Sito Miñanco se niega a declarar en la Audiencia Nacional y el tribunal que lo juzga suspende el juicio «sine die»

Javier Romero Doniz
Javier Romero VIGO / LA VOZ

GALICIA

Miñanco, tras levantarse a petición del tribunal para declarar, se negó a testificar hasta que se exponga la totalidad de la prueba incriminatoria en el juicio oral que se celebra en la Audiencia Nacional.
Miñanco, tras levantarse a petición del tribunal para declarar, se negó a testificar hasta que se exponga la totalidad de la prueba incriminatoria en el juicio oral que se celebra en la Audiencia Nacional. La Voz

El narco gallego rechazó tomar la palabra alegando que el magistrado que preside la sala aceptó al comenzar el proceso que declararía tras exponerse todas las pruebas contra él. «No voy a declarar hasta que se acaben las pruebas periciales y todo lo demás», dijo en una tensa sesión en la que el magistrado deslizó que igual se inicia de nuevo todo el juicio desde el principio

28 ene 2025 . Actualizado a las 16:29 h.

La declaración de Sito Miñanco es el plato fuerte del juicio en la Audiencia Nacional contra la última organización que se le imputa al narco gallego. Miñanco solicitó al inicio de la vista declarar una vez expuesta toda la prueba incriminatoria contra él. El calendario de testificales en el juicio lo preveía así, y nada hacía pensar que Miñanco tomase la palabra con anterioridad. Pero en la sesión de este martes, de manera imprevista, Alfonso Guevara, el magistrado que preside la sala que juzga a Miñanco, solicitó que el de Cambados se sometiese ya al interrogatorio.

La decisión, inicialmente, causó silencio en la sala y cogió con el pie cambiado a las defensas. A la de Miñanco, la primera. Su letrado pidió la palabra: «Esta parte entiende que no debe procederse a la práctica ahora mismo de la toma de declaración de los investigados en tanto en cuanto se acordó por la sala la toma de declaración posteriormente a la práctica de la totalidad de la prueba».

Además del abogado del de Cambados, otras defensas alegaron que sus clientes no se encontraban en la sala. Dio igual. El magistrado Guevara replicó sus argumentos para, seguidamente, llamar a Miñanco por su nombre, José Ramón Prado Bugallo, para que se levantase y caminara hasta el micrófono situado en la zona reservada para las declaraciones de testigos, investigadores o acusados. Miñanco se planto ante al micrófono. Vestía zapatos marrones, pantalón azul claro, una camisa de cuadros y camiseta interior blanca. Por encima, una chaqueta de lana negra con cremallera y las gafas apoyadas en la cabeza a modo de diadema para evitar que el pelo le cubriese los ojos.

Miñanco pidió el uso de la palabra antes de que Guevara autorizase el inicio del interrogatorio al principal acusado de un procedimiento en el que hay otros 45 procesados. «Con la venia, señoría, por recomendación de mi abogado no voy a declarar hasta que no acaben las pruebas periciales y todo lo demás». Guevara replicó con una pregunta: «¿A ninguna defensa?». Y Miñanco, añadió: «Hasta que no se acaben todas las pruebas periciales». «Puede sentarse, gracias», zanjó Guevara.

Miñanco regresó al mismo asiento que ocupa desde que empezó la vista. Se le veía enfadado y contrariado. Habló con David Pérez Lago, próximo a él, y otros encausados situados en la fila de atrás. Mientras, una de las defensas solicitó la suspensión de la vista alegando que su representado no se encontraba en el juicio. Guevara aceptó la petición, pero también hizo gala de carácter volcánico al pronunciar sus últimas palabras: «[el juicio] Se suspende sine die y puede ser que empecemos [todo el juicio] de nuevo]».

Este proceso arrancó fruto de la conocida como operación Mito, centrada en la red que presuntamente dirigía Sito Miñanco entre los años 2015 y el 2018 y que intentó introducir sin éxito en España más de 4.000 kilos de cocaína en dos operativos diferentes que fueron truncados por los investigadores. La organización, según la juez instructora de la Audiencia Nacional, se dedicaba principalmente a la importación y distribución de sustancias estupefacientes (especialmente cocaína) y al blanqueo de capitales. La Fiscalía Antidroga pide 31 años y 6 meses de prisión para el narcotraficante gallego.