La Unesco incluye la escuela de la cárcel de Teixeiro en su red educativa

J. R. VIGO / LA VOZ

GALICIA

Alumnos de Teixeiro en una clase de matemáticas
Alumnos de Teixeiro en una clase de matemáticas Cedida

Casi 600 alumnos se forman en el penal coruñés, en una iniciativa que también busca inculcar valores

17 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La comunidad educativa del Centro Penitenciario de Teixeiro la integran 587 alumnos. 437 se forman en bachillerato y educación secundaria para adultos. El 85 % son hombres; el 15 %, mujeres. Del total, un 25 % es población extranjera. A mayores, otros 150 alumnos están matriculados en el aula de capacitación digital para aprender sobre nuevas tecnologías. Pero no toda la docencia impartida implica memorizar geografía, literatura o arte. Tampoco matemáticas, física o filosofía. «El planteamiento va mucho más allá. Hablamos de educación de calidad, salud y bienestar, igualdad de género o diversidad. Son valores transversales a cualquier materia tradicional que aplicamos en cada asignatura», explica Carlos Ferreiro, director de la escuela de la penitenciaría para argumentar los motivos del último reconocimiento del centro.

La Unesco —organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura— acaba de aprobar la inclusión del centro del penal coruñés en su red de escuelas asociadas. La forman 12.000 instituciones de 182 países desde su creación hace 70 años. En Galicia hay 18 centros de primaria y secundaria, y la escuela de Teixeiro es la primera de una cárcel española que integra la red. «Y creemos que de Europa también somos los primeros», apunta Ferreiro, que pone en valor la elevada tasa de alumnos matriculados voluntariamente: «587 de los 980 internos que tiene la cárcel».

El director de la escuela añade: «Impartir la igualdad de género en un contexto tan complejo, con gente de otros países, o continentes, es muy relevante para que aprendan a asumir conceptos que por su cultura les resultan nuevos. Ocurre lo mismo con la religión. Es necesario poner en práctica e inculcar el respeto al prójimo para que aprendan a vivir entre ellos. Incluso si es una mujer la que imparte las clases. Hay internos a los que por su cultura les resulta chocante, por eso se trabajan esos valores todo el año y en todas las asignaturas».

El origen de las escuelas en las cárceles de España cuajó en 1999. Las gestionaban funcionarios de prisiones con maestros que dependían del Ministerio del Interior. El 2007 implicó un punto de inflexión con la firma de un convenio para que, en el caso de Galicia, la Consellería de Educación de la Xunta pasase a proporcionar los maestros, dejando únicamente a Interior la aportación y gestión de las instalaciones.

La idea de incorporar la escuela de Teixeiro surgió en el 2022. El claustro de maestros, formado por doce docentes, presentó el proyecto a la dirección del penal, que recogió el guante. Su director, José Ángel Vázquez no lo dudó: firmó una carta de recomendación avalando la iniciativa.

Predisposición a aprender

«La formación es importante para nosotros como palanca de reinserción —explica Vázquez—. Es una actividad prioritaria en el programa individualizado de los internos, y la colaboración es total entre los profesores de la escuela y el personal penitenciario. Si llevamos a la práctica esos valores, es positivo para todos, pero no solo para la convivencia en el centro, también para la sociedad cuando salgan. La realidad es que los internos se dejan enseñar, y no hay mejor forma de evidenciarlo que el hecho de que sea voluntario matricularse en la escuela».

Ferreiro hace hincapié en la complejidad del contexto en el que ejercen su labor docente y la finalidad perseguida para ser apadrinados por la Unesco. Expone que «la idea es prestigiar a la escuela pública del centro que no es solo docente y académico. Hay alumnos con problemas psiquiátricos, adicciones. El éxito no se mide en el aprobado o el suspenso, y sí en la variedad formativa para sacar adelante a los máximos posibles».

El proyecto de la escuela de Teixeiro implica a muchos más funcionarios que los doce profesores que integran el claustro. Atañe igualmente a los psicólogos, educadores, cocineras, personal de limpieza o de administración del penal que dependen del Ministerio del Interior. Este curso se incorporó otra formación a mayores: preparar la prueba de acceso a la Escuela Oficial de Idiomas. «Logramos que aprobaran los seis alumnos que consideramos que estaban preparados. Eso supone el 100 %. Son pequeñas victorias que se consiguen con este plan formativo, el esfuerzo del día a día y la implicación de tanta gente vinculada a la cárcel de Teixeiro», añade Ferreiro, que concluye: «Es necesario romper los estereotipos de las cárceles, dar contenido a la educación en los centros, que va más allá de las ideologías o culturas. Al final, solo se busca que la estancia en prisión sea productiva, no limitarla a ver pasar los días. Todo es por y para la reinserción de los presos».