El activo rastro del Solitario en Galicia

Javier Romero Doniz
Javier Romero VIGO / LA VOZ

GALICIA

El Solitario, en un juicio en Lugo por un atraco en Vilalba
El Solitario, en un juicio en Lugo por un atraco en Vilalba ALBERTO LÓPEZ

Jaime Giménez suma 18 años entre rejas, y le restan 10 más por atracar 30 bancos, seis en provincias gallegas, y el asesinato de dos guardias civiles

27 abr 2025 . Actualizado a las 12:11 h.

Juan Giménez Arbe (Madrid, 1956) preparaba al milímetro cada detalle de su nuevo robo. Lo suyo era atracar bancos, lo demostró en seis sucursales en Galicia y otras 24 en el resto de España. Accedía armado y no vacilaba al encañonar al que se le pusiera delante. También cubría con cinta aislante las yemas de los dedos para ocultar sus huellas dactilares. Siempre actuaba solo, de ahí su apodo, el Solitario. Lo demostraron las 19 libretas decomisadas en un inmueble de Madrid que usaba de guarida. Todas recogían notas manuscritas sobre detalles de cada sucursal bancaria que situaba en su punto de mira. Ocurrió tras su último arresto, en el 2007, en el norte luso, en Figueira de Foz, en el marco de la denominada operación Gloria.

Giménez Arbe se disponía a atracar la sucursal 31.ª de su enloquecida trayectoria delictiva cuando un operativo conjunto entre España y Portugal lo interceptó y arrestó para sacarlo de circulación. Las penas por atracar bancos fueron cayendo como fichas de dominó. También las muertes de dos guardia civiles a los que Arbe tiroteó en Castejón (Navarra) en junio del 2004. Posteriormente, en Vall de Uxó (Castellón), un policía murió por un disparo accidental de otro compañero durante un tiroteo con el Solitario. Él utilizó un subfusil para repeler a los policías que le esperaban a la salida de un atracó, vació el cargador y los agentes respondieron. La investigación posterior contabilizó más de 100 casquillos de bala disparados aquella mañana en el exterior de la sucursal.

La espiral de atracos protagonizada por Arbe le otorgó la etiqueta del atracador más profesional y violento de España. El mapa geográfico de su delitos se repartió entre Andalucía, Murcia, Valencia, Aragón, Castilla-La Mancha, la Rioja, Navarra y Galicia. La cronología de su paso por la comunidad evidencia que actuaba siempre en bancos de poblaciones pequeñas. Evitaba las urbes y sus entidades, con más medidas de seguridad y más próximas a las bases de los cuerpos policiales. Los datos oficiales sitúan su primer atraco en Galicia en mayo de 1998, en Melide. Se llevó 10.992 euros.

El 14 de julio de 1999, en A Estrada, robó 10.000 euros; al día siguiente, en Chantada, se apropió de otros 9.544. Ya en agosto del 2001, en Cee, accedió a una caja de ahorros para robar 8.955 euros. La siguiente parada, en agosto del 2003, fue Vilalba, y el botín ascendió a 48.700 euros. Tres años después, en abril en Sarria, el dinero sustraído se fijó en 1.000 euros. Pero de los seis atracos atribuidos en Galicia, Arbe solo fue juzgado por los dos últimos y con resultado frustrante en el primero.

El Solitario salió absuelto del caso de Vilalba porque el delito estaba prescrito en el 2017, cuando se juzgó. Sonrió con una mueca burlona al conocer la resolución. Sí fue condenado por los 1.000 euros robados en Sarria a seis años de prisión. Reconoció los cargos y aceptó una pena de tres años y seis meses por un delito de robo con violencia e intimidación, y dos años y seis meses por las lesiones causadas a una persona dentro de la sucursal. Igualmente, aceptó el abono de una indemnización al trabajador herido por importe de 11.300 euros y, al banco, de 835.

Penal de Aranjuez

El Solitario suma ya 18 años entre rejas, y le restan otros 10 por cumplir. Su pena acabará en septiembre del 2035. Mientras, Arbe ve pasar los días en el cárcel Madrid VI, en Aranjuez, sabiendo que un documental estrenado este mes expone detalladamente su violenta trayectoria de atracos y crímenes cometidos sin que mostrara nunca arrepentimiento por cualquier delito protagonizado hasta su arresto. Sus formas dentro de prisión no difieren de las mostradas durante los atracos. «Maleducado con los funcionarios, soberbio, siempre mal encarado. Simulaba huelgas de hambre que duraran dos días, o hacía que se desmayaba para no cumplir con las tareas del centro. También lo hizo en un juicio, y al final se supo que todo era fingido», explica un funcionario de prisiones gallego que coincidió con el Solitario en el penal de Soto del Real en el 2008.

«Fue un momento simbólico [recuerda el mismo funcionario] porque él acababa de ser entregado a España por Portugal. Lo detuvieron allí y pasó un tiempo en la cárcel, hasta que lo extraditaron. Cuando llegó, empezó a comparecer en juicios por todos los atracos pendientes, y por las muertes de los dos guardia civiles. Es un interno muy problemático, lo fue desde que llegó a España. Desde entonces no ha dejado de cambiar de cárceles, y siempre causa problemas».

Su paso por el penal de Teixeiro resultó igual de problemático para el personal de la cárcel coruñesa. Un funcionario que coincidió con Arbe lo recuerda instalado en el módulo de aislamiento, precisamente por su mala conducta: «Era arrogante, prepotente y exigente. Venía ya de varios centros, lo movían constantemente. Instituciones Penitenciarias quería tenerlo controlado para evitar que se hiciera fuerte en ninguna prisión. Tuvo varios desencuentros con funcionarios y con otros reclusos. En Teixeiro ya demostró que no tenía intención de corregir su comportamiento pese a tener tantos años por delante de condena».