega un momento en que no sabes qué hacer porque el acoso ha destrozado a tu hija. A veces siento que no estoy haciendo nada por ella y no quiero que lo que le pasó le vuelva a pasar ni a ella ni a ningún niño», manifiesta una mujer, que subraya el apoyo que le han brindado desde la dirección del centro donde actualmente cursa sus estudios la menor. También reconoce la atención recibida por parte de la inspección educativa. Sin embargo, considera que muchas familias no son conscientes del daño que pueden generar sus hijos en otros menores. Y si lo son, dice, «no le dan importancia o no hacen nada para ponerle freno».
Más psicólogos
Desde el centro educativo en el que estudia la menor afirman que cada vez están detectando más casos de ansiedad e incluso depresión entre preadolescentes. «No se le está dando a la salud mental la importancia que tiene. Muchas veces los centros nos vemos desbordados aunque hacemos talleres y tratamos el tema continuamente. Sería bueno que la Administración enviase psicólogos a los centros», dice.
Educación conoce el caso y dice estar «adoptando as medidas que poidan corresponder»
Desde la Consellería de Educación explican que la inspección educativa «é coñecedora do caso» denunciado por esta madre de Viveiro. Precisan que, en fechas recientes, el citado departamento se reunió con la familia de la menor, así como con los centros educativos para evaluar la situación «e adoptar as medidas que poidan corresponder».
Desde este departamento destacan que la Xunta ha aprobado un plan integral contra el acoso escolar que tiene como meta la «tolerancia cero» ante cualquier forma de violencia y discriminación en los centros educativos, con un amplio abanico de medidas para trabajar en esta dirección. «Establécense un conxunto de accións específicas dirixidas a blindar que as contornas escolares sexan seguras, inclusivas e respectuosas, e que os centros escolares conten cos recursos necesarios para previr, identificar e actuar nestas situacións», concluyen.