Las defensas del caso Samuel Luiz retuercen el veredicto para conseguir una rebaja de las penas: «No se puede condenar a nadie por estar en un sitio»

GALICIA

Los abogados de Kaio Amaral y Alejandro Míguez piden la absolución de sus clientes. El letrado de Diego Montaña insiste en que no fue un ataque homófobo y el de Alejandro Freire pide que se tengan en cuenta atenuantes como el consumo de drogas
28 abr 2025 . Actualizado a las 17:47 h.La vista de apelación del caso Samuel Luiz volvió a juntar en un banquillo a Diego Montaña, Alejandro Freire (Yumba), Kaio Amaral y Alejandro Míguez. La expectación era total en las inmediaciones del Tribunal Superior de Galicia (TSXG) a primera hora de la mañana de este lunes, cuando los fotógrafos volvían a captar los rostros de los asesinos que acabaron con la vida del joven auxiliar de enfermería la madrugada del 3 de julio del 2021. O eso pretendían, pues tras un juicio mediático de más de un mes de duración, Diego y Yumba —precisamente, los únicos a los que las grabaciones permiten distinguir agrediendo a Samuel— se ocultaron bajo un abrigo y una mascarilla.
Kaio prefirió bajar a cara descubierta del furgón policial, quizás como parte de la estrategia que le lleva a mantener su inocencia. A Alejandro Míguez, condenado por cómplice de asesinato y el único que no duerme en la cárcel, solo se le pudo ver en la sala. La vista se dilató durante casi cuatro horas. Mientras las defensas exponían los argumentos de sus recursos de apelación para solicitar una rebaja de las penas todavía no se había producido el apagón que tiene al país en vilo. Fue durante las intervenciones del Ministerio Fiscal y las acusaciones cuando el TSXG se quedó sin electricidad, impidiendo el desarrollo habitual de este tipo de procesos.
DIEGO MONTAÑa
- 24 años de cárcel por asesinato con alevosía y agravante de discriminación
El abogado de Diego Montaña, Luis Manuel Salgado, siempre ha mantenido la misma tesis para defender a su cliente: ni el ataque fue una agresión homófoba ni hubo intención de matar. Sus intentos por convencer a los nueve miembros del jurado popular de que Diego había cometido un homicidio y no un asesinato fueron en vano. El objeto del veredicto dejaba claro qué había ocurrido: el joven atacó a Samuel tras atribuirle la condición de homosexual; y de hecho, en la sentencia, la jueza Elena Pastor habla concretamente de que los «prejuicios» motivaron una agresión que acabó en una paliza mortal en grupo.
Este lunes, la defensa insistió en que «en el momento del hecho delictivo no hay nada que pueda concluir que el motivo de la agresión es la condición de Samuel», y añadió que «su comportamiento [el de Diego] fue agresivo antes de conocer la condición de Samuel», indicando además que varios testigos dijeron en el juicio que el ataque se había iniciado «por la videollamada», tras asumir Diego Montaña que Samuel y su amiga Lina los estaban grabando a él y a Katy Silva, novia de Diego entonces y acusada de asesinato que quedó finalmente absuelta.
Para el Ministerio Fiscal la agravante de discriminación responde al motivo del ataque y recuerda que, varias horas después, este joven espetó: «¡Quién le mandó al maricón meterse en esto! ¡Es un puto maricón!». Por otro lado, Salgado cuestiona la posibilidad de defensa de Samuel, para así eliminar la alevosía de la condena de su cliente. Según el letrado, la presencia de los senegaleses que ayudaron a Samuel ya es suficiente, «aunque no fuera efectiva».
También pide a los magistrados del TSXG que contemplen atenuantes como el consumo de alcohol: «Diego había bebido esa noche una botella de whisky, que son 17 copas. A las tres de la tarde esto no sucede; no estaríamos hoy aquí». «No logramos entender la pena de 24 años de prisión, se le está aplicando la pena máxima», concluye.
ALEJANDRO FREIRE
- 20 años por asesinato con alevosía
David Freire no esperaba que su cliente, Alejandro Freire, fuera condenado a 20 años de cárcel por asesinato, la graduación máxima de la pena por este delito. En su recurso de apelación indica que «no hay respaldo probatorio en algunas de las cuestiones del veredicto» y por eso pide una rebaja de la pena. Según este letrado, ningún testigo refiere que haya visto más golpes que la agresión inicial, cuando «lo agarra del cuello [a Samuel] no más de cinco segundos». Y añade: «Los hechos probados coinciden con una calificación distinta», apuntando en la línea de la defensa de Salgado que no hubo alevosía, al entender que Samuel sí pudo defenderse.
Señala también que deben reconocerse los atenuantes. En el caso de Freire, el consumo de alcohol y cocaína (como el propio condenado declaró en sede judicial, había esnifado 15 rayas) y su Trastorno de Déficit de Atención (TDAH). Considera que su cliente sería autor de un delito de homicidio imprudente en concurso con uno de lesiones, pero no de asesinato.
kaio amaral
- 20 años y medio de cárcel por asesinato y robo con violencia
«El relato es incongruente». Esto manifestó Ramón Sierra, defensa de Kaio Amaral, para defender que su cliente, Kaio Amaral, es inocente. Insiste en que no hay prueba documental ni testifical que concluya que esté condenado por asesinato golpeó con una patada a la víctima. «El jurado, en el veredicto, dijo que no podía ver con rotundidad si hubo o no patada. La grabación es confusa. Kaio Amaral corre, se ve en el vídeo, se para, da marcha atrás y hace un gesto con la pierna». La cuestión es que una farola impide ver con nitidez si el ataque se produjo, y para el abogado, se extrae que «tuvo que golpear necesariamente». Solicita la absolución de su cliente y, respecto a la pena por robo con violencia considera que se trata de «aprobación indebida» porque Kaio «desconocía» de quién era el móvil.
ALEJANDRO MÍGUEZ
- Condenado a 10 años por cómplice de asesinato
En la vista, Alejandro Míguez volvió a defender que nada tuvo que ver con la muerte de Samuel. De hecho, se declaró inocente. «No soy cómplice de asesinato», mantuvo. Desde que se conoció el fallo, su abogado Manuel Ferreiro siempre ha defendido que «estar no es hacer». «No se puede condenar a nadie por estar en un sitio». Ferreiro insiste en que la situación de Míguez fue la misma que la de la acusada Katy Silva, y ella salió absuelta mientras que su cliente acabó con una pena de cómplice de asesinato.