«Quen queira cambio que me siga a min e faremos historia», arenga Ana Pontón desde A Coruña, arropada por Beiras

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Ana Pontón, a su llegada al mitin de A Coruña.
Ana Pontón, a su llegada al mitin de A Coruña. Eduardo Pérez

Asegura detectar «como medran as ansias de cambio, a emoción nas redes, nos mitins»

13 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Faltaba una hora para el comienzo del mitin de A Coruña y militantes del BNG repartían propaganda electoral en plena Calle Real, como si existiese una preocupación por llenar el aforo del Teatro Rosalía. Pero el recinto se quedó pequeño, y con mucha gente fuera (a la que la propia candidata dedicó unas palabras de agradecimiento), para recibir a una Ana Pontón que, envalentonada por las encuestas, se afana en transmitir convencimiento y optimismo en cada cita de campaña. En primera fila, Xosé Manuel Beiras, Miguel Anxo Fernán Vello y Antón Sánchez, miembros fundadores de Anova, para simbolizar el respaldo de la organización a la candidatura del BNG después de su fallida alianza con Yolanda Díaz. Es la primera vez que el histórico dirigente acude a un mitin de Pontón en esta campaña.

«Quen queira cambio e que me siga a min e faremos historia cunha presidenta», arengó la candidata, convencida de que cada vez hay más ciudadanos hartos de que Galicia pierda. Pontón mostró su satisfacción porque a medida que avanza la campaña nota «como medran as ansias de cambio, a emoción nas redes, nos mitins», aseguró exultante.

Ante las expectativas de que se consolide un cambio, la candidata insistió otra vez en la necesidad de concentrar el voto e hizo un llamamiento a todas las personas que nunca cogieron una papeleta del Bloque para que confíen en ella. Pontón advirtió de que Galicia se juega su futuro y de que su sociedad está a punto de abrir un tiempo nuevo para la esperanza. En la recta final de la campaña, la líder nacionalista intensifica sus ataques al candidato popular, Alfonso Rueda, al que acusó de estar ausente y de simbolizar el pasado. «Ao igual que sucede coa financiación, ten unha campaña en A, que consiste en falar mal de nós, e outra en B, dirixida a desmobilizar á xente, decíndolles que non hai nada que facer», criticó.

Horas antes, la candidata comparecía en Santiago para presentar el que sería su «deseño de Goberno» en caso de ser presidenta, pero terminó haciendo solo una declaración de principios generales, sin concretar el número de consellerías ni la dedicación que tendrían. Ana Pontón sí se refirió a la puesta en marcha de dos grandes áreas que dependerían directamente de la presidencia de la Xunta: una enfocada a los sectores productivos y a los recursos ambientales y otra destinada a política social y bienestar.

La líder nacionalista hizo alusión a algunos de los pilares sobre los que centraría su acción de gobierno: primero, un cambio en el concepto de gobernanza, que supondría pasar «de estar no Goberno a ser Goberno»; segundo, la incorporación de capital humano en labores de gestión para atender «as necesidades estratéxicas» de Galicia; tercero, el ejercicio de la presidencia «sen prometer imposibles e que fuxa da propaganda»; cuarto, la priorización de los servicios públicos; y quinto, la igualdad de trato de ciudadanos, empresas e instituciones, con independencia de su orientación política. Pontón advirtió que tratará a todos los concellos por igual, gobierne quien gobierne, y avisó del final «das portas xiratorias».

Preguntada por las áreas que reservaría a sus posibles socios de gobierno, habida cuenta de que ninguna encuesta le otorga al Bloque una mayoría suficiente, la candidata insistió en que este domingo 18 de febrero le toca hablar a la ciudadanía. Sería «unha falta de respecto e un atrevemento pola miña parte». De llegar a la presidencia, la líder nacionalista tendría que encabezar una negociación para conformar un bipartito (PSOE) o incluso un tripartito (PSOE y Sumar), lo que daría paso a un intenso proceso de negociaciones, sobre todo si se tiene en cuenta la experiencia del 2005, cuando Manuel Fraga perdió la presidencia de la Xunta después de 16 años. Entonces, la correlación de fuerzas para conformar la alternativa era inversa a la de ahora: el PSOE de Touriño doblaba casi en escaños al Bloque (25 frente a 13).

En relación a los nombres que conformarían su equipo de gobierno, Pontón también quiso apelar a la cautela. «De momento, respecto aos nomes, o que único que se pode dicir é se imos ter un presidente que se apelida Rueda ou unha presidenta que se apelida Pontón», ironizó la candidata nacionalista.

En su comparecencia en un hotel compostelano, Ana Pontón sí se refirió a algunas de las primeras medidas que tomaría como presidenta de los gallegos, que se incluyen en su programa y que ya ha anunciado durante la campaña, como un plan de rescate de la atención primaria dotado con 200 millones de euros y la gratuidad de los libros de texto, una iniciativa para aliviar las maltrechas finanzas de miles de familias.

La candidata nacionalista insistió en que su principal preocupación tras el 18 de febrero es «poñer en marcha un programa de goberno que sexa capaz de levantar a economía galega», especialmente en el sector agrario.

Los temas estrella de la campaña frente a los asuntos que son tabú

El BNG está repitiendo la estrategia de campaña que tan buenos réditos le dio en el 2020: priorizar los mensajes sobre asuntos de preocupación ciudadana y solapar otros, socialmente más polémicos, también incluidos expresamente en un programa electoral confeccionado para satisfacer las demandas ideológicas de sus bases, y que podrían restarle votos. Es el caso, por ejemplo, del ejercicio del derecho a la autodeterminación en Galicia (que tiene una conciencia nacional menor a Cataluña y el País Vasco), de la supresión de las provincias, de la creación de las selecciones nacionales deportivas o, más concretamente, de que el Tribunal Constitucional deje de ejercer sus funciones en la comunidad.