Ana Pontón: «É un resultado insuficiente, queríamos abrir un tempo novo»

GALICIA

EP / Foto: Sandra Alonso

La candidata del BNG advierte de que «Galiza xa cambiou e non hai marcha atrás»

19 feb 2024 . Actualizado a las 09:14 h.

Las decepciones suelen ser directamente proporcionales al nivel que alcanzan las expectativas. Y es entonces, al no cumplirse, cuando invade una cierta sensación de tristeza. Es lo que le sucedió al BNG en estas elecciones, que pese a cosechar un resultado histórico, afianzarse como segunda fuerza y tener más del doble de escaños que el PSdeG, no logró la proeza de alcanzar la orilla después de bracear incansablemente durante semanas. Atrás queda una campaña impecable, diseñada hasta el más mínimo detalle y empujada por el entusiasmo que transmitía su candidata, Ana Pontón, que ve cómo se desvanece el sueño de ser presidenta.

«Grazas as máis de 455.000 persoas que colleron a papeleta do BNG: este resultado é insuficiente porque queríamos abrir un tempo novo; entendo que haxa persoas decepcionadas, pero dígolles que manteñan viva a ilusión e a esperanza porque Galiza xa cambiou e non hai marcha atrás; nada volverá a ser igual», dijo la candidata, que advirtió de que su grupo trabajará incansablemente en favor de los intereses gallegos.

Los 25 escaños cosechados, un hito en la representación del nacionalismo a nivel autonómico y que igualan lo logrado por el socialista Touriño en el 2005, son para Pontón el reconocimiento al trabajo de la campaña electoral de los nacionalistas — «sodes a millor militancia do mundo», le dijo a los afiliados— y un caudal de fuerza para seguir en la misma línea. A la vista de los resultados, la candidata reconoció que es evidente que la ciudadanía gallega decidió que «non quería un cambio político», pero advirtió a Rueda de que debería entender lo ocurrido, porque la subida del Bloque «é un toque de atención» en las urnas, la señal de que hay un sector de la ciudadanía que considera que las cosas no van tan bien.

Rodeada por los cabeza de lista de las cuatro provincias y por toda la ejecutiva del BNG, y en la misma línea mostrada durante las dos últimas semanas, Pontón hizo un llamamiento a «traballar en positivo», porque nada se ha terminado, dijo, y la ilusión «dunha Galiza máis xusta e igualitaria» sigue intacta. Una candidata que cerró la noche electoral del mismo modo que había iniciado la campaña, con una gran sonrisa, a pesar de no haberse cumplido el objetivo del cambio.

Una líder de la oposición con mucha más fuerza

El mandato de las urnas coloca a los nacionalistas de nuevo como segunda fuerza en el Parlamento gallego, líderes de la oposición, pero con más respaldo ciudadano y a mucha mayor distancia de los socialistas que hace cuatro años, lo que apuntala al BNG y a su líder como alternativa al PP, que se ha hecho con la quinta mayoría absoluta consecutiva. Nada hace presagiar cambios en el Bloque si se sigue el consejo de no tocar lo que funciona: un liderazgo consolidado, una organización que vive un clima de paz interna y un proyecto que, poco a poco, ha ido priorizando los asuntos de interés ciudadano sobre las cuestiones de índole más ideológica, más controvertidas socialmente, como el debate de la soberanía, y que tanto ha condicionado la agenda en todo el Estado.

Es el camino que ya inició Ana Pontón en el 2016 (cuando las encuestas apuntaron incluso a la posibilidad de que el BNG saliese del Parlamento y acabó con seis) y que continuó en el 2020 y en estos comicios, con tan buenos resultados. Así que, a corto plazo, se avecina un Bloque con un grupo parlamentario, muy afín a ella, que le permitirá fiscalizar con más intensidad la acción de gobierno de la Xunta. En el horizonte, para el 2028, el sueño de lograr la presidencia de la Xunta, un escenario con el que se llegó a aspirar por la tendencia que apuntaban las encuestas. Pero una legislatura es mucho más que un mundo en política y nadie puede aventurar qué sucederá para entonces.

Objetivamente, sí habrá un PP más desgastado por la permanencia en el poder. Sin embargo, nadie puede predecir qué salud tendrán sus rivales entonces, porque no llega con uno. A la vista del nuevo crecimiento electoral, todo apunta a que el nacionalismo mantendrá la hoja de ruta de priorizar lo social. El BNG llevaba en su programa un plan para invertir 200 millones en atención primaria e incluso sorprendió en campaña cuando su líder presentó en un hotel compostelano cómo sería el diseño del primer gobierno con una presidenta nacionalista. Entonces habló de dos grandes áreas que dependerían de presidencia: política social y sectores productivos. Una buena pista de por dónde irá la línea de los nacionalistas la próxima legislatura. Atrás queda una campaña que demuestra que la convocatoria de Rueda no les pilló desprevenidos y que, sobre todo, había mucho trabajo detrás. Justo lo que prometió Ana Pontón que seguirán haciendo a partir de hoy mismo.