El BNG anuncia una oposición constructiva, pero teme a un PP «máis absolutista ca nunca»
GALICIA
Los nacionalistas arrancarán la legislatura con una propuesta para crear una empresa pública de energía que abarate la luz
31 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El BNG arrancará el trabajo en O Hórreo con una proposición de ley que permita constituir una empresa pública de energía y que otorgue amparo normativo a una tarifa eléctrica gallega capaz de abaratar la luz a familias y empresas. Esta fue una de las grandes promesas que hizo Ana Pontón en campaña si llegaba a presidenta: articular un nuevo modelo que gestione el desarrollo eólico teniendo en cuenta los intereses de los ciudadanos y del tejido productivo. Esta primera iniciativa confirma cuál será el plan del Bloque en la Cámara: seguir con la misma estrategia, dado el creciente respaldo social logrado el pasado 18 de febrero. Se trata, en definitiva, de colocar en primera línea de la acción política todas aquellas propuestas encaminadas a mejorar el bienestar de los ciudadanos, sea en materia sociosanitaria o industrial. «O BNG non vai limitarse a un exhaustivo labor de control do Executivo do PP, nin á crítica dunhas políticas que augura continuístas e letais para Galiza, senón que a cada problema o BNG explicaralles aos galegos e ás galegas que faría un goberno do BNG para dar solucións. Vai actuar como alternativa de goberno para este país, aportando propostas para responder aos retos que Galiza ten sobre a mesa», explican desde la formación.
En línea con lo anunciado ya por Pontón tras las elecciones, el Bloque promete una oposición «construtiva e en positivo» para mejorar la vida de los gallegos. Por eso, apelando a la responsabilidad, advierte de que no tendrá reparos en votar de la mano con el PP si entiende que es un acuerdo que permita avanzar a Galicia. Sin embargo, los nacionalistas no se muestran demasiado optimistas. Avisan de que sigue pendiente la regeneración de las rías, la paralización del expolio eólico, la modernización del tren, la profundización en el autogobierno, la crisis demográfica o el abandono del medio rural. «E ante todos estes retos», auguran, «o PP vai seguir ofrecendo o de sempre: receitas fracasadas, submisión ao PP de Madrid, incapacidade para defender os intereses de Galiza ante o Estado, gobernar para as empresas amigas e recortar no público para beneficiar o negocio privado».
Los nacionalistas vaticinan que su estrategia de búsqueda de consensos, de acuerdos en clave de país, se va a encontrar con un PP «máis prepotente e máis absolutista ca nunca, incapaz da máis mínima autocrítica, que seguirá ao pé da letra a estratexia da crispación e da confrontación que lle marcan desde Madrid».
Una dinámica política que, para los nacionalistas, choca frontalmente con las demandas de una mayoría social que reclama en Galicia mejoras en servicios como la atención primaria —el BNG prometió en campaña un plan de 200 millones para reforzar este servicio sanitario— y avances en los cuidados del hogar de una población mayor que aspira a pasar la vejez en su casa y no en las residencias, muchas de ellas en manos del sector privado.