El crimen de Asunta cumple 11 años con más especulaciones que dudas reales sobre los hechos

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

En el lugar en el que apareció el cuerpo de Asunta se colocaron ayer flores como recuerdo de la niña
En el lugar en el que apareció el cuerpo de Asunta se colocaron ayer flores como recuerdo de la niña XOAN A. SOLER

La contundencia de las pruebas contrasta con las sombras que siguen proyectando sobre el caso documentales y series

19 sep 2024 . Actualizado a las 14:17 h.

En la historia criminal hay otros casos de padres y madres que, juntos, matan a sus hijos, pero costaría encontrar un precedente parecido al de Asunta Basterra Porto, con una secuencia tan planificada y fría. Eso es lo que lo convierte en un crimen único, del que ahora que se cumplen once años y del que se sigue hablando con un enorme interés, azuzado por el estreno este año de una serie en Netflix que, como un documental anterior y algunos otros libros y trabajos publicados en diferentes soportes, avivan unas especulaciones sobre la culpabilidad de los dos condenados, Rosario Porto y Alfonso Basterra. Pero estas especulaciones no se corresponden con la contundencia del relato que fue declarado probado en el juicio y que corroboró en última instancia el Tribunal Supremo al resolver el recurso de casación.

Asunta tenía 12 años cuando el 21 de septiembre del 2013 la matan sus padres, que se habían divorciado en enero de ese año. Su cadáver aparece al día siguiente en una pista forestal en el lugar de Feros, en Teo, a unos cuatro kilómetros de la casa que Rosario Porto había heredado de sus padres en otro punto de ese concello, Montouto. No está tirada de cualquier manera, sino depositada con cuidado en el suelo, un detalle que denota que quienes la habían dejado allí la conocían.

La Policía Judicial de la Guardia Civil en A Coruña, que además del de Asunta ha resuelto casos tan complicados como el de Diana Quer o Elisa Abruñedo, toma entonces las riendas de la investigación. Para reconstruir las últimas horas con vida de la niña, que fue adoptada en China, pregunta a Rosario Porto, que en su primera versión relata que ese día los tres comieron juntos en casa de Basterra y que antes de las 18 horas la dejó sola en el piso en el que ambas vivían, estudiando en su habitación, y que ella había ido a la casa de Teo a buscar unas cosas. Afirma que regresó sobre las 21 horas y que la pequeña ya no estaba en el piso, por lo que tras preguntarle al padre y a varios amigos decidieron interponer la denuncia por desaparición.

Esa primera versión, confirmada por Basterra, que dice que él se había quedado en su casa toda la tarde leyendo, pronto se demuestra falsa. Los guardias que revisan las cámaras de videovigilancia de la zona detectan el coche de Rosario Porto en su viaje hacia Teo. La sorpresa es que no va sola. En el asiento del acompañante hay una figura que viste camiseta blanca y que los agentes identifican como Asunta. Esa mentira, que sus versiones posteriores no consiguieron justificar, la convierten en sospechosa y llevan a su detención.

El olfato policial ya había hecho que los agentes quisiesen antes inspeccionar la casa de Teo porque estaba situada muy cerca de la pista en la que apareció el cadáver. Porto y Basterra son reticentes, pero al final se ven obligados a acompañar al chalé a los investigadores. Nada más llegar, Rosario, muy nerviosa, dice que tiene que ir al baño y se lanza escaleras arriba hacia una habitación. Uno de los guardias sospecha y la sigue. Allí encuentra una papelera en la que, para su sorpresa, hay un trozo de cuerda naranja idéntica a la que acababa de ver en la escena del crimen y con la que ataron los pies y manos de la niña. Además, hay un amasijo de papeles húmedos y una mascarilla. En uno de esos clínex después se hallará ADN de la madre y de la hija, y todo apunta a que fue el elemento con el que se asfixió a la pequeña hasta la muerte.

La autopsia aporta también evidencias contundentes. Asunta fue drogada ese día con una dosis tóxica de lorazepam equivalente a 27 comprimidos, que le fueron suministrados en la comida que los tres celebraron en la casa de Basterra y que él preparó. Eso convierte al padre en sospechoso, como también que fuese él quien comprase esos medicamentos en grandes cantidades y el que llevase a la niña varias veces completamente drogada a actividades extraescolares y no le diese importancia cuando las profesoras le alertaban de que Asunta se quedaba dormida. Decía que era porque le daban un remedio para una alergia que quedó demostrado que la pequeña jamás padeció. Y es que a la niña le han estado suministrando ese mismo sedante desde al menos tres meses antes de la muerte.

Pero, además, Basterra también mintió. No se quedó toda la tarde en casa leyendo, como dijo, sino que fue visto por una amiga de Asunta junto a su hija justo antes de que Rosario la recogiera en el coche para llevarla a Teo para asesinarla. Eso también quedó probado en el juicio.

Con tal carga de prueba, sobre el caso siempre sobrevolará la incógnita de por qué unos padres que adoptaron a una niña en China la mataron tan cruelmente 12 años después. Rosario Porto se ha llevado sus secretos a la tumba, porque se suicidó el 18 de noviembre del 2020 en la cárcel de Brieva (Ávila). Alfonso Basterra sigue cumpliendo la pena de 18 años de cárcel a la que ambos fueron condenados. Guarda silencio, pero sigue asegurando que es inocente y ya ha anunciado que escribirá un libro cuando salga de la cárcel.

Las fechas clave del crimen 

Esta es la cronología de los momentos más impactantes del asesinato que conmocionó a Galicia:

21 de septiembre de 2013

Drogada y asfixiada hasta la muerte. Rosario Porto y Alfonso Basterra suministraron una dosis tóxica de lorazepam a su hija, la llevaron a la casa de Teo y allí la niña fue asfixiada hasta la muerte drogada y atada para que no pudiera defenderse. Los padres denuncian la desaparición de la niña.

22 de septiembre de 2013

El cadáver aparece en una pista en Teo. Dos hombres que pasaban en un coche ven tirado en la cuneta de una pista en Teo el cuerpo sin vida de Asunta, cuya desaparición había sido denunciada el día antes por los padres para ocultar el crimen.

24 de septiembre de 2013

La madre, detenida en el velatorio. La Guardia Civil detiene a Rosario Porto en el mismo tanatorio de Santiago en el que se estaba velando a Asunta. El arresto dejó boquiabiertos a los amigos de la mujer, muy conocida en la capital gallega.

27 de septiembre de 2013

El juez Taín envía a prisión a los padres. Tras la detención de la madre de la niña, el juez Vázque Taín hizo después lo mismo con el padre y envió a ambos a prisión preventiva tras tomarles declaración. Ya no saldrían nunca más de la cárcel.

29 de septiembre de 2015

Comienza el juicio en la Audiencia Provincial. Tras una investigación empañada por el error cometido en el laboratorio de la Guardia Civil en el que la camiseta de Asunta se manchó del semen de un tercero, el juicio empezó en la Audiencia de Santiago. 

30 de octubre de 2015

El jurado condena a los padres por asesinato. No hubo la más mínima fisura ni duda en el jurado popular, que por unanimidad condenó a Rosario Porto y a Alfonso Basterra por el asesinato de su hija. El juez impuso después a ambos 18 años de cárcel.

22 de noviembre de 2016

El Tribunal Supremo confirma las penas. Al igual que hizo antes el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el Supremo confirmó las penas a las que habían condenado a los padres y asesinos de Asunta, rechazando de plano sus recursos.

18 de noviembre de 2020

Rosario Porto se ahorca en su celda. Tras dos intentos anteriores en los que no quedó muy claro si quiso quitarse la vida o llamar la atención, una Rosario Porto cada vez más alterada en prisión se ahorcó en su celda con el cinturón de su bata.